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De La Divina Locura de Drukpa Kunley
- La primavera ha llegado. Pronto hará calor. Deberíamos volver al Tíbet.
- Vete tú si quieres - respondió el Lama -. El culo de las muchachas del valle me retiene aquí. Pero este viejo pájaro comienza a bostezar. Está cansado de errar sin cesar. Sea como sea, no me quedaré más de un año aquí y cuando por último vuelva al Tíbet, mi espíritu estallará.
Acompañó al abad durante algún tiempo y después inclinó la cabeza para recibir su bendición. Ngawong Chogyal tomó el camino del Paro y volvió a su monasterio de Ralung mientras que Drukpa Kunley se quedaba con su esposa mística Adzom.
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