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(De esos cuentos de emprendedores)
Ésta es la historia de dos vendedores de zapatos a quienes sus respectivas empresas enviaron a África para vender sus productos. Tan pronto como desembarcaron, el primer vendedor vio que todo el mundo iba descalzo y mandó un telegrama a su jefe:
«Vuelvo en el primer barco. Aquí nadie utiliza zapatos».
Una semana más tarde llegó un segundo vendedor, el cual se encontró con la misma situación: sólo se veía a gente descalza por las calles. Pero éste envió el siguiente telegrama a su empresa:
«Me quedo aquí. Perspectivas fabulosas. No tenemos competencia».
«Vuelvo en el primer barco. Aquí nadie utiliza zapatos».
Una semana más tarde llegó un segundo vendedor, el cual se encontró con la misma situación: sólo se veía a gente descalza por las calles. Pero éste envió el siguiente telegrama a su empresa:
«Me quedo aquí. Perspectivas fabulosas. No tenemos competencia».
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