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sábado, 4 de febrero de 2017

La estatua

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Cuento de Khalil Gibrán

Cierta vez, entre las colinas, vivía un hombre poseedor de una estatua cincelada por un anciano maestro. Descansaba contra la puerta de cara al suelo. Y él nunca le prestaba atención.

Un día pasó frente a su casa un hombre de la ciudad, un hombre de ciencia. Y advirtiendo la estatua, preguntó al dueño si la vendería.

Riéndose, el dueño respondió: “¿Y quién desearía comprar esa horrible y sucia estatua?"

El hombre de la ciudad dijo: “Te daré esta pieza de plata por ella”. El otro quedó atónito, pero agradado.

La estatua fue trasladada a la ciudad al lomo de un elefante. Y, luego de varias lunas el hombre de las colinas visitó la ciudad y, mientras caminaba por las calles, vio una multitud ante un negocio y a un hombre que a voz en cuello gritaba: “Acercaos y contemplad la más maravillosa estatua del mundo entero. Solamente dos piezas de plata para admirar la más extraordinaria obra maestra”.

Al instante, el hombre de las colinas pagó dos piezas de plata y entró en el negocio para ver la estatua que él mismo había vendido por una sola pieza de ese mismo metal.
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martes, 29 de noviembre de 2016

Las dos ostras

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 Cuento de Gibrán Khalil Gibrán

Dijo una ostra a la ostra vecina:Siento un gran dolor dentro de mí. Es algo pesado y redondo, que me hace daño. 

Alabados sean los cielos y el mar - respondió la otra con altiva condescendencia –. Yo no siento dolor ninguno. Estoy buena y sana,  por fuera y por dentro.

En ese momento, un cangrejito que pasaba oyó a las dos ostras, y dijo a la que estaba buena y sana por dentro y por fuera:

– Sí, estás buena y sana; pero el dolor que siente tu vecina es una perla de extraorinaria belleza.
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lunes, 10 de octubre de 2016

Una mirada al futuro

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(De Pensamientos y reflexiones
 de Gibrán Jalil Gibrán)

Desde atrás del muro del Presente oí los himnos de la humanidad. Oí el sonidode las campanas que anunciaban el comienzo de la plegaria en el templo de la Belleza. Campanas moldeadas con el metal de la emoción y suspendidas sobre el altar sagrado, el corazón humano.

Desde atrás del Futuro vi multitudes que cumplían con su culto en el seno de la Naturaleza, sus rostros vueltos al Oriente, esperando la inundación de la luz dela mañana, la mañana de la Verdad

Vi la ciudad en ruinas y que nada quedaba para hablar al hombre de la derrotade la Ignorancia y del tiempo de la luz.

Vi a los ancianos sentados a la sombra de los cipreses y de los sauces,rodeados por jóvenes que oían sus narraciones de otros tiempos.

Vi a los jóvenes rasgueando sus guitarras y tocando sus caramillos, y a las doncellas bailando bajo los jazmines, con las trenzas al viento. 

Vi a los hombres cosechando trigo y a sus esposas reuniendo las gavillas y cantando canciones alegres.

Vi a la mujer adronándose con una corona de lirios y una cinta de hojas verdes.

Vi a la amistad reforzándose entre el hombre y todas las criaturas, y a bandadas de pájaros y mariposas, confiados y seguros, revoloteando sobre losarroyos.

Vi que no había pobreza; tampoco encontré exceso. Vi que la fraternidad y la igualdad reinaban entre los hombres.

Vi que no había médicos, porque todos tenían los medios y el conocimiento para curarse.

No encontré sacerdotes, porque la conciencia se había convertido en el Sumo Sacerdote. Supremo. Tampoco vi un  abogado, porque la naturaleza había tomado el lugar de las cortes yestaban vigentes los  tratados de amistad y compañerismo.

Vi que el hombre sabía que era la piedra angular de la creación y que se ha elevado porencima de la pequeñez y bajeza, y que había descorrido el velo de la confusión de los ojos del alma; ahora ésta alma ya ve lo que escriben las nubes en el rostro del cielo y lo que dibuja la brisa en la superficie del agua; ahora comprende el significado del aliento de las flores y las cadencias del ruiseñor. 

Desde atrás del muro del Presente, sobre el escenario de los tiempos venideros, vi la belleza que era la novia, y al espíritu que era el novio; y a la vida como la noche ceremonial del Kedre*
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* Noche durante la cuaresma musulmana en la que se afirma que Dios cumple los deseos del devoto.
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jueves, 8 de septiembre de 2016

Dentadura cariada

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(De Pensamientos y reflexiones
 de Gibrán Jalil Gibrán)

Tenía yo un diente cariado en mi boca que me molestaba mucho. Durante el día no me dolía, pero en la tranquilidad de la noche, cuando los dentistas  estaban dormidos y las farmacias cerradas, empezaba a dolerme.

Un día, me impacienté y fui al dentista. Le dije que me extrajera el maldito diente que me producía tal miseria y me negaba el gozo del sueño, convirtiendo el silencio de mi noche en quejido y conmoción.

El dentista negó con la cabeza diciendo: "Es tonto extraer un diente si puedo curarlo".

Entonces empezó a taladrar y limpiar la caries y utilizó todos los medios disponibles para restaurar el diente y librarlo de ésta. Al terminar de hacer esto llenó la cavidad con oro puro y dijo jactanciosamente: "Tu diente enfermo ahora es más fuerte y más sólido que los sanos". Yo le creí, le pagué y partí del lugar.

Pero antes de que terminara la semana, el diente volvió a enfermar, y la tortura que me infligía convirtió las hermosas canciones de mi alma en agonía y dolor.

Entonces acudí a otro dentista y le dije: "Extráigame este maldito diente sin preguntarme nada, pues no siente lo mismo la persona que recibe los golpes  que las que los cuenta".

Obedeciendo mi petición me extrajo el diente. Mirando el diente después me dije: "Has hecho bien en haber pedido la extracción de este diente podrido".

En la boca de la sociedad existen muchos dientes cariados que afectan los huesos de la mandíbula. Pero la sociedad no hace ningún esfuerzo por extraerlos y librarse de la aflicción que le producen. Se contenta con las tapaduras de oro. Son muchos los dentistas que tratan los dientes cariados de la sociedad con oro brillante.

Y son numerosos los que ceden ante la tentación de tales reformadores y su destino es el dolor, la enfermedad y la muerte.

En la boca de la nación siria hay muchos dientes sucios, negros y podridos que supuran y hieden. Los doctores han intentado curarlos con tapaduras de oro en vez de extraerlos, y la enfermedad continúa.

Una nación con dentadura cariada está destinada a sufrir enfermedades estomacales. Son muchas las naciones afligidas por la indigestión.

Si desean echar una mirada a la dentadura cariada de Siria, visiten sus escuelas, donde los hijos e hijas de hoy se preparan para ser los hombres y mujeres de mañana.

Visiten las cortes y sean testigos de los actos de los proveedores de la justicia, corruptos y torcidos. Vean cómo juegan con los pensamientos y las mentes de  la gente sencilla como un gato juega con un ratón.

Visiten las casas de los ricos donde reinan la hipocresía, la falsedad y la presunción.

Pero no olviden ir también a las chozas de los pobres donde habitan el temor, la ignorancia y la cobardía.

Después, visiten a los dentistas de manos ágiles, los que poseen delicados instrumentos, argamasas dentales y tranquilizantes, que se pasan los días tapando las  caries de los dientes enfermos de la nación para ocultar su podredumbre.

Hable con aquellos reformadores que figuran como la inteligencia por excelencia de la nación Siria, y que organizan la sociedad, que dan conferencias y discursos públicos. Cuando hablen con ellos, escucharán melodías que probablemente les suenen más sublimes que la molienda de una piedra de molino y más noble que el croar de las ranas en las noches de junio.

Cuando les digan que la nación Siria roe su pan con dientes podridos, y que cada bocado que mastica se revuelve con saliva envenenada que lleva la enfermedad al estómago de la nación, ellos le contestarán: "Sí, pero estamos buscando mejores tapaduras y tranquilizantes".

Y si ustedes sugieren "extracción", se reirán y dirán que todavía no han aprendido el noble arte del dentista que encubre la enfermedad.

Si insisten ustedes, ellos se irán y los esquivarán diciendo para sí:

"Son muchos los idealistas en este mundo y sus sueños son débiles"
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lunes, 11 de agosto de 2014

Tres hormigas

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De El Loco de Gibrán Khalil Gibrán


Tres hormigas coincidieron en la nariz de un hombre que estaba acostado dormitando bajo el sol.Y habiéndose saludado cada hormiga en la forma y usanza de su propia especie, se detuvieron alli para hablar.

La primera de las hormigas dijo:  " Estos montes y estas llanuras son las más estériles que he conocido en mi vida;he buscado durante todo el dia algún grano,y no he podido encontrar nada ”.
La segunda hormiga exclamó: “ Yo tampoco he podido encontrar nada, aunque he recorrido todos los escondrijos. Esta es, me imagino,la que mi gente llama la blanda tierra móvil donde no crece nada ”.

Luego,la tercera hormiga levantó la cabeza y dijo: " Amigas mías, estamos ahora encima dela nariz de la Hormiga Suprema, la omnipotente e infinita Hormiga, cuyo volumen es tan grande que no podemos divisarlo, cuya sombra es tan poderosa que no podemos percibirla; y esta Hormiga es omnipoderosa”.

Cuando la tercera hormiga terminó de hablar, las otras dos se miraron, y rieron.
En ese instante el hombre se movió, y en su sueño levantó la mano para rascarse la nariz, y apachurró a las tres homigas.
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jueves, 5 de junio de 2014

Una brizna de hierba

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Cuento de Khalil Gibran


Una brizna de hierba dijo a una hoja caída de un árbol en otoño:

- ¡Cuanto ruido haces al caer! Espantas todos mis sueños de invierno.

La hoja replico indignada:

- ¡Tú, nacida en lo bajo y habitante de lo bajo, eres insignificante e incapaz de cantar! ¡Tu no vives en las alturas y no puedes reconocer el sonido de una canción!

La hoja de otoño cayó en tierra y se durmió. Y cuando llegó la primavera despertó nuevamente de su sueño y era una brizna de hierba.

Y cuando llegó el otoño, y fue presa de su sueño invernal, flotando en el aire empezaron a caerle las hojas encima. Murmuró para sí misma:

- ¡Oh, estas hojas de otoño! ¡Hacen tanto ruido! ¡espantan todos mis sueños de invierno!

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