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La Noche más oscura. Rasgando los velos de la percepción
Regresé a la cama a tratar de encontrar consuelo, de relajarme, pero me resultaba tarea imposible. Como sea, me tiré en la cama, y la angustiante desesperación que sentía fue suavizándose conforme la canción de "Money" se transformaba en "Us and Them"
Logré
tranquilizarme, pero sólo por un par de minutos. Al menos hasta la parte donde
termina el saxofón. Las melodías y la entonación de las voces en la canción,
ciertamente me apaciguaron, dando espacio a la belleza nuevamente, a la belleza
del sentir.
Fue
algo muy sensorial, y cuando dice "God only knows" me sentí bien de
que recordaba el inglés, de que sabía en el "mundo real" varios
idiomas, de que tenía cierto control y habilidades. Que seguía siendo yo. Hubo
lucidez, y decidí disfrutar la canción, que más o menos lo logré, pero luego
los coros se tornaron diabólicos, vino nuevamente la palabra "paradoja” y
como si se tratase de un poema "cadáver exquisito" la complementó la
parte de la estrofa que dice "there is room for you inside", luego de
esto vinieron los coros diabólicos y las letras se distorsionaron y perdí
contacto con todo rastro de cualquier idioma que fuese el español. Como si una
fuerza me hubiese arrebatado las habilidades lógicas y estuviese diciendo
"¿Es que acaso no entendiste la lección?" "Déjate ir"
"Fluye" "Estás teniendo la experiencia de tu vida y tú vuelves a
la carga queriendo coherencia, lógica, lucidez", "sólo disfruta el
viaje, el vuelo, la vida".
Me
entristecí, pero de algún modo comprendí que lo que estaba sucediendo era parte
de los efectos distorsionadores del "papel".
Está
bien, al menos puedo expresarme en mi idioma, al menos no he olvidado mi
idioma, quién soy...
Y
como si fuese continuación de la lección, me fue arrebatado también la concepción
del "yo", aunque afortunadamente, de manera paulatina, la canción seguía, y se "abrieron "agujeros" en el aire que me permitían ver
a mis padres, sus infancias, podía verlos vívidamente, cada uno en su pueblo
natal, en las casas que crecieron. Me enternecí. Logré por instantes
"sentirlos", "vivirlos", vivir a través de sus carnes, conectarme con sus corazones de niños, con la pureza de sus almas, sentí por primera vez el contacto con mis "raíces", con la procedencia de mi sangre, me sentí ramificaciones y fruto del "Gran Árbol" que formabamos. Fue hermoso, mágico. Y de pronto, sin darme cuenta el
cómo ni el cuándo, fui ellos, unos pocos minutos viendo a través de sus ojos por
separado, y luego de algún modo, llegó el momento en que me vi a través de
ellos, me vi a mi mismo como mi padre viéndome a través de los ojos de mi madre
y me vi a mi mismo como mi madre viéndome a través de los ojos de mi padre,
conociéndose por primera vez, luego hablándose por vez primera."Entendí" el concepto de la predestinacion, que mis padres se conocieran era algo que tenía que suceder, que así debía de ser. Sentí el "milagro" de estar vivo, de nacer, de existir. Comprendí lo maravilloso, el invaluable regalo de la vida, sentí gratitud, gratitud abrigada de entendimiento. Sentí Gratitud de sentir gratitud, y gratitud de tener y sentir entendimiento.
Sentí los corazones, de mis padres y al unirse ellos en coito sagrado - aquí iniciaba el solo de
guitarra de "Any colour you like" o "Brain Damage" - y
"se me permitió el presente de presenciar mi fecundación en la oscuridad, dentro del útero de la noche cósmica,
que fue similar, o parecido al big bang que había atestiguar minutos-eones
antes.
La
aventura de mi procreación terminó y vino el recuerdo de mi hermana y fui ella
por un momento. Pero dije en voz alta "No, no soy mi hermana, no soy mi padre,
no soy mi madre".
Me
levanté del asiento en donde me encontraba, busqué a mi otrogadora del elíxir de la demencia y no la encontré,
así que dejé la habitación. Bajé al primer piso pero tampoco estaba ahí, busqué en
toda la planta baja y ni rastro de ella, volví a subir, y nada. Exploré los
cuartos, volví a bajar, busque en la cocina, nada.
Volví
a subir, nada. Busqué en los baños. Nada. Volví a bajar, y al ver que era
inútil la búsqueda, pensé que quizá había salido, así que salí de la casa. Una
vez afuera, sobrevino un sentimiento horrible: como si nunca me hubiese ido de
esa casa, como si ya hubiese llevado una eternidad ahí y bueno... quería ser
positivo, pero el pánico comenzaba a picarme y su toxina era potente. Corrí
hacia las escaleras y de pronto entre escalón y escalón, no sabía ya si bajaba
o subía. Vinieron más "Loops", repetición de escenas. Dije algo sobre
"fotogramas" algo así como "Ya he estado en éste fotograma"
y me di cuenta que yo era uno de esos reflejos de mi mismo que había visto una
hora antes en el espejo del baño. Así que me encontraba de vuelta en el baño,
pero ella no se encontraba ahí, sólo su voz resonaba cacofónicamente entre los
rincones del sanitario: "relájate" "no intentes
controlarlo" La desesperación aumentó, así como los colores del
circundantes. Había un peluche azul de lo que me parecía un mono-conejo, y éste
comenzaba a cobrar vida, y podía ver dentro de sus ojos que había a su vez otro
ser de color rojo adentro, moviéndose frenéticamente de un lado a otro. Como un
mono dentro de un mono. Salí del baño, y ahí estaba ella, mi suministradora de
ácido lisérgico en la cama, mirándome de manera extraña pero tranquila.
"¿Qué
onda con ese chango azul del baño? anda bien loco, no se puede tranquilizar ¿o
qué?" le dije con tono irónico, "qué mono azul, de qué hablas"?
me dijo riéndose tranquilamente.
Y en
lo que a mí respectaba, ya comenzaba a fastidiarme su aparente tranquilidad,
que se me hacía demasiado sospechosa. Llegué entonces a pensar de que se
trataba de una maga negra. Que estaba bajo el influjo de un encantamiento de
locura. La divina luminosidad que había recorrido su cuerpo era ahora una
amarillez purulenta que se tornaba a un azul-verdoso de putrefacción y
vibrante. En verdad sentía miedo. Quería irme, escapar.
El álbum
había terminado y nos encontrábamos en silencio, en la oscuridad azulosa de la
madrugada.
¡No
más, me largo! pensé, y me dirigí hacia las escaleras, pensando en bajar, y
bajé, me dirigí hacia la puerta de la entrada de su casa nuevamente y me estuve
un "breve" momento en las afueras cercadas y cerradas con candado de
su casa. Me hinqué y pensé "¿es que acaso no soy quién realmente creo que
soy? ¿Quién carajo soy? ¿Quién soy yo? ¡¿Qué hago aquí?! ¡¿Por qué estoy aquí y
así?!"
Sentí
coraje, ira. Creí que estaban jugando con mi mente. Entré a la casa, cerré la
puerta, volví a "reflexionar", me dije: "Espera, ¿entras o sales?
¿Qué es lo que quieres?" Volví a
abrir la puerta, salí, me quedé sentado, viendo el cielo sin estrellas de las
12:00 de la noche. "¡¿Y bien?! - me
recriminé - "ya estás aquí" "sí... pero... "¿aquí?"
"¿Dónde es aquí?" ¿En dónde crees que estás?"
"Estoy
en Cadereyta" - me dije -, "No, no, no, Cadereyta quedó en el pasado,
ya ni existe, no estás en Cadereyta" "Aquí es aquí, nunca te
fuiste" ”Esto no es Cadereyta, ni Tampico, ni México” “Esto no es ningún
lugar” “Esto es un sueño, el sueño de la realidad”
“¡Mierda!”
gritaba en mis "adentros". Volví a entrar a la casa, luego, por algún
extraño e ilógico motivo de razonamiento perturbado pensé: "Ah, quizá la
respuesta para volver a la realidad, para despertar, sea dando una vuelta en
dirección contraria a la cocina, alrededor del refrigerador, como si éste fuese
la Kaba, durante el ramadán. "Sí, sí, eso ha de ser, quizá funcione"
Y así, me dispuse a dar vueltas apresuradamente alrededor del refrigerador y al
terminar me dirigía a las escaleras que ahora se encontraban iluminadas como
por luces navideñas. "¡¿Qué?! ¡¿Viaje en el tiempo?! ¡¿Es navidad?!
¡¿Tanto tiempo ha pasado?! ¡No me jodas! ¡Puta madre! ¡Me quedé en el
viaje!" grité aterrado hacia mis adentros.
Creí
que la dosis que me había tomado era en realidad una sobredosis y que ya me
había quedado loco, que terminaría así para siempre, "¡Claro, tiene
sentido, hace rato fui Dios, vi la creación, estoy loco! ¡Lo comprendí todo!
¡Me he quedado loco!" balbuceaba exasperado. Y al
terminar de decir "Loco", como si ésta palabra hubiese sido el
interruptor que activara las luces y mecanismos de una feria, efectivamente,
encendieron una feria alucinada con todo y música, y la escalera donde me
encontraba comenzó a girar en espiral: Me encontraba en un carrusel.
"¡Mierda,
mierda! ¡No puede ser!, ¡sí, me quede loco!" pensé horrorizado, "no
me digas que me encuentro en una feria, y que hay gente viéndome y se está
burlando de mí en este momento, me quiero bajar"
Y
como parte de la broma infernal al terminar de decir "bajar" las
fueras chocarreras parecieron decir "¿Bajar?, no querrás decir
"subir"? Ibas para arriba, ¿no? ¿Ves, no sabes lo que quieres,
relájate, deja de querer controlarlo todo, sólo lo empeorarás más,
tranquilo".
Así, corría y corría y no sabía si bajaba o subía. Ahora, escrito esto, recuerdo esa canción de "Tripping" de Robbie Williams. No podía salir de las escaleras, de esa casa.
Así, corría y corría y no sabía si bajaba o subía. Ahora, escrito esto, recuerdo esa canción de "Tripping" de Robbie Williams. No podía salir de las escaleras, de esa casa.
Me
detuve, cerré los ojos, respiré hondo, y dije "Sí, sí, iba a subir, estoy
subiendo", y como por arte de magia, como si hubiese resuelto un acertijo,
volví al centro de las escaleras que dejaron de girar, y pude subir y entrar
nuevamente a la habitación de mi amiga, aunque ésta vez, había salido por parte
de la pequeña sala del caracol del oído de ella, que había resultado ser un
caracol de mar grandote que ella tenía en su habitación. Me pareció algo de lo
más jodido e infernal, más imposible aún que haber experimentado ser Dios, o el
terror de Dios, y una vez en la habitación que para entonces ya se me hacía el
lugar más común, Sobrevino el odio, el coraje, la impotencia a su máxima
potencia: "Estoy muerto" induje, deduje. "Sí, eso es lo que
sucedió, me morí durante el viaje y ahora estoy en el limbo o probablemente en
el infierno, ¿ya ves? ¿Esto es lo que querías? ¿ah? Querías ver que se sentía
el LSD? Pues aquí lo tienes, ahora aguántate la eternidad así, aquí" Dijo
una de las voces mentales que se había manifestado "¡No, no, no. No puede
ser!" Contesté todo contrariado, queriendo demostrar que se equivocaba.
Estoy vivo, es sólo eso, esto es un mal viaje, y no menciones la palabra
eternidad". La palabra eternidad cobró el más horrendo de los
significados. La grosería más obscena, la maldición más demoníaca.
La palabra “eternidad” invocó entonces a la eternidad misma: El tiempo abandonó el recinto.
La palabra “eternidad” invocó entonces a la eternidad misma: El tiempo abandonó el recinto.
Me
eché sobre la cama y vi el caracol de mar por el que había salido. Pensé
entonces que la solución era romperlo, que el encantamiento yacía en ese
caracol, y que una vez roto, podría por fin despertar. Me paré e intenté
romperlo con el pie descalzo, pero antes de que lo hiciera, mi "malvada captora" apareció y
evitó que lo hiciera.
Creo
que aquí le expresé rotundamente que me quería ir, y ella me dijo que estaba
bien, algo molesta, triste, como decepcionad por mis reacciones neuróticas, paranoicas,
psicóticas.
Me
asomé a la ventana de su recámara, y afuera sucedía "La tercera guerra
mundial" Habían bombardeos, disparos, misiles, luces, explosiones, gritos,
de todo. "¡Puta madre, está la Tercera Guerra Mundial allá afuera!"
Dije, y me propuse esperar a que pasara. Esperé un minuto y como no cedía la
cosa, malrazoné: "Bueno, no se acaba, pero está bien, al menos la guerra
es real, quiero la realidad, será en medio del fuego cruzado, pero me iré a mi
casa, volveré a mundo real, quizá de eso se trate, de que si quiero vivir tengo
que enfrentar una guerra, la vida es eso, una guerra constante, una
batalla".
Bajar para subir, entrar para salir, Condenación, redención y salvación
Baje a toda prisa por trigésimo-octava vez con mi atormentada amiga detrás de
mí y ésta vez, me encontré con que no podía abrir la puerta de la entrada de su
casa, a pesar de que tenía puesta la llave en la cerradura, giraba y giraba y
no abría.
Vi
entonces la biblia abierta que estaba sobre la pequeña mesa al lado de la
entrada y asocié: "Ah, ya entiendo, llave... Yahvé es la respuesta para
abrir la puerta, Yahvéh es el nombre de Dios? ¿La llave de la entrada y de
salida de la conciencia, de la percepción? ¿Es esa la relación, la prueba?
¿Llave = Yahvéh?
Giré
la llave nuevamente y no abría. No podía salir hacia mi anhelada libertad
física, mental y espiritual. "Bien, ¿entonces es Jehová?" Nada, no
abría la puerta al girar la llave. "¿Alláh?"... Nada...
"¡Krishna!"... clack-clack, nada, seguía en la mazmorra.
"¡Yod-He-Vau-He!" Mi amiga me veía como con lástima, visiblemente
decepcionada.
Seguí
intentando: "¡Jesús! ¡Yo soy! ¡Yo soy el que soy! ¡Dios! ¡Tao!" Y
nada lograba abrir la hija de mil putas de la puerta. "Ah, ya sé" -
me sentí medianamente iluminado – “¡Dios no tiene nombre! ¡Yo soy el que tiene
que cruzar la puerta! ¡Tengo que atreverme a sacralizar lo profano y profanar
lo sagrado!, ¡Pues bien, aquí vamos!" y me lancé sobre la biblia católica
abierta en cuyo centro desplegaba una página central a todo color y con
pinturas doradas de la Virgen de Guadalupe, rompiendo dicha hoja. "Sí,
esto tiene que ser, el aferrarse a creencias, supersticiones y la adoración de
egos disfrazados de deidades es lo que nos impide cruzar la puerta de la
libertad"
Mi
amiga se espantó de tan herético y brutal acto y se lamentó, pues se trataba de
lo que al parecer era una carísima copia de tal biblia, de su madre. Exclamó:
"Ésta bien, te quieres ir, pues vete, no te detengo" se acercó, giró
la llave y abrió la puerta.
Crucé
el umbral y al poner ambos pies fuera de la propiedad, algo me detuvo. Seguía
siendo de noche, y aunque ya no había alucinaciones ni tampoco había guerra
mundial. Esperaba que fuese de mañana. Esperaba ansiosamente el amanecer, ver
la luz de sol, la claridad, escuchar a los pájaros.
Pero
no, era de noche, alrededor de la 1:00 AM. Y todo parecía tan estéril, hostil,
áspero, desértico, amargo.
Me
di la vuelta y volví a entrar a la casa. Una voz en mi cabeza pronunció:
"¿Ves? Amamos nuestras celdas, nuestras prisiones mentales, nos gustan
nuestras cadenas. Vuelves, bien. Sigue así, si esto es lo que quieres"
La
tomé de la mano y nos dirigimos hacia arriba, a su habitación, ella estaba en
silencio y entramos, por centésima vez, quizás, a su habitación.
Y hasta aquí por hoy, luego de lo feo sigue lo horrible, la fatalidad, lo realmente macabro...
Y hasta aquí por hoy, luego de lo feo sigue lo horrible, la fatalidad, lo realmente macabro...
つづく
Continuará...
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Continuará...
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