El último día de clases, los alumnos le llevaron regalos a la maestra. El hijo del florista le entregó un ramo de flores, el hijo del panadero un pastel, y la hija del confitero, una bonita caja de bombones y así.
En eso, el hijo del dueño de la licorería se acercó cargando una caja grande y pesada. Al recibirla, la maestra se dio cuenta que algo escurría por la base. Con el dedo recogió una gran gota del líquido y lo probó.
- ¿Es vino? - dijo tratando de adivinar.
- No - respondió el chico.
- Mmmmh... ¿Champaña?
- ¡No!
- Mmmh... ¿Coñac?
- No...
- Me rindo, ¿Qué es?
- ¡Un perrito!
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario