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De La Divina Locura de Drukpa Kunley
El Maestro de la Verdad, el Señor de los Seres, Drukpa Kunley, decidió entonces poner a prueba la conciencia de Sakya Panchem. Se dirigió a la Sakya, al Templo de la Compasión Amorosa, en el momento mismo en el que los monjes estaban celebrando en él un rito funerario anual para que la Amorosa Compasión se reencarnara. Kunley vio inmediatamente que ésta se había encarnado en un burro que ascendía la colina con mucho esfuerzo, derrumbado por un enorme fardo. El Lama pidió al dueño del animal que se lo prestara y cogiéndolo por la oreja lo arrastró hasta el templo.
- ¿Qué es eso? -preguntaron los monjes.
- Ya lo estáis viendo: un burro. Y vosotros, ¿qué estáis haciendo?
- Estamos haciendo un rito para el retorno de fuego de nuestro Lama.
- ¿Cómo se llama vuestro Lama?
- El Tulku de la Amorosa Compasión.
- ¿Y dónde está actualmente? -insistió Kunley.
- En el paraíso de Galden.
- ¿Dónde está eso?
- Es muy difícil de encontrar - dijeron vagamente-. ¡No hagas esas preguntas! Cerraron los ojos, unieron las manos en signo de oración y continuaron ofreciendo su intercesión en favor del Rimpoche, sin prestar más atención al Lama.
- "¡Bodhisattva de la Inteligencia, tú que ves la identidad en la diversión universal!
¡Gran Ser de Diamante, adornado con las Cinco Perfecciones del Despertar!
¡Encarnación de la Amorosa Compasión, te rogamos que nos alientes con tu dulce bendición,acuérdanos el Poder y la Conciencia!”
¡Gran Ser de Diamante, adornado con las Cinco Perfecciones del Despertar!
¡Encarnación de la Amorosa Compasión, te rogamos que nos alientes con tu dulce bendición,acuérdanos el Poder y la Conciencia!”
El Lama dedicó entonces esta plegaria al burro:
“¡Oh, burro, la más penosa de las criaturas!
La hierba y el agua te son raros,
tú, siempre sobrecargado,
rogamos por tu lomo magullado,
por la bendición de tus espaldas encorvadas "
La hierba y el agua te son raros,
tú, siempre sobrecargado,
rogamos por tu lomo magullado,
por la bendición de tus espaldas encorvadas "
Los Lamas estaban fuera de sí.
-¡Ruega por nuestro Lama, no por ese burro! - gritaron.
-¡Pero vuestro Lama se ha reencarnado en este burro!
-¡Eso es absurdo!
-¡Escuchad! -intentó explicar Kunley -. Cuando viajaba a China, al Tíbet o a Mongolia, vuestro Lama tenía la costumbre de sobrecargar las bestias de carga de la caravana. El resultado de este karma es que se ha reencarnado en burro.
Y como para confirmar estas palabras, los ojos del burro se llenaron de lágrimas.
Al ver esto, los monjes creyeron la historia de Kunley y tendieron sus manos en signo de veneración hacia el burro.
Después le preguntaron cuándo volvería su Lama para dirigir de nuevo el monasterio.
- Si queréis que vuestro Lama vuelva, cuidad de este asno y alimentadlo durante cinco años. Cuando muera, vuestro Lama renacerá en Lithang, en la provincia de Kham y volverá aquí.
Así lo hicieron y, en efecto, el Rimpoche se reencarnó en Lithang y volvió a Sakya.
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