Había una artista que estába perdiendo la vista rápidamente, y fue a ver al oculsita, quien le prescribió unos glases. Pero como tenía poco dinero, no le alcanzaba para pagar la consulta y los lentes a la vez. El ocultista, en un gesto de generosidad, le ofreció los lentes a cambio de que pintara un mural en la pared de la sala de espera de su consultorio.
A la semana siguiente, el oculista entra a su oficina y sorprendido ve como toda la sala está pintada - desde el piso hasta el techo - de toda clase de ojos: grandes y pequeños, cerrados y abiertos, razgados, almendrados, redondos, verdes, azules, cafés, negros, grises, etcétera.
- Y bien, ¿qué opina? - pregunta orgullosa la artista
- Que estoy feliz de no ser proctólogo
A la semana siguiente, el oculista entra a su oficina y sorprendido ve como toda la sala está pintada - desde el piso hasta el techo - de toda clase de ojos: grandes y pequeños, cerrados y abiertos, razgados, almendrados, redondos, verdes, azules, cafés, negros, grises, etcétera.
- Y bien, ¿qué opina? - pregunta orgullosa la artista
- Que estoy feliz de no ser proctólogo
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4 tipos se encuentran en la sala de espera.
El doctor llega y les explica lo que se va a llevar a cabo en ellos:
- A usted - le dice al primero -, le vamos a hacer una gastroscopía, lo cual consiste en introducirle una sonda con una cámara por la garganta. En cuanto a ustedes 3, por lo que veo en los expedientes, a ustedes se les va a hacer una colonoscopía, que también consiste en introducirles la sonda con una cámara, pero por vía rectal. ¿Alguna pregunta?
- Sí - contesta de inmediato y angustiado el primer hombre - ¿puedo ir primero?
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Un brillante proctólogo se encontraba desanimado. Su trabajo le resultaba ya absurdo, aburrido, cansado. Así que decidió renunciar a su trabajo en el hospital y asistió a la escuela de mecánica automotriz.
Asistía a todas las clases con entusiasmo, logrando 10 en todas las materias.
Y llego el día del exámen final. Tenía que elaborar un diagnóstico, desarmar y re-ensamblar una maquinaria de un automóvil con un límite de tiempo.
Al día siguiente, se le llamó a la oficina del director. Todos los maestros y el director estaba ahí, mirándolo fijamente, sorprendidos.
- Doctor, esto es ináudito, jamás había sucedido, su calificación final en el excámen fue de 150
- ¿Cómo es eso posible? - preguntó extrañado el ex-proctólogo - ¿qué la máxima calificación no es 100?
- Pues sucede que Ud. se ha salido de las gráficas. Ud. diagnóstico exactamente todos los problemas del auto, incluso de aquellos de los que nadie de nosotros se había percatado. Arregló la maquinaria perfectamente y en tiempo record. Y ¡Dios! Tuvimos innevitablemente que darle todo ese crédito extra por haberlo hecho tan sólo a través del mofle.
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Un homosexual llega al consultorio del proctólogo pidiendo un exámen pues sentía algo dentro.
El doctor le pide que se quite los pantalones, lo sube a la mesa para un chequeo. Procede a hacer una oscultación rectal con sus dedos y le dice:
- No, no parece haber algo fuera de lo normal
- Ay, Doctor, es más adentro, más adentro
El proctólogo no puede evitar sentir cierta incomodidad, pero aún así, "profundiza" en el problema" introduciendo toda la mano en el maricón
- ¡Ay Doctor, ya está cerca! ¡está cerca!
- No, no siento nada - contesta el doctor, sintiéndose verdaderamente incómodo al ver que el hombre estaba teniendo una erección
- Por favor, doctorcito, le juro tengo algo adentro
- El doctor, algo enojado, acelera su oscultación para terminar lo más pronto posible y sacar al paciente de su consultorio y finalmente, una vez que tiene metido el brazo hasta el codo dentro del recto del gay, exclama:
- ¡Oh, es verdad! ¡sí, puedo sentir algo! ¡Definitivamente hay un cuerpo extraño! Procederé a removerlo. Esto puede doler, así que resita un poco.
El doctor entonces mediante un ligero forcejeo, logra tirar y sacar el objeto que provocaba la obstrucción en el final del intestino delgado del paciente. Al sacarlo ve que es un ramo de rosas y, perturbado, exclama:
- ¡¿Pero qué coño...un ramo de rosas?!
- Ay, sí doctorcito - confiesa el mariconcito sonrojado - son para Usted, lo que pasa es que no sabía como dárselas
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Un proctólogo entra a un banco y una vez en la caja se le pide que firme una nota. Saca entonces del bolsillo de su bata un termómetro rectal y exclama:
- ¡Puta madre!... ¡¿en dónde carajos dejé mi pluma?!
- ¡Puta madre!... ¡¿en dónde carajos dejé mi pluma?!
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Dos hombres se encuentras internados en el hospital compartiendo la misma habitación, y tienn la siguiente conversación:
- ¿Por qué estás aquí?
- Cámara por la garganta
- Ah, ¿una endoscopía?
- Sí, me van a hacer un chequeo para ver si tengo cáncer de estómago, ¿y tú?
- Cámara por el culo
- Ah, ¿una colonoscopía? ¿checando cáncer de colón?
- No, mi vecina se estaba bañando y mi esposa me cachó tomándole fotos
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Una anciana va al consultorio con el proctólogo, quien le efectua un exámen. Y al final del chequeo, le este le pregunta a
la señora:
- ¿Tiene alguna pregunta, Señora Gómez?
La viejecita indignada no puede contener su enojo y le contesta:
- ¡¿Sabe su madre lo que Usted está haciendo?
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P.- ¿Qué es lo más difícil para una mujer con una colonostomia?
R= Encontrar unos zapatos que combinen con su bolsa
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