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jueves, 15 de junio de 2017

" -(︶o︶)丿"

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"En la vida moderna del llamado hombre educado y civilizado, éste se siente muy orgulloso de llevar una vida plagada de ansiedades y deseos ilimitados, cayendo en los hábitos y costumbres más degradados, y sin ningún conocimiento verdadero del propósito y las conquistas de la vida humana. En realidad, una vida carente de espiritualidad genuina es como la de un pez fuera del agua, pues nadie puede ser feliz sin una vida espiritual natural"

- Bhaktivedanta Swami Prabhupada
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miércoles, 15 de febrero de 2017

"•☼•"

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"El sufrimiento es causado por la falta de atención, el egoísmo,
las atracciones, las repulsiones, el apego a la vida y el temor
a la muerte"

..............................................................................- Patanjali
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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Un rey víctima de la ilusión

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De Secretos del Ser Desconocido
de Srila Bhaktivedanta Narayana Gosvami Maharaja

En la India antigua vivió un gran emperador muy poderoso  llamado Haricandra. Su mujer se llamaba Saibya, y su joven y apuesto hijo, Rohitasva. Haricandra era extremadamente veraz;  jamás decía una mentira ni toleraba la falsedad, y era famoso en el  mundo entero por su generosidad hacia todas las criaturas. Pero  aunque poseía esas cualidades, al sabio Visvamitra le preocupaba  su bienestar.

Visvamitra pensaba: “La verdad que persigue Haricandra  es solo una verdad mundana carente de valor real. Excepto los  devotos del Señor, nadie en este mundo puede decir realmente  la verdad. Si le preguntara: ‘¿Cómo te llamas?’, él respondería:

‘Haricandra’. ‘¿Quién eres?’ ‘Soy el emperador’. ‘¿Quién es ese?’  ‘Es mi hijo’. ‘¿Quién es ella?’ ‘Es mi esposa’. Pero, en realidad, solo  hay una verdad: No somos estos cuerpos mortales, sino almas  espirituales sirvientes de la Verdad Absoluta.”

Visvamitra Muni se sentía cada vez más preocupado. Sabía  que el rey Haricandra solo hallaría la felicidad y el bienestar eternos  con una comprensión espiritual correcta, y estaba convencido de  que la falta de esa comprensión sería su ruina.
 
Utilizando sus poderes místicos, una noche se apareció en  sueños ante el rey y le dijo:
 
— Eres un rey excelente. Eres muy generoso, dices siempre  la verdad y adoras a Dios. Como eres tan bondadoso, estoy seguro de que me darás cuanto te pida. Quiero que me des algo.
 
En ese momento, Haricandra se despertó y dijo en voz alta:
 
— Te daré todo lo que me pidas.

Visvamitra le dijo entonces:

— Quiero todo tu reino.

— Te lo daré — respondió Haricandra.

Visvamitra se marchó y el rey se volvió a quedar dormido.  A la mañana siguiente se despertó sin acordarse de lo ocurrido,  pero poco después Visvamitra se acercó a él y le preguntó:

— ¿Tuviste algún sueño anoche?

— Sí, recuerdo que tuve un sueño.

— Anoche me ofreciste todo tu reino.

— Puede que lo hiciera, pero era solo un sueño.

— No lo era. Yo fui en verdad a verte anoche.

El rey sabía que los grandes sabios pueden ir prácticamente  a cualquier parte y hacer grandes prodigios, de modo que creyó en sus palabras.

Visvamitra siguió diciendo:

— Ahora que estás despierto, debes decir: “Prometo entregarte todo mi reino”.

Haricandra dijo:

— Sí, yo declaro que el reino es tuyo.

Según la antigua cultura de la India, cuando alguien hace  una caridad entrega al mismo tiempo unas monedas. Visvamitra  pidió por tanto a Haricandra que le diera además algo de dinero.

— Si no me das unas monedas, la promesa no será completa

— dijo—. Me tienes que dar algo; aunque sea un uno por ciento del valor de tu regalo.

— Diez mil monedas de oro — respondió Haricandra

Y añadió dirigiéndose a su tesorero: — Da al sabio diez mil monedas de oro.
Visvamitra dijo sonriendo:

— Parece que te retractas de tu palabra. Si me has dado todo  tu reino, incluidas tus arcas, ¿cómo puedes ordenar a tu tesorero  que me dé oro? Tendrás que pensar en otro modo de hacer ese donativo.

Haricandra admitió que era cierto y dijo que pediría prestado a alguien del reino. Pero Visvamitra le recordó:

— Los ciudadanos también son míos. No puedes pedir prestado a ninguno de ellos.

El rey pensó: “Todo lo que me queda son mi esposa, mi hijo y yo mismo; no tengo nada más.

— Me venderé a mí mismo y tambén a mi mujer y a mi hijo, y entonces te pagaré.

— No puedes venderte dentro de mi reino. Tendrás que irte de aquí.

Puesto que el reino de Haricandra comprendía la tierra entera, el rey no supo qué responder. Entonces Visvamitra dijo:

— Aunque Kasi..., la morada del Señor Siva, se encuentra dentro de mi reino, no se considera parte de este mundo, de modo que puedes ir a venderte allí. Pero no olvides pagarme. 

Haricandra, su mujer y su hijo tuvieron que ir a Kasi... a pie, ya que los cuadrigas y las caballos pertenecían ahora a Visvamitra.

Después de viajar durante muchos días, finalmente llegaron a Kasi...,y enseguida Haricandra se puso a preguntar a sus habitantes si a alguien de allí le interesaría comprarlo. El guardían del crematorio, una persona de origen muy humilde, le dijo que le compraría si estaba dispuesto a trabajar en el horno crematorio. Como nadie más se había ofrecido a comprarlo, Haricandra aceptó el empleo por el cual el hombre le pagó cinco mil monedas de oro. Para conseguir las cinco mil restantes, vendió a su mujer y a su hijo a una persona muy cruel de la casta sacerdotal, y entonces pagó a Visvamitra.

Igual que cuando alguien vende una vaca deja de ser su propietario, Haricandra ya no era el rey y tampoco el esposo de  su mujer o el padre de su hijo, si bien de algún modo él seguía identificándose como tal. Pensaba: “Yo fui rey, soy el marido de 
Saibya y el padre de Rohitasva.”

Algún tiempo después, por el poder místico de Visvamitra, una serpiente mordió al hijo de Haricandra y lo mató. Era una noche oscura en plena estación de las lluvias y caía un fuerte aguacero acompañado de un viento gélido. El cruel dueño de
Saibya dijo a esta:

— Arréglatelas como puedas para incinerar a tu hijo. Yo ya te compré y no pienso gastar más en ustedes. Y ahora saca a ese cadáver de aquí.

Y en aquella noche desapacible, la desconsolada
Saibya  tomó a su hijo en sus brazos y lo llevó hasta el crematorio situado a orillas del Ganges, el mismo en el que su marido trabajaba de guardián. Haricandra no reconoció a la mujer y, aunque podía ver que era muy pobre, le dijo:

— No puedes incinerar a ese niño sin pagar.

Ella respondió que no tenía dinero; su única posesión era el cuerpo muerto de su hijo envuelto en aquel velo.

En ese momento, un rayo iluminó la escena y Haricandra pudo ver que quien estaba ante él era su propia esposa. Nunca imaginó que vería a su hijo en aquel lugar, muerto, ni a su mujer en aquella condición tan lamentable y desesperada. Sintiendo que no podía resistir más aquello, se echó a llorar.

— ¡Oh, Dios mío! ¿Qué ha ocurrido?

Pero en medio de aquel dilema, y a pesar de sus lágrimas, intentó ser fiel a su nueva identidad. Sintiendo que debía ser muy estricto con lo que él consideraba el sentido del deber, dijo a
Saibya:

—Aún así, tienes que pagarme. Soy el guardián de este crematorio.

—Lo único que puedo darte es la mitad de este velo — respondió ella.

Y cuando
Saibya empezó a rasgar el velo, Visvamitra junto con el Señor Narayana (una de las encarnaciones de la Suprema Personalidad de Dios), y semidioses como Yamaraja (el señor de la muerte) y el Señor Brahma (el creador del universo y líder de los semidioses) aparecieron en medio de la escena proclamando:

— ¡Rohitasva será rey!

Visvamitra colocó su mano sobre el cadáver y dijo:

— Levántate, hijo mío.

El joven se puso en pie de inmediato con los ojos mirando al cielo. Visvamitra dijo entonces a Haricandra:

— Te quité cuanto tenías y ahora te lo devuelvo todo. El reino vuelve a ser tuyo. Ahora que tienes una nueva comprensión de las cosas puedes abandonar tus responsabilidades mundanas e ir al bosque a meditar en Dios.

Le explicó que había estado sumido en la ilusión por haber confundido su cuerpo y las designaciones corporales con su verdadero ser.

— En este mundo nadie puede decir la verdad en el sentido real de la palabra —siguió diciendo—. Tú no eres Haricandra; ese es el nombre de tu cuerpo físico. ¿Y de qué está hecho el cuerpo? Es una mezcla de sangre, carne, orina y excremento.

Cuando piensas que eres padre, esposo, rey y demás, ¿qué hay de verdad en ello? Tú, el alma situada dentro del cuerpo, eres un sirviente eterno de Dios. Eres parte integrante de Krishna, el Señor Supremo. No eres de este mundo. Intenta servir a Dios y cantar Su santo nombre.

El rey Haricandra había tenido hasta entonces una concepción vaga del Supremo y Le había adorado sumisamente, pero en su corazón no había verdadera devoción ni entrega. Era cumplidor con las verdades relativas de este mundo. Por eso nunca había llegado a experimentar una felicidad auténtica a pesar de toda su opulencia. Por la misericordia de Visvamitra Muni había obtenido la liberación total de su naturaleza trascendental, la liberación que ansía todo ser viviente. Lo que habría tardado muchas vidas en alcanzar, lo había logrado en unos momentos gracias al poderoso sabio. E igual que aprendió él, también otros pueden aprender de esta historia de los Vedas.
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viernes, 29 de julio de 2016

El príncipe hijo de un millón de madres

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De Volver a Nacer: La ciencia de la reencarnación
de A.C Bhaktivedanta Swami Prabhupāda
(Capítulo 4: tres casos de reencarnación)

"Algunos consideran que el alma es asombrosa, otros la describen como asombrosa y otros más oyen hablar de ella como algo asombroso, mientras que hay otros que incluso después de oír hablar de ella, no logran comprenderla en absoluto''.

- Bhagavad-gītā (2.29)

En la siguiente narración histórica, tomada del Śrīmad-Bhāgavatam, el hijo del rey Citraketu revela sus nacimientos previos, e instruye al rey y la reina en la naturaleza imperecedera del alma y la ciencia de la reencarnación.

El rey Citraketu tenía muchas esposas, y aunque fértil, no había engendrado hijos en ninguna de ellas, porque todas sus bellas esposas eran estériles.

Un día, el gran sabio Aṅgirā visitó el palacio de Citraketu. El rey al verlo se levantó del trono y, conforme a la costumbre védica, le presentó sus respetos.

"¡Oh, rey Citraketu! Puedo ver que tu mente está perturbada. La palidez de tu rostro refleja una profunda amargura. ¿No has logrado tus propósitos?'', le preguntó el sabio.

Siendo un gran clarividente, Aṅgirā conocía la causa del sufrimiento del rey; pero tenía sus razones, para interrogarlo como si no supiese.

El rey respondió: "¡Oh, Aṅgirā! Gracias a las grandes penitencias y austeridades realizadas, has adquirido el conocimiento completo. Puedes comprenderlo todo, ya sea externo o interno, acerca de nosotros las almas encarnadas. ¡Oh, gran alma! Todo lo sabes; sin embargo me preguntas por qué estoy triste. Te responderé si me lo permites. Así como un collar de flores no puede satisfacer a un hambriento, tampoco mi vasto imperio e incalculables riquezas pueden satisfacerme, porque carezco de la verdadera riqueza del hombre: Carezco de un hijo. ¿No puedes ayudarme a ser verdaderamente feliz, determinando que yo tenga uno?''

Aṅgirā, que era muy misericordioso, accedió a ayudar al rey. Realizó un sacrificio especial a los semidioses, y ofreció los remanentes del alimento del sacrificio a las más perfecta de las reinas de Citraketu, Kṛtadyuti. "¡Oh, gran rey! Tendrás ahora un hijo que será causa de júbilo y de lamentación'', dijo Aṅgirā. Y desapareció sin esperar la respuesta del rey.

Citraketu se sintió colmado de felicidad al saber que finalmente tendría un hijo; pero se preguntaba por el significado de las últimas palabras del sabio.

"Aṅgirā sin duda ha querido decir que seré muy feliz cuando mi hijo nazca. Lo cual es verdad. Pero, ¿qué significa que el niño será causa de lamentación? Por supuesto, mi único hijo será el heredero forzoso del trono y el reino. Por lo tanto, es probable que se haga orgulloso y desobediente. Esto podría ser motivo de lamentación. Pero tener un hijo desobediente es mejor que no tener hijo.''

A su debido tiempo, Kṛtadyuti quedó encinta, y tuvo un hijo. Al escuchar la noticia, todos los habitantes del reino se regocijaron. El rey Citraketu estaba radiante de alegría.

Según el rey cuidaba de su hijito, su afecto por la reina Kṛtadyuti aumentaba, día a día, y gradualmente perdía el afecto por sus esposas estériles. Estas se lamentaban sin cesar de su suerte, porque a una esposa sin hijos el marido la descuida en el hogar, y las esposas fértiles la tratan como a una sirvienta. Las reinas estériles ardían de ira y envidia. Con el crecer de la envidia, perdieron la inteligencia, y sus corazones se hicieron duros como rocas. Se reunieron secretamente, y decidieron que había sólo una solución a su problema, una sola manera de recuperar el amor del rey: Envenenando al niño.

Una tarde, cuando la reina Kṛtadyuti se paseaba por el patio de palacio, pensó en su hijo que dormía apaciblemente en su aposento. Puesto que amaba entrañablemente al niño, y apenas podía sufrir estar sin él un momento, ordenó a la niñera que fuese a despertarlo de la siesta y lo trajese al jardín.

Mas, cuando la sirvienta se aproximó al niño, vio que tenía los ojos vueltos hacia arriba, y que no mostraba signos de vida. Horrorizada, puso un copo de algodón bajo las narices del niño, y vio que el algodón no se movía. Gritó entonces: "¡Estoy perdida!'', y se desplomó. Presa de una gran angustia, se golpeaba el pecho con los puños y lloraba a gritos.

Como la sirvienta no regresaba, la reina se aproximó al aposento del niño. Al escuchar los gemidos de la niñera, entró ansiosa y vio que su hijo se había marchado de este mundo. Profiriendo un gran lamento, con el cabello y los vestidos en desorden, la reina se desplomó inconsciente.

Cuando al rey le anunciaron la muerte de su hijo, casi enloqueció de dolor. Estalló en lamentos y corrió a ver al niño muerto, tropezando y cayendo en el trayecto. Rodeado de los ministros y cortesanos, entró en el aposento del niño y se desmayó a los pies de éste, con los cabellos y vestidos en total desorden. Cuando recuperó la conciencia, respiraba pesadamente, tenía los ojos bañados en lágrimas, y no podía hablar.

Al ver a su marido sumido en la desesperación por su hijo muerto, la reina comenzó a maldecir al Señor Supremo. Esto incrementó la congoja en los corazones de todos los residentes del palacio. Los collares de flores de la reina cayeron de su cuerpo, y su suave cabello negro azabache se enmarañó. Las lágrimas manchaban el cosmético debajo de sus ojos.

"¡Oh, Providencia! En vida del padre, has causado la muerte de su hijo. Ciertamente eres enemigo de los seres vivientes, y careces de toda misericordia.'' Volviéndose hacia el niño amado, dijo: "Mi querido hijo, estoy desamparada y herida. No debes separarte de mí. ¿Cómo puedes abandonarme? ¡Mira cómo se lamenta tu padre! Ya has dormido demasiado. Ahora, te lo suplico, levántate. Tus amiguitos te llaman a jugar. Debes de tener hambre; levántate pues, inmediatamente, y toma tu comida. Mi querido hijo, soy terriblemente desdichada, porque ya no puedo ver tu dulce sonrisa. Has cerrado para siempre los ojos. Has sido elevado desde este planeta a otro lugar, desde el cual no retornarás. Mi querido hijo, no pudiendo escuchar tu voz amada, no podré sobrevivir.''

El rey lloraba ruidosamente. Viendo a la madre y al padre lamentarse, todos se les unieron llorando la prematura muerte del niño. A causa de la súbita tragedia, los ciudadanos del reino se sentían abrumados de dolor.

Cuando el gran sabio Aṅgirā comprendió que el rey estaba casi muriendo, sumido en un océano de pesar, se dirigió al palacio con su amigo el santo Nārada.

Los dos sabios encontraron al rey, agobiado por la pena, tumbado como muerto junto al cadáver del niño. Aṅgirā se dirigió a él con dureza: "¡Despierta de la oscuridad de la ignorancia! ¡Oh, rey! ¿Qué relación tiene contigo ese cadáver, y qué relación tienes tú con él? Aunque puedes decir que ahora estáis relacionados como padre e hijo, ¿crees que esta relación existía antes de que él naciera? ¿Existe verdaderamente ahora? ¿Continuará existiendo cuando él ha muerto? ¡Oh, rey! Tal como las pequeñas partículas de arena a veces se juntan y a veces se separan, movidas por la fuerza de las olas del océano, las almas albergadas en cuerpos materiales a veces se juntan y a veces se separan, movidas por la fuerza del tiempo.'' Aṅgirā deseaba que el rey comprendiese que todas las relaciones corporales son efímeras.

"Mi querido rey —continuó el sabio—, cuando vine anteriormente a tu palacio, podría haberte obsequiado el mayor de los dones, el del conocimiento espiritual; mas al ver que tu mente estaba absorta en las cosas materiales, únicamente te obsequié un hijo, que te causó felicidad y lamentaciones. Ahora estás experimentando las miserias de quienes tienen hijos. Los bienes visibles, tales como la mujer, los hijos, y la propiedad, no son más que sueños. Por lo tanto, ¡oh, rey Citraketu!, trata de comprender quién eres verdaderamente. Considera de dónde vienes, adónde irás cuando abandones este cuerpo, y por qué estás bajo el dominio del sufrimiento material.''

Entonces Nārada Muni hizo algo maravilloso. Mediante un misterioso poder, trajo el alma del fallecido hijo del rey a la vista de todos. El aposento se inundó de una brillantez deslumbrante, y el niño muerto comenzó a moverse. Nārada dijo: "¡Oh, entidad viviente! Te deseo toda suerte de felicidad. Mira a tu padre y madre. Todos tus amigos y familiares están abrumados de pesar por tu muerte. Sin embargo, debido a que moriste prematuramente, todavía dispones de lo que te quedaba por vivir. En consecuencia, puedes volver a entrar en tu cuerpo, y gozar de los restantes años que te fueron concedidos en él, junto a tus amigos y familiares, y más tarde podrás recibir el trono real y todas las opulencias de tu padre.''

Gracias al poder sobrenatural de Nārada, el alma había retornado al cuerpo muerto. El niño, resucitado, se sentó y comenzó a hablar, no con una inteligencia infantil, sino con el pleno conocimiento de un alma liberada: "Conforme a los resultados de mis actividades materiales, yo, el alma, transmigro de un cuerpo a otro, a veces yendo a las especies de los semidioses, a veces a las especies de los animales inferiores, a veces encarnando en los vegetales, y apareciendo a veces en la especie humana. ¿En cuál de mis nacimientos fueron mis padres esta mujer y este hombre? En realidad nadie es mi padre ni mi madre. He tenido millones de supuestos padres. ¿Cómo puedo admitir que estas dos personas son mis padres?''

Los Vedas enseñan que el alma eterna entra en un cuerpo hecho de elementos materiales. Aquí vemos que un alma entró en un cuerpo, producido éste por el rey Citraketu y su esposa. Mas en realidad no era hijo de ellos. El alma es un hijo eterno de la Suprema Personalidad de Dios; pero, debido a que ella desea gozar de este mundo material, Dios le permite entrar en variados cuerpos. No obstante, el alma pura no tiene una verdadera relación con el cuerpo material que obtiene de los padres. En consecuencia el alma en el cuerpo del hijo de Citraketu, terminantemente negó que el rey y la reina fuesen sus padres.

El alma continuó: "En este mundo material, que es como un rápido río, todos llegan a ser, sucesivamente, amigos, familiares, y enemigos, con el correr del tiempo. También actúan como seres neutrales, y en muchas otras variedades de relación. Pero en ninguna de tan diversas situaciones se mantiene una relación permanente.''

Citraketu se lamentaba por su hijo, ahora muerto; pero bien podría haber considerado la situación de otra manera: "Esta entidad viviente—podría haber pensado— era mi enemigo en mi última vida, y ahora, después de haber encarnado como hijo mío, se ha marchado prematuramente, tan sólo para producirme dolor y agonía.'' ¿Por qué no habría el rey de considerar que su hijo muerto era quizás un antiguo enemigo y, en vez de lamentarlo, mostrarse aliviado por su muerte?

El alma en el cuerpo del niño dijo: "Tal como el oro y otros bienes están continuamente transfiriéndose de un lugar a otro, a consecuencia de la compraventa, también el alma, a consecuencia del karma vaga por el universo, siendo inyectada sucesivamente en la matriz de diferentes especies de vida, por el semen de un nuevo padre cada vez.''

Según lo explica el Bhagavad-gītā, no es la actuación de los padres la que determina que nazca el ser viviente. La verdadera identidad de éste es por completo independiente de aquellos que se consideran su padre y su madre. La ley de la naturaleza fuerza al alma a entrar en el semen del padre y ser inyectada en la matriz de la madre. El alma no puede determinar directamente la clase de padres que tendrá; eso depende por entero de sus actividades en las vidas previas. Las leyes del karma le obligan a ir a diferentes padres y madres, tal como si fuese un objeto de compraventa.

El alma a veces se cobija en unos padres animales, y otras en padres humanos. A veces recibe unos padres que son aves, y otras unos que son semidioses de los planetas celestiales.

Según el alma transmigra a diferentes cuerpos, cada uno de éstos, cualquiera que sea la forma de vida — humana, vegetal, o de semidiós—, tiene un padre y una madre. Estos no son muy difíciles de obtener. Lo verdaderamente difícil de obtener es un padre espiritual, es decir, un maestro espiritual fidedigno. En consecuencia, el deber del ser humano es buscar tal maestro espiritual; porque, bajo su guía, uno puede liberarse del ciclo de la reencarnación, y retornar a su hogar de origen en el mundo espiritual.

"El alma es eterna —continuó el niño—, y no tiene una relación permanente con sus supuestos padres. Erróneamente admite que es el hijo de ellos, y los ama en consecuencia. Con la muerte, sin embargo, la relación se termina. Siendo así, es inadecuado lamentarse o regocijarse. El alma es eterna, imperecedera; no ha tenido principio ni tendrá fin; no ha nacido ni morirá. El alma es igual, en calidad, al Señor Supremo. Ambos son personalidades espirituales. Pero, debido a su pequeñez, el alma es propensa a sentirse fascinada por la energía material, y a crearse cuerpos apropiados a sus diferentes deseos y actividades.''

Los Vedas nos enseñan que el alma es la responsable de sus vidas en el mundo material, donde queda atrapada en el ciclo de la reencarnación recibiendo un cuerpo material tras otro. Si así lo quisiere, podrá permanecer sufriendo en la prisión de la existencia física, o retornar a su hogar originario en el mundo espiritual. Aunque Dios, mediante la energía material, les da los cuerpos que desean, en verdad el Señor quiere que las almas materialmente condicionadas salgan del remolino punitivo que es la existencia física, y retornen al hogar, a Él.

Repentinamente, el niño quedó en silencio; el alma pura se marchó, y el cuerpo se desplomó sin vida. Citraketu y todos estaban atónitos. Rotos los grilletes del afecto, cesaron de lamentarse. Luego realizaron las ceremonias funerarias, e incineraron el cadáver. Las otras esposas del rey, que habían envenenado al niño, estaban muy avergonzadas. Lamentándose y recordando las instrucciones de Aṅgirā, deseo de tener hijos. Obedeciendo las instrucciones de los sacerdotes brāhmaṇas, acudían diariamente a las orillas del río Yamunā, a bañarse y orar para expiar así sus pecados.

Habiéndose hecho plenamente conscientes del conocimiento espiritual, que incluye la ciencia de la reencarnación, el rey Citraketu y su esposa, la reina Kṛtadyuti, fácilmente se liberaron del afecto, que es causa de dolor, temor, angustia e ilusión. Aunque el apego por el cuerpo es muy difícil de aniquilar, pudieron vencerlo muy fácilmente, cercenándolo con la espada del conocimiento espiritual.
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viernes, 10 de junio de 2016

"(─̀▿─́)"

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 "Todos los hombres anhelan el gozo supremo,
más el deseo del placer extravía a la mayoría"

......................................................- Paramahansa Yogananda
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viernes, 20 de mayo de 2016

Miedo y debilidad, Libertad y fortaleza

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............................................(Poema de Swami Vivekananda)

El miedo es muerte, miedo es pecado, miedo es infierno
el miedo es injusticia, el miedo es la vida equivocada
Todos los pensamientos e ideas negativas que hay en el mundo
han procedido del espíritu maligno del miedo

La libertad nunca puede ser alcanzada por los débiles
Deshazte de toda tu debilidad
Dile a tu cuerpo que es fuerte
Grítale a tu mente que es fuerte,
y ten fe y eperanzas
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sábado, 12 de marzo de 2016

জ্ঞান

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"Elévate por encima de tu cuerpo, quema esta personalidad tuya, redúcela a cenizas, consumelas, quémalas, y solamente entonces podrás ver tus deseos realizados. En otras palabras: "Niegate a ti mismo"

Toda la belleza que ves en este mundo no es más que la Verdadera Divinidad, la misma que aparece ante ti en el cuerpo de un ser amado, que se pone vestidos distintos en árboles, montañas y colinas. Date cuenta de esto, porque con esto es como puedes elevarte por encima de las pasiones y deseos mundanos. Ésta es la manera de hacer uso espiritual de los deseos del mundo y utilizarlos para su propio bien.

Date cuenta de tu divinidadd y todo estará realizado".

- Swami Rama Tirtha 
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miércoles, 17 de febrero de 2016

Sistemas planetarios superiores, medios e inferiores

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De Más allá del nacimiento y de la muerte
de Bhaktivedanta Swami Prabhupada
(Capítulo III: Liberándose de los planetas materiales)

Una persona inteligente sabe que no quiere sufrimientos, pero éstos le son impuestos por la fuerza. Como se planteó antes, nosotros siempre estamos en una condición de sufrimiento debido a la mente, al cuerpo, a los disturbios de la naturaleza, y a otras entidades vivientes. Siempre se nos impone alguna clase de sufrimiento. Este mundo material está destinado para sufrir; a menos que existan los sufrimientos, no podremos volvernos conscientes de Krishna. Los sufrimientos son en realidad un incentivo y nos ayudan a elevarnos a la conciencia de Krishna. 

Un hombre inteligente se pregunta por qué estos sufrimientos le son impuestos por la fuerza. Sin embargo, la actitud de la civilización moderna es: “Déjenme sufrir. Déjenme cubrir el sufrimiento con la embriaguez o con drogas. Esto es suficiente para mí”. Pero cuando se termina la embriaguez vuelven los sufrimientos. No es posible encontrarles solución a los sufrimientos de la vida con la embriaguez artificial. La solución se encuentra en el proceso de conciencia de Krishna. 

Se puede señalar que mientras los devotos de Krishna están tratando de entrar en el planeta de Krishna, el interés de la sociedad está en ir a la Luna. ¿Acaso ir a la Luna no es también la perfección? La tendencia a viajar a otros planetas siempre se encuentra presente en la entidad viviente. Un nombre de la entidad viviente es sarva-gata, que significa “aquel que quiere viajar a todas partes”. Viajar es parte de la naturaleza de la entidad viviente. El deseo de ir a la Luna no es algo nuevo. Los yogis también están interesados en entrar a los planetas superiores, pero en la Bhagavad-gita (8.16) Krishna señala que esto no les servirá de nada: 

"abrahma-bhuvanal lokah
punar avartino ‘rjuna
mam upetya tu kaunteya
 punar janma na vidyate"

“Desde el planeta más elevado del mundo material hasta el más bajo de ellos, todos son lugares de sufrimiento en los que ocurre el reiterado proceso del nacimiento y la muerte. Pero aquel que llega a Mi morada, ¡oh, hijo de Kunti!, nunca vuelve a nacer.” 

El universo está dividido en sistemas planetarios superiores, medios e inferiores. La Tierra es considerado un miembro del sistema planetario medio. Krishna señala que aunque uno entre al planeta más elevado de todos, llamado Brahmaloka, aun así encontrará la repetición del nacimiento y la muerte. Los otros planetas del universo están llenos de entidades vivientes. No debemos pensar que nosotros estamos aquí y que todos los demás planetas están vacíos. Por la experiencia práctica podemos ver que ningún lugar de la Tierra carece de entidades vivientes. Si cavamos profundamente la tierra, encontraremos gusanos; si nos sumergimos profundamente en el agua, encontraremos plantas y animales acuáticos; si subimos al cielo, encontraremos muchísimas aves. ¿Cómo es posible concluir que en otros planetas no haya entidades vivientes? Pero Krishna indica que aunque entremos en los planetas donde residen los grandes semidioses, continuaremos sujetos a la muerte. De nuevo, Krishna repite que al llegar a Su planeta, no tendremos que nacer de nuevo. 

Debemos ser muy serios por alcanzar nuestra vida eterna, plena de bienaventuranza y conocimiento. Hemos olvidado que éste es el verdadero propósito de la vida, nuestro verdadero interés. ¿Por qué lo hemos olvidado? Sencillamente porque hemos quedado atrapados a causa del brillo material, por los rascacielos, las grandes fábricas y los juegos políticos, aunque sabemos que no importa lo grande que construyamos los rascacielos, no podremos vivir aquí indefinidamente. No debemos malgastar nuestra energía construyendo poderosas industrias y ciudades y entramparnos aún más en la naturaleza material; más bien, debemos usar nuestra energía para desarrollar conciencia de Krishna a fin de conseguir un cuerpo espiritual con el cual podamos entrar al planeta de Krishna. La conciencia de Krishna no es una fórmula religiosa o alguna diversión espiritual; es la parte más importante de la entidad viviente. 
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martes, 8 de diciembre de 2015

अंतःकरण

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"Este Yo no es advertible por el estudio, ni aun por la inteligencia y la erudición. Este Yo revela su esencia únicamente a aquel que se aplica al Yo.  El que no abandonó los caminos del vicio, que no puede dominarse, que no posee la paz interior, cuya mente está turbada, no puede nunca advertir el Yo, aunque esté lleno de toda la ciencia del mundo"

- Kaṭha-upaniṣad
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jueves, 3 de diciembre de 2015

"ヽ( ˘_˘ )ノ"

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"Habla tanta filosofía como te plazca, adora tantos dioses como quieras, observa todas las ceremonias, canta devotas alabanzas a cuantos seres divinos te parezca — la liberación no llega jamás ni al final de un centenar de edades, sin el advertimiento de la Unidad del Yo"

- Shankara
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Tú eres eso

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Del Chāndogya- Upaniṣad (6.12.1)

Cuando Svetaketu tuvo doce años, fue mandado a un maestro, con el que estudió hasta cumplir los veinticuatro. Después de aprender todos los Vedas, regresó al hogar lleno de presunción en la creencia de que poseía una educación consumada, y era muy dado a la censura. Su padre le dijo:

- Svetaketu, hijo mío, tú que estás tan pagado de tu ciencia y tan lleno de censuras, ¿has buscado el conocimiento por el cual oímos lo inaudible, y por el cual  percibimos lo que no puede percibirse y sabemos lo que no puede saberse?

- ¿Cuál es este conocimiento, padre mío? - preguntó Svetaketu

Su padre respondió:

- Como conociendo un terrón de arcilla se conoce todo lo que está hecho de arcilla, pues la diferencia es sólo en el nombre, pero la verdad es que todo es arcilla, así, hijo mío, es el conocimiento que una vez adquirido, nos hace saberlo todo

- Pero sin duda esos venerables maestros míos ignoran este conocimiento; pues, si lo poseyesen, me lo habrían comunicado. Dame, pues, tú, padre mío, este conocimiento.

- Así sea - contestó el padre. Y dijo - : Tráeme un fruto del árbol nyagrodha

- Aquí está, padre

- Rómpelo

- Roto está, padre

- ¿Qué ves ahí?

- Unas simientes, padre, pequeñísimas

- Rompe una

- Rota está

- ¿Qué ves ahí

- Nada

El padre dijo:

- Hijo mío, en la esencia sutil que no percibes ahí, en esa esencia está el ser del enorme árbol del nyagrodha. En eso que es la sutil esencia, todo lo que existe tiene su yo. Eso es lo Verdadero, eso es el Yo, y tú, Svetaketu, eres Eso.

- Por favor, padre -dijo el hijo -, dime más.

- Así sea, hijo mío - respondió el padre; y dijo -: pon esta sal en agua, y vuelve mañana por la mañana

El hijo cumplió lo mandado.

A la mañana siguiente, el padre dijo:

- Tráeme la sal que pusiste en el agua

El hijo la busco, pero no pudo encontrarla; pues la sal, por supuesto, se había disuelto.

El padre dijo:

- Prueba el agua de la superficie de la vasija. ¿Cómo es?

- Salada

- Prueba del medio. ¿Cómo es?

- Salada

- Prueba del fondo. ¿Cómo es?

- Salada.

El padre dijo: - Tira el agua y vuelve.

Así lo hizo el hijo, pero la sal no se perdió, pues la sal existe para siempre.
Entonces dijo el padre:

- Ahí igualmente, en ese cuerpo tuyo, hijo mío, no percibes lo Verdadero; pero ahí está realmente. En eso que es la esencia sutil, todo lo que existe tiene su yo. Eso es lo Verdadero, eso es el Yo, y tú, Svetaketu, eres Eso.
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martes, 1 de diciembre de 2015

Más allá de los sentidos y de la mente...

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De Las Eneñanzas Místicas de la Reina Kunti
de Bhaktivedanta Swami Prabhupada)
(Capítulo 22: Belleza en presencia de Kṛṣṇa)

A la mente se le considera el undécimo sentido. Hay diez sentidos — cinco sentidos de trabajo y cinco sentidos de adquisición de conocimiento —, y el centro de los sentidos es la mente. El bhagavad-gita (3.42) dice:

indriyāni parāny āhur
indriyebhyah param manah
manasas tu parā buddhir
yo buddheh paratas tu saḥ

En este verso, Kṛṣṇa explica que aunque consideremos que los sentidos son muy importantes, más allá de los sentidos hay algo superior — la mente  —, más allá  de la mente está la inteligencia, y más allá de la inteligencia está el alma.

¿Cómo podemos apreciar la existencia del alma, si ni siquiera podemos entender los movimientos psicológicos de la mente? Más allá de la mente está la inteligencia, y, mediante la especulación, uno a lo sumo puede acercarse al plano intelectual. Pero para entender el alma y a Dios, uno debe ir más allá del plano intelectual. Es posible entender todo, pero debemos adquirir la comprensión a través del canal indicado. Por consiguiente el mandamiento védico dice:

Tad-vijñānārthaṁ sa gurum evābhigacchet
samit-pāṇiḥ śrotriyam brahma-niṣṭham

"Si uno verdaderamente es sincero en querer entender los temas trascendentales y sobrenaturales, debe acudir a un maestro espiritual genuino" (Mundaka Up. 1.2.12).
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viernes, 14 de agosto de 2015

El árbol atormentado

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Cuento indio de
Swami Jyotirmayananda

Había una vez en un bosque un árbol gigantesco. Tenía varias ramas con muchas hojas hermosas, era el más sano y majestuoso árbol en todo el bosque.Todos los demás árboles lo adoraban y él se volvió orgulloso. Cuando movía sus ramas decía "Yo soy el árbol más poderoso del mundo; hasta el dios del viento me teme".

Pronto todos los demás árboles comenzaron a murmurar acerca de estas palabras orgullosas y finalmente estos murmullos llegaron a los oídos del dios del viento.

Cuando el dios del viento supo que un árbol había desarrollado un gran orgullo y comenzado a alardear de que era más poderoso que él mismo, dijo "Debo cuidarme de ese árbol arrogante. Iré contra él con todas mis fuerzas mañana temprano,  justo cuando los primeros rayos de sol lo toquen".

Los murmullos de los árboles llevaron rápidamente el mensaje al árbol gigante. Una vez que el árbol supo que el dios del viento lo  atacaría a la mañana siguiente, entro en razón y se asustó terriblemente; se paso toda la noche toda la noche temblando de miedo, de manera que todas sus hojas se le cayeron, muchas de sus ramas se quebraron y por la mañana el árbol era la viva imágen de la miseria.

Cuando el dios del viento llegó soplando entre el bosque y vio al árbol, quedó sorprendido y le dijo: "¡Oh, árbol!, yo nunca intenté ponerte en ese estado, yo sólo habría llegado y sacudido algunas de tus ramas, ¿por qué hiciste eso? No había razón de que te pusieras en ésta trágica situación".
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El mensaje de la parábola es que la mente humana es hábil para dramatizar la miseria que aún no ha llegado. Cuando uno dramatiza el dolor y la tristeza, los hace cien veces peores. La miseria real será mucho menor.

Lo que realmente sucede en el mundo nunca es tan terrible como la mente se lo imagina. Cuando piensan en los sucesos de la vida, ¿cuántas veces se han permitido agitarse cuando las cosas no eran tan malas? Las cosas nunca son tan malas como nuestra imaginación dice que va a ser. Una imaginación como ésa debilita a la mente no una, sino mil veces y la mantiene atrapada.

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jueves, 17 de julio de 2014

ॐ9ॐ

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De El mundo está en la mente. Yoga Vásishtha de Valmiki
(Extractos de las Instrucciones del Sabio Váshishta
a su discípulo el príncipe Rama. Capítulo 9)

Dijo el bienaventurado Vásishtha:

«En una región del norte, entre las cumbres del Himalaya, hay una cima llamada Kailasha. Allí es donde Shiva, la gran Divinidad, pasea observando las cascadas que brotan de las cavernas de la montaña y vuelven a ser tragadas por ellas.

Allí una vez vivió una raza de hombres que tenían a Surghu como jefe. Era poderoso, hospitalario y reflexivo.

Los sabios acostumbran a viajar, aliviando sufrimientos y reduciendo la ignorancia, y así ocurrió que, un día, el sabio Mandavya visitó a ese pueblo.

Surghu dio la bienvenida al sabio y dijo: ‘Me siento tan sumamente gozoso de recibir esta visita como la tierra cuando llega la primavera. El pensamiento de las recompensas y castigos que he distribuido entre mis súbditos atormenta sin cesar mi corazón.
Dígnate, pues, bienaventurado sabio, aliviarme de este dolor y permite al sol de la paz y la serenidad iluminar la oscuridad de mi mente.’

Mandavya respondió: ‘Oh príncipe, con el esfuerzo y con la confianza en las propias fuerzas es como las dudas de la mente se funden, como la nieve bajo los rayos del sol. El autoconocimiento, oh príncipe, es también esencial.

Pregúntate en tu mente: ¿Quién soy yo? ¿Qué es esta vida nuestra y qué es esa muerte que nos acecha? Seguramente estas preguntas te conducirán al discernimiento. Cuando, reflexionando sobre la condición de tu mente, llegues a conocer tu verdadera naturaleza, permanecerás imperturbable tanto ante la alegría como ante la pena, y serás firme como una roca.

A los desapasionados se les honra como a los más afortunados de los hombres, y quien conoce esta verdad conserva el contento interior y es un sabio. Las grandes almas evitan preocuparse de las cosas exteriores para poder contemplar la pura luz del Espíritu supremo en su propio interior. Hasta que no te hayas liberado de los desvelos por tus fruslerías particulares no podrás tener ninguna visión del Espíritu
universal. Sólo tras la desaparición de todo interés por el mundo el Espíritu trascendente se da a conocer.

Deshazte de todo sentimiento hacia las cosas particulares y tendrás un conocimiento de lo que es universal; empezarás a comprender al Atman que lo engloba todo.
Sólo a condición de empeñarte en conocer al supremo Espíritu de todo corazón y con toda la mente y de sacrificar en esa búsqueda cualquier otro objeto o intención se convierte en posible conocer ese Espíritu en Su plenitud. Todos los objetos visibles que parecen ligados por el hilo de las causas y de los efectos son creación de la mente, que los mantiene unidos como el cordón sujeta las perlas de un collar. Aquello que permanece tras la disolución de la mente y de sus cuerpos creados en sólo Atman, que es el Dios supremo, Aquel que es más exaltado que todo.’

El jefe Surghu ofreció regalos, frutos y flores al sabio, que partió hacia otras regiones para seguir su misión.

Entonces Surghu, siguiendo la enseñanza del sabio, meditó asiduamente durante tres años en el silencio de su mente y se percató de su divinidad.

Dijo: ‘Mi Atman está dotado de toda belleza y es la luz que ilumina todo objeto. ¡Veo! ¡Veo! Mi Atman carece de forma y, sin embargo, es capaz de tomar toda forma y manifestación.

La causa de la felicidad y miseria humanas consiste en una falsa representación de la facultad de entender. Este mundo es un escenario instalado por la mente, que juega a protagonista mientras Atman asiste silencioso como espectador de la obra.
Contemplo esta maravillosa esfera del intelecto que ahora brilla sobre mí con todo su esplendor, y yo te saludo, oh luz santa, a quien veo ante mí resplandecer.’

El jefe Surghu reinó cien años en ese estado de iluminación, tras lo cual, por impulso propio, abandonó la habitación de su frágil cuerpo.

Esa mente inteligente, liberada de la servidumbre de la reencarnación, se convirtió en uno con el Espíritu inmaculado y fue absorbida en el supremo único, al igual que el aire contenido en un recipiente se une con el firmamento que lo engloba todo cuando el recipiente se rompe.»

El bienaventurado Vásishtha continuó:

«Estas son algunas de las enseñanzas de ese noble príncipe, oh Rama-ji, que te ofrezco para el bien de la humanidad: ‘Qué es samadhi? La insensibilidad de la mente al tumulto del orgullo y el rencor es conocida por el sabio con el término samadhi; cuando la mente es inquebrantable como una roca, resistiendo con firmeza al viento rugiente de las pasiones, está en samadhi. Soy puro, iluminado y plenamente consciente en todo momento. Mi mente está tranquila y mi corazón descansa en cualquier circunstancia.


Nada podría perturbar el dulce reposo de mi mente, anclada en una comunión ininterrumpida con el Santo Espíritu, Brahman.

Nada hay en el mundo que podamos considerar como anterior a nosotros, porque todo lo que brilla y reluce aquí abajo en realidad no es nada y está desprovisto de valor intrínseco.

Como aquí no hay nada que pueda desear, tampoco hay nada que me repela, porque la ausencia de una cosa también implica la ausencia de su contrario.
El sabio silencioso que conoce todo, que es santo, tranquilo y sereno dentro de sí, jamás es molestado por una mente rebelde.

Con la seguridad que proporciona el servicio al magnánimo Maestro, la mente dotada de sabiduría recibe el saber y medita para salvarse del océano de este mundo exactamente igual que un viajero obtiene de un barquero el batel que le permitirá atravesar un río.

Este es el verdadero camino que conduce a la mente a la pureza y que te volverá capaz de desenredarte de las trampas de tu mente, liberando a tu corazón de las redes del egoísmo.»

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lunes, 14 de julio de 2014

El poder del pensamiento (Parte II)

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De El Pensamiento y su poder de Swami Sivanda
( Capítulo I: EL Poder del pensamiento: Sus aspectos físicos y filosóficos)

12. La teoría celular y los pensamientos.

Una célula es una masa de protoplasma con un núcleo. Está dotada de inteligencia. Algunas células segregan, mientras que otras excretan. Las células de los testículos segregan semen; las células de los riñones excretan orina. Algunas células cumplen la función de un soldado: Defienden el cuerpo de las irrupciones o ataques de gérmenes y materias venenosas extrañas. Los digieren y los expulsan. Otras hacen llegar alimentos a los tejidos y a los órganos.

Las células ejecutan su trabajo sin una volición consciente. Sus actividades están controladas por el sistema nervioso simpático. Están en comunión directa con la mente y el cerebro.
Todo impulso de la mente, todo pensamiento, es transmitido a las células. Estas se ven extraordinariamente influenciadas por las distintas condiciones o estados mentales. Si hay confusión, depresión y otros pensamientos o emociones negativas en la mente, éstas se transmiten telegráficamente a través de los nervios a todas las células del cuerpo. Las células-soldados se ven paralizadas por el pánico, se debilitan y son incapaces de cumplir sus funciones adecuadamente.

Algunas personas son extremadamente conscientes de su cuerpo y no tienen idea de su Ser; llevan vidas irregulares e indisciplinadas y llenan sus estómagos con dulces, pasteles, etc. No dan descanso a los órganos digestivos y de eliminación. Padecen enfermedades y debilidad física. Los átomos, moléculas y células, de sus cuerpos producen vibraciones discordantes e inarmónicas. Carecen de esperanza, confianza, fe, serenidad y alegría. Son infelices. La fuerza vital no opera convenientemente. Su vitalidad está en acusada decadencia. Sus mentes están llenas de temor, desesperanza, preocupación y ansiedad.

13. Pensamiento primario y ciencia moderna.

 
El pensamiento es la fuerza más grandiosa de la tierra. Es el arma más poderosa con que cuenta un yogui. El pensamiento constructivo transforma, renueva y construye.
Los antiguos desarrollaron hasta la perfección las más avanzadas posibilidades de esta fuerza y las utilizaron con los propósitos más elevados.
 
El pensamiento es la fuerza primaria en el origen y fin de toda creación; el génesis de toda creación fenomenal viene dado por un simple pensamiento surgido de la Mente Cósmica.
El mundo es la manifestación de la idea primaria. Este Primer Pensamiento se manifestó como una vibración surgida de la eterna Serenidad de la Esencia Divina. Esta es la referencia, en terminología clásica, a Iccha, deseo del Hiraniagarbha, Alma Cósmica, que da origen a un Spandau, o vibración.
 
Esta vibración no es como la rápida oscilación de partículas físicas, sino que es algo infinitamente sutil, tan sutil como para resultar inconcebible a una mente normal.
Pero esto ha aclarado que todas las fuerzas se resuelven últimamente en un estado de pura vibración. La ciencia moderna también ha llegado recientemente a esta conclusión, tras prolongadas investigaciones en la naturaleza física externa.

14. El radio y los escasos Yoguis.

El radio es una rara comodidad. Los Yoguis que han conseguido controlar sus pensamientos son también muy escasos en este mundo, como el radio.

Del mismo modo que una dulce fragancia emana sin cesar de un palito de incienso, así también un perfume y efulgencia divinos (aura brámica, magnética), irradian del Yogui que ha controlado sus pensamientos y que constantemente permanece en Brahman o lo Infinito.
La efulgencia y el perfume de su rostro es Brahmanvarchas. Cuando se tiene en la mano un ramo hecho de jazmines, rosas y flores de Champaka el agradable aroma se extiende por toda la estancia y envuelve a todos por igual.

Del mismo modo el perfume, o fama y reputación (Yasas y Kiirti), de un Yogui que ha controlado sus pensamientos se extiende rápidamente en todas direcciones. Tal Yogui se convierte en una fuerza cósmica.

15. El pensamiento. Su peso, tamaño y fuerza.

Todo pensamiento tiene un peso, forma, tamaño, color, cualidad y poder. Un Yogui puede ver todos estos pensamientos con su ojo yóguico interno. Los pensamientos son como las cosas.
 
Así como uno puede dar una naranja a un amigo, y quitársela, así también uno puede darle un pensamiento útil y poderoso y también puede retirárselo.
El pensamiento es una fuerza enorme. Mueve, crea. Pueden hacerse maravillas con el poder del pensamiento.

Es preciso conocer la técnica adecuada, manejarlo y manipularlo.


16. El pensamiento. Su forma, su nombre y su color.

Supónte que tu mente se ha calmado enteramente y han desaparecido por completo los pensamientos. Tan pronto como el primer pensamiento comience a producirse, inmediatamente tomará nombre y forma.

Todo pensamiento tiene cierto nombre y cierta forma. Así encontramos que toda idea que el hombre tenga o pueda tener ha de estar conectada a cierta palabra como su contraparte.
La forma es el estado más grueso y el nombre el más sutil de un sólo poder manifiesto llamado pensamiento: Pero los tres son uno: Dondequiera que esté el uno, los otros dos han de estar también. Dondequiera que esté el nombre, estarán la forma y el pensamiento.
Un pensamiento espiritual tiene color amarillo. Un pensamiento cargado de cólera y odio es de color rojo oscuro; un pensamiento egoísta es marrón y así sucesivamente.


17. El pensamiento. Su poder, funciones y usos.

El pensamiento es un poder vital, vivo, dinámico; la fuerza más vital, sutil e irresistible que existe en el universo.

A través de la instrumentalidad del pensamiento se adquiere poder creativo. El pensamiento se transmite de un hombre a otro. Influye a las personas; un hombre de pensamiento poderoso puede influir rápidamente a las personas de pensamiento débil.

Hoy día existen numerosos libros sobre la cultura, el poder y la dinámica del pensamiento. Un estudio de ellos proporcionará una clara comprensión del pensamiento, su poder, sus actividades y su utilidad.

18. Vivimos en un mundo ilimitado de pensamiento.


El mundo entero no es otra cosa más que pensamientos. Pensamiento son los grandes dolores, la vejez, la muerte y el pecado; la tierra, el agua, el fuego, el aire, el éter. El pensamiento esclaviza al hombre. Quien ha controlado sus pensamientos es verdaderamente un Dios en la tierra.

Vivimos en un mundo de pensamientos. Lo primero es el pensamiento. Después se produce la expresión de ese pensamiento a través del órgano de la palabra. El pensamiento y el lenguaje están íntimamente conectados. Los pensamientos de cólera, amargura y malicia ofenden a otros. Si la mente, que es la causa de todos los pensamientos, desaparece, desaparecerán los objetos externos.

Los pensamientos son cosas. Los cinco sentidos, el sonido, el tacto, la forma, el sabor y el color; el estado de vigilia, el estado de ensueño y el estado de sueño profundo, todos son productos de la mente. La pasión, la cólera, la esclavitud, el tiempo, son también resultado de la mente. La mente es la reina de los Indriyas o sentidos. El pensamiento es la raíz de todos los procesos mentales.

Los pensamientos que percibimos a nuestro alrededor no son más que la mente en forma o substancia. El pensamiento crea y destruye. La amargura y la dulzura no están en los objetos, sino en la mente, en el sujeto, en el pensamiento. El pensamiento crea todas las sensaciones.
A través del juego de la mente sobre los objetos, la proximidad aparece como una gran distancia, y viceversa. Todos los objetos de este mundo están desconectados. Solamente el pensamiento, la imaginación de la mente, los conecta. Es la mente quien les da color, forma y cualidades. La mente toma la forma de cualquier objeto en el que piense intensamente.

El amigo y el enemigo, la virtud y el vicio están sólo en la mente. Todo hombre crea un mundo de bien y de mal, de placer y de dolor solamente con su imaginación. El bien y el mal, el placer y el dolor, no proceden de los objetos. Pertenecen a la actitud de la mente. No existe nada bueno ni agradable en este mundo. La imaginación lo hace así.

19. Pensamiento, electricidad y filosofía.

Los pensamientos son poderes gigantescos. Son más poderosos que la electricidad. Controlan la vida, modelan el carácter y conforman el destino.

Observad como un pensamiento da lugar inmediatamente a numerosos pensamientos. Suponed que decidís invitar a vuestros amigos a tomar té. El sólo pensamiento del “té” invita instantáneamente a los pensamientos de azúcar, leche, cucharillas, mesa, sillas, mantel, ser¬villetas, pastas, etc. Así este mundo no es más que una expansión de pensamientos. La expansión de pensamientos de la mente hacia los objetos es esclavitud; la renunciación a los pensamientos es liberación.

Es preciso sujetar cuidadosamente los pensamientos cuando todavía están en germen. Sólo de este modo uno puede ser realmente feliz. La mente juega y emplea trucos. Hay que conocer su naturaleza, formas y hábitos. Sólo así puede ser controlada fácilmente.

El libro más extraordinario del mundo sobre el idealismo filosófico práctico de la India es Yoga Vasishta. La esencia del libro es ésta: “Sólo existe el alma inmortal o el Brahman sin dualidad.
Este universo no existe como tal. Unicamente el conocimiento del Ser puede liberar al hombre de este ciclo de nacimientos y muertes. La extinción de pensamientos y vasanas (deseos) es Moksha (liberación). Sankalpa es sólo la expansión de la mente. Sankalpa, o el pensamiento, genera este universo a través de su poder de diferenciación. Este mundo es un juego de la mente. Este mundo no existe en los tres períodos de tiempo. La extinción de Sankalpas es moksha. Aniquila este pequeño “Yo”, los deseos y los pensamientos (vasanas y sankalpas). Medita en el Ser y hazte un yivanmukta (alma liberada).

20. El mundo exterior preexiste en los pensamientos.

Cada pensamiento tiene una imagen. Una mesa es una imagen mental más algo externo.

Cualquier cosa que pueda verse fuera tiene su contraparte en la mente. La pupila es una cosa pequeña y redonda en el ojo. La retina es asimismo una pequeña estructura. ¿Cómo es posible que pueda formarse en la mente la imagen de una gran montaña vista a través de una pequeña abertura? Esto es una maravilla de maravillas.

La imagen de la montaña ya existe en la mente. La mente es como un gran lienzo que contiene todas las imágenes de los objetos que se ven fuera.

21. El mundo. Una proyección del pensamiento.
 

Una cuidadosa reflexión mostrará que todo el universo es, en realidad, la proyección de la mente humana - Manomatram Yagat. La purificación y el control de la mente es el objetivo central de todos los Yogas. La mente en sí misma no es más que una serie de impresiones grabadas que se expresan incesantemente en forma de impulsos y pensamientos. La mente no es más que aquello que ella misma hace. El pensamiento impele a la acción; la actividad crea más impresio nes frescas en la sustanc ia mental .

El Yoga corta en la misma raíz este círculo vicioso con un método de inhibir efectivamente las funciones de la mente, es decir, el pensamiento. Cuando se transciende el pensamiento, funciona la intuición y sobreviene el conocimiento del Ser.

El pensamiento tiene el poder de crear y destruir el mundo en un abrir y cerrar de ojos. La mente crea el mundo de acuerdo con su propio Sankalpa o pensamiento. Es la mente quien crea este universo (Manomatram yagat; Manakalpitan yagat). Como un sueño generando otro sueño dentro de sí, la mente, sin tener forma visible, genera la existencia de objetos visibles.

22. Los pensamientos, el mundo y la realidad intemporal.


La mente es la causa y raíz del árbol de Samsara con sus miles de brotes, ramas, hojas tiernas y frutos. Si se aniquilan los pensamientos se destruye al instante todo el árbol Samsara.

Destruye los pensamientos tan pronto como surjan. La raíz se secará a través de la aniquilación de los pensamientos y el árbol de Samsara pronto se marchitará.
Esto requiere considerable paciencia y perseverancia. Cuando todos los pensamientos hayan sido extirpados te sumergirás en el océano de la dicha. Este estado es indescriptible. Has de experimentarlo tú mismo.

Igual que el fuego es absorbido en su fuente cuando el combustible se ha quemado, así también la mente es absorbida en su fuente, el Atman, cuando todos los Sankalpas o pensamientos han sido aniquilados. Entonces se alcanza Kaivalia, la Experiencia de la Realidad Intemporal, el estado de absoluta independencia
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El poder del pensamiento (Parte I)

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De El Pensamiento y su poder de Swami Sivanda
( Capítulo I: EL Poder del pensamiento: Sus aspectos físicos y filosóficos)



1. El Pensamiento supera la velocidad de la luz.

Mientras que la luz viaja a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, los pensamientos viajan a una velocidad imposible de calcular en tiempo.El pensamiento es más sutil que el éter, el medio en que se mueve la electricidad. A través de un receptor de radio puede escucharse el mensaje de una persona que se encuentra en otra ciudad. Todos los mensajes de radio se reciben a través de ondas.

Del mismo modo, la mente es como un emisor de ondas. Un santo revestido de paz, equilibrio, armonía y vibraciones espirituales, emite a todo el mundo pensamientos de paz y armonía. Estos pensamientos se difunden en todas direcciones con la velocidad del rayo y penetran en las mentes de otras personas produciendo en ellas pensamientos similares de paz y armonía. Por el contrario, un hombre mundano cuya mente está llena de celos, deseos de venganza y odio, emite pensamientos discordantes que penetran en las mentes de miles de seres y provocan pensamientos similares de odio y discordia.

2. El medio a través del que viaja el pensamiento.

Si arrojamos una piedra en un estanque, producirá una sucesión de ondas concéntricas que se extenderán por todo el estanque a partir del punto afectado.De modo similar, la llama de una vela dará lugar a vibraciones etéreas que se extenderán en todas direcciones a partir de la vela misma.De esta manera también, cuando un pensamiento, bueno o malo, cruza la mente de una persona, se producen vibraciones en ‘Manas’ o la atmósfera mental, que se difunden a lo largo y a lo ancho en todas direcciones.¿Cuál es el medio a través del cual los pensamientos pueden viajar de una mente a otra? La mejor explicación posible es que Manas, o substancia mental, llena todo el espacio, como el éter, y sirve de vehículo para los pensamientos, igual que el Prana es el vehículo para los sentimientos, igual que el éter es el vehículo para el calor, la luz y la electricidad, e igual que el aire es el vehículo para el sonido.

3. El éter del espacio registra pensamientos.
 

Con la fuerza del pensamiento se puede mover el mundo. El pensamiento tiene gran poder. Puede transmitirse de un hombre a otro. Los poderosos pensamientos de los grandes sabios y Rishis de la antigüedad están todavía grabados en el Akasa (grabaciones akásicas).

Los Yoguis clarividentes pueden percibir las imágenes de estos pensamientos y pueden leerlas. Todos estamos rodeados por un océano de pensamiento. Flotamos en un océano de pensamiento. Constantemente estamos absorbiendo ciertos pensamientos y rechazando otros.

Cada uno de nosotros tiene su propio mundo mental.

4. Los pensamientos son cosas vivas.


Los pensamientos son cosas vivas. Un pensamiento es algo tan sólido como una piedra. Nosotros podemos dejar de existir, pero nuestros pensamientos no mueren jamás.
Todo cambio en el pensamiento va acompañado por una vibración de su materia (mental). El pensamiento, como la fuerza, necesita una clase especial de materia sutil para su trabajo.
Cuanto más fuertes son los pensamientos más pronto fructifican. El pensamiento se enfoca y se dirige en una dirección particular y, en la medida en que se le enfoca y se le dirige de este modo, es efectivo el resultado de la tarea que se demanda.

5. Los pensamientos son fuerzas sutiles.


El pensamiento es una fuerza sutil. Esta fuerza nos la provee la comida. Quien lea Chandoquia Upanishad, el diálogo entre Uddalaka y Svetaketu, comprenderá este punto.
Si la comida es pura, el pensamiento también es puro. Quien tiene pensamientos puros posee un verbo poderoso y produce una profunda impresión en las mentes de quienes escuchan su voz. Con la pureza de sus pensamientos influye en miles de personas.
Un pensamiento puro es más penetrante que el filo de una cuchilla de afeitar. Cultiva siempre pensamientos puros y sublimes. La cultura del pensamiento es una ciencia exacta.

6. Los Pensamientos son mensajes que se transmiten sin hilos.

Los que albergan pensamientos de odio, celos, venganza y malicia son verdaderamente personas muy peligrosas. Causan inquietud y mala voluntad entre los hombres.
Sus pensamientos y sentimientos son como mensajes que se difunden en el éter y son recibidos por aquellas personas cuyas mentes responden a tales vibraciones.

7. Los pensamientos son poderes tremendos.

El pensamiento tiene un poder tremendo. Puede curar enfermedades. Puede transformar la mentalidad de las personas. Puede hacer cualquier cosa. Puede producir maravillas. La velocidad del pensamiento es inimaginable. El pensamiento es una fuerza dinámica producida por las vibraciones del Prana psíquico en la substancia mental. Es una fuerza como la gravedad, la cohesión o la repulsión. El pensamiento viaja o se mueve.

8. Ondas de pensamiento y transferencia del pensamiento.

¿Qué es este mundo, después de todo? No es otra cosa más que la materialización de las formas de pensamiento de Hiraniagarbha o Dios.
La ciencia cuenta con ondas o vibraciones de calor, luz y electricidad. El Yoga cuenta con ondas o vibraciones de pensamiento. El pensamiento tiene un poder tremendo. Todo el mundo ha experimentado inconscientemente el poder del pensamiento en mayor o menor grado.

Grandes yoguis como Ñanadev Bhartrhari y Patanyali solían enviar y recibir mensajes de personas distantes a través de la telepatía (radio mental), y la transferencia del pensamiento. La telepatía ha sido el primer servicio de telégrafos y teléfonos conocido en el mundo.
Del mismo modo que se practican ejercicios físicos y deportes como el tenis o el cricket para mantener un buen estado de salud física, debe mantenerse también la salud mental irradiando los pensamientos adecuados, tomando alimentos sattuicos (puros), por medio del recreo mental inocente y sin daño, del cambio de humor, de la relajación de la mente, del desarrollo de pensamientos buenos, nobles y sublimes y cultivando el hábito de la alegría.

9. Maravillas de las vibraciones del pensamiento.

Todo pensamiento emitido es una vibración que no perece jamás. Continúa vibrando en cada partícula del uni verso. Si los pensamientos son nobles, santos y poderosos, activan las vibraciones de todas las mentes en sintonía de si mpatía.

Inconscientemente, todas las personas que son como tú, captan el pensamiento que has proyectado y, de acuerdo con la capacidad de cada uno, emiten pensamientos similares. El resultado es que, sin conocer las consecuencias de tu propio trabajo, estás poniendo en movimiento grandes fuerzas que trabajan unidas y contrarrestan los pensamientos bajos y mediocres generados por los egoístas y los débiles.

10. Diversidad de las vibraciones del pensamiento.
 

Todo hombre tiene su propio mundo mental, su propio modo de pensar, sus propias formas de entender las cosas y sus propias maneras de actuar.

Así como el rostro y la voz son diferentes en cada hombre, así difiere también la manera de pensar y de comprender de cada uno. Esta es la razón por la que fácilmente surge la incomprensión entre amigos.

Uno no es capaz de entender adecuadamente los puntos de vista del otro. De aquí que en un instante se produzcan la fricción, la disputa y la ruptura, incluso entre amigos íntimos.
Uno debiera estar en sintonía con las vibraciones mentales o las vibraciones del pensamiento del otro. Solamente así puede haber mutua comprensión.

Los pensamientos de lujuria, odio, celos y egoísmo producen imágenes distorsionadas en la mente, nublan la comprensión y causan la perversión del intelecto, pérdida de memoria y confusión mental.


11. Conservación de la energía del pensamiento.
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En física se emplea el término “poder de orientación”. La corriente no fluye, aunque la masa de energía está allí. Primero ha de conectarse la magneto y después la corriente eléctrica fluirá a través del poder de orientación.

Del mismo modo la energía mental disipada y mal dirigida hacia distintos pensamientos mundanos ha de ser bien orientada hacia los canales espirituales adecuados.
 

No almacenes en tu mente información inútil. Olvida cuanto no te sea de utilidad. Solamente así podrás llenarla de pensamientos divinos, renovando tu fortaleza mental, puesto que los rayos disipados de la mente estarán, de este modo, concentrados.
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