De Cuentos Populares Tibetanos de A.L. Shelton
Hace mucho tiempo, cuando los corazones de los hombres eran malos y olvidaron ser agradecidos y bondadosos, un cazador caminaba por un camino y cayó de un acantilado, casi matándose. Mientras se preguntaba como regresar al camino, un unicornio que pasaba por ahí, se detuvo y lo miró. El hombre comenzó a implorar y a suplicar, diciendo:
- Eres un unicornio tan hermoso. Yo nunca he lastimado a ningún animal, excepto cuando cazaba y tenía hambre, y nunca me atrevería a hacerte daño
Él le rogaba y le persuadía hasta que el unicornio bajó y lo ayudó a subir nuevamente hasta el camino. Una vez que estubo completamente a salvo, dijo:
- Desde aquí ya conozco el camino, así que ya no te necesito más.
El cazador tomó su arma y le disparó al unicornio, matándolo. Completamente seguro, tomó el camino, pero deambuló y deambuló, sin encontrar la salida o el camino de regreso. Y deseó haberle preguntado al unicornio el camino correcto antes de quitarle la vida.
Finalmente, fatigado, débil y hambriento, y sin nadie que pudiera venir a ayudarle, cayó nuevamente de un acantilado, muriendo ésta vez.
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* No estés seguro de que sabes más de lo que en realidad sabes. .
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