De 150 cuentos sufies de Yalal Al-Din Rumi
Un guerrero, armado de la cabeza a los pies, dirigía su caballo hacia el bosque. Al verlo llegar, tan altivo, un cazador se asustó. Tomó una flecha y tensó su arco.
Al verlo así, dispuesto a disparar, el caballero le gritó:
Al verlo así, dispuesto a disparar, el caballero le gritó:
"¡Detente! No te fíes de las apariencias. La verdad es que soy muy débil. Cuando llega la hora del combate, estoy más asustado que una vieja."
El cazador le dijo entonces:
"¡Vete! Afortunadamente, me has advertido a tiempo. ¡Si no, habría disparado contra ti!"
Las armas son, para muchos, la causa de la muerte. Puesto que tú eres miedoso, abandona tus flechas y tu espada.
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