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jueves, 3 de mayo de 2012

Otro de gallegos: "el empleado racista" XD

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Llega un gallego a un negocio y dice:

- Deme dos kilos de chorizo colorado

El empleado, detrás del mostrador, esbozó una pequeña sonrisa y se quedó mirándolo. 
El gallego comenzó a gritar:

- ¿Qué me mira, gilipollas, eh? ¡Coño! Yo los conozco a los tíos como usted. Son racistas, si señor! Usted me mira y piensa: "Este pide chorizo colorado... Por lo tanto es un gallego idiota de mierda..."
 
- No señor, yo...

- Si hubiese entrado alguien a pedirle salchichas hubiese dicho: "este es un alemán y seguramente es un hijo de puta, nazi y asesino"

- No, no es eso, mire, en realidad...
 
- ¡No me interrumpa, joder! ¡Ustedes los racistas son todos iguales! ¡Prepotentes, irrespetuosos! Seguro que si hubiese entrado alguien a pedirle pastrami, usted hubiese pensado: "Tenía que ser un tacaño judío!", Y si hubiese entrado un tipo a pedirle salami hubiese dicho "este es un italiano; seguro que es sucio, ratero, ruidoso y grasiento!"

- No, señor, yo...

-¡Que se calle, coño! Usted es un intolerante porque si entraba aquí un cliente a pedirle queso camambert hubiese pensado: "ahh, un francés! Seguro que es un asqueroso y maricón!". Y si llegaba alguien a pedirle frijoles, usted hubiese pensado: "este es un mexicano. Sin dudas es analfabeta, haragán, corrupto y se la pasa tirándose pedos."

- Señor, no, no...

- ¡Y si hubiese entrado alguien a pedirle un...

El empleado le interrumpió y le replicó ya exhasperado: 

- ¡No, señor! Yo no pienso nada de eso.
¡Le digo que me deje hablar! ¡Usted está equivocado!

- ¿Y por qué estoy equivocado, carajo?

- Porque esto es una joyería, señor...
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miércoles, 18 de abril de 2012

Érase una vez un árabe y un judío... =)

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Bueno, bueno, no tengo mucho tiempo, así que de rápidito, un chiste:


Una vez, un árabe le pidió dinero prestado a un judío.
Sucede que el arabe jamás había pagado una deuda, y el judío jamás había perdido un solo centavo en alguna transacción.
El tiempo pasó y el arabe había estado escondiéndose del judío, y éste nunca había logrado agarrarlo para que le pagara. Hasta que un día se cruzaron accidentalemnte en el bar de un gallego, en donde comenzaron a discutir.



- ¡Ahora sí desgraciado, o me pagas o me pagas! ¡Y ahora con intereseses me debes 20 euros, malnacido!

El árabe acorralado, no encontró otra salida, sacó una pistola, se la puso sobre su propia cabeza y dijo:

- ¡Podré irme al infiernos, pero no pagaré ésta deudas!



Y acto seguido apretó al gatillo, cayendo muerto al instante.
El judío completamente encabronado, frustrado y ardido, no queriendo sentirse menos, tomó la pistola del árabe, la puso sobre su cabeza y dijo:

- ¡Voy a recibir este dinero aunque sea en el infierno!



Y jaló el gatillo, suicidándose también.
El gallego que había observado todo, tomó el mismo revolver, lo puso sobre su sien y dijo:

- ¡Joder! ¡Poz hombre! ¡Yo por nada del mundo me pierdo esta pelea!


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¡Saludos, Shalom aleihem, salam aleikum y olé, ostias!
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