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De Tratado de Lao Tse sobre la respuesta del Tao
De Li Ying-Chang
(Versión de Eva Wong)
De Li Ying-Chang
(Versión de Eva Wong)
En la ciudad de Tai-shang vivía un hombre extremadamente rico y cruel llamado Shen. Era inhumano con sus subordinados e inconsiderado con sus conciudadanos. Shen disfrutaba también dificultando la vida de los demás saboteando su trabajo. En secreto se las arreglaba para estropear las herramientas de la granja, caza y artesanía, con el solo objeto de divertirse con la desgracia de los demás.
En cierta ocasión, Shen contrató a un escultor llamado Lu para que esculpiese figuras en las vigas y en las columnas de una casa de huéspedes que estaba construyendo. Cuando el artista acabó el trabajo, Shen se negó a pagarle. Lu llevó el asunto ante el magistrado local, y el tribunal falló en contra de Shen. Éste montó en cólera y decidió vengarse del escultor.
Poco tiempo después, el tiemplo budista de la ciudad estaba construyendo una nueva sala. Los sacerdotes habían oído la fama de Lu como escultor y lo invitaron a esculpir las efigies de los Quinientos Arhats. Shen pensó que había llegado su oportunidad para vengarse de Lu. Contrató en secreto a un malhechor y le dio instrucciones para que se uniese al equipo de ayudantes de Lu. Cuando se encaminaba hacia el templo, el malvado cumplió el encargo de Shen dañando algunas de las herramientas del escultor y huyendo con el resto. Cuando Lu llegó al templo sin las herramientas apropiadas no pudo competir con los demás escultores. Como consecuencia, Lu perdió el trabajo al ser rechazado.
La nuera de Shen no aprobaba sus estratagemas malvadas y le dijo que, a menos que se enmendase, sus actos traerían la cólera de los Señores del Cielo y que el justo castigo recaería sobre él y su familia. Shen rechazó su advertencia y la reconvino por ser irrespetuosa y atrevida. La expulsó de su casa y le dijo que nunca más volviera.
La nuera había caminado apenas dos kilómetros desde la casa de Shen cuando oyó el estruendo de un trueno. Los rayos atravesaron el cielo y empezó a caer una lluvia torrencial. Corrió hacia los bosques y se refugió en una choza abandonada. A través de la ventana vio abrirse los cielos y salir de las nubes cargadas de lluvia un dragón color escarlata que descendí a la mansión de Shen. Instantáneamente se vinieron abajo todos los edificios de la misma y todo lo que había dentro fue destruido.
El único miembro del hogar de Shen que sobrevivió fue su nuera. Los señores del Cielo la favorecieron y ella vivió una larga y próspera vida.
En cierta ocasión, Shen contrató a un escultor llamado Lu para que esculpiese figuras en las vigas y en las columnas de una casa de huéspedes que estaba construyendo. Cuando el artista acabó el trabajo, Shen se negó a pagarle. Lu llevó el asunto ante el magistrado local, y el tribunal falló en contra de Shen. Éste montó en cólera y decidió vengarse del escultor.
Poco tiempo después, el tiemplo budista de la ciudad estaba construyendo una nueva sala. Los sacerdotes habían oído la fama de Lu como escultor y lo invitaron a esculpir las efigies de los Quinientos Arhats. Shen pensó que había llegado su oportunidad para vengarse de Lu. Contrató en secreto a un malhechor y le dio instrucciones para que se uniese al equipo de ayudantes de Lu. Cuando se encaminaba hacia el templo, el malvado cumplió el encargo de Shen dañando algunas de las herramientas del escultor y huyendo con el resto. Cuando Lu llegó al templo sin las herramientas apropiadas no pudo competir con los demás escultores. Como consecuencia, Lu perdió el trabajo al ser rechazado.
La nuera de Shen no aprobaba sus estratagemas malvadas y le dijo que, a menos que se enmendase, sus actos traerían la cólera de los Señores del Cielo y que el justo castigo recaería sobre él y su familia. Shen rechazó su advertencia y la reconvino por ser irrespetuosa y atrevida. La expulsó de su casa y le dijo que nunca más volviera.
La nuera había caminado apenas dos kilómetros desde la casa de Shen cuando oyó el estruendo de un trueno. Los rayos atravesaron el cielo y empezó a caer una lluvia torrencial. Corrió hacia los bosques y se refugió en una choza abandonada. A través de la ventana vio abrirse los cielos y salir de las nubes cargadas de lluvia un dragón color escarlata que descendí a la mansión de Shen. Instantáneamente se vinieron abajo todos los edificios de la misma y todo lo que había dentro fue destruido.
El único miembro del hogar de Shen que sobrevivió fue su nuera. Los señores del Cielo la favorecieron y ella vivió una larga y próspera vida.
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Notas de la traductora:
* Los Arhats son discípulos del Buda y son considerados guardianes del Dharma (los principios del budismo).
* Los Arhats son discípulos del Buda y son considerados guardianes del Dharma (los principios del budismo).
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