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Vivimos en tiempos de Sodoma y Gomorra...aunque más de sodoma que gomorra. Eso que ni que.Todos sabemos que el deseo sexual es una de las pasiones que más placer le causan al ser humano. De hecho es uno de los más grandes placeres, y también de los más grandes
sufrimientos, pues su apego provoca una tremenda ansiedad, ansiedad que puede transformarse en variados tipos de prácticas sexuales, desde comunes y corrientes, propias del llamado de la naturaleza, hasta grotesquísimas aberraciones completamente inusuales y terroríficas, que desvirtuan la función biológica y psíquica de quien padece la calentura del ardiente y flamígero deseo sexual.
Así, todos hemos sabido de casos y relatos que salen - irremediablemente - del quirófano, en donde llegan chicas con botellas atoradas en la vía vaginal, de tipos que por querer sentirse inagotables sementales, ingieren cantidades excesivas de viagra y otras drogas que incrementan el deseo sexual, así como para endurecer el miembro, que provocan al final de cuentas una horrible necropsia del miembro y su lamentable amputación. Son tantas y tan comunes las historias, que si nos pusieramos a hablar y a contar de todas las cosas que hemos sabido por cuenta propia, escuchado y leído, terminaríamos por sentirnos miserablemente abandonados por dios, en un mundo sobrepoblado de idiotas descerebrados enfermos.
Pero los primeros lugares en depravación sexual enfermiza, se lo llevan - indudablemente - muchas de las prácticas homosexuales aberrantes.
En particular la que involucra animales, y por ende, cierto grado de crueldad para con ellos.
Basta mencionar la conocida, increíble e inimaginable insana práctica en la que estos oscuros hombres introducen hámsters, inocentes ratitas y gerbillos en sus rectos.
¿Qué por qué de esta tortura cruel e inusual para con estos pobres animalitos?
Bueno, pues en teoría, una vez que los pobrecitos son introducidos en el interior de las bovedas rectales, estos tratan de escapar primero por donde entraron, pero el esfínter anal se contrae ante el cosquilleo del pequeño roedor que, desesperado, busca otras vías de escape, pero conforme se va adentrando en la tenebrosa cueva del homo, el oxígeno se va acabando, lo que provoca que el haster, ratoncito o gerbillo en cuestión se mueva cada vez con más desesperación, lo cual se traduce en sobre-estimulación de las terminaciones nerviosas del ano. Y el paroxismo del estímulo sobreviene cuando por fin, el aterrorizado roedor muere en la más humillante, dolorosa y apestosa de las asfixias, entre violentísimos espasmos que sacuden sus pequeños y pobrecitos cuerpecitos. Dichos violentos espamos provocan sacudidas y palpitaciones que llenan y envuelven en un placer divino a los de la bandera de arcoiris.
Sí, y no es un mito urbano, no por nada los Pet Shop Boys se llama como se llaman, o el controvertido caso de Richard Gere o la parodia en South park (El episodio del The death camp of tolerance) ya en otra ocasión, escribiré sobre las anécdotas que me han contado fuentes de entera confianza, acerca de los abominables juegos de enferma lujuria, que le hacen a uno pensar y pedir por algún dictador que remueva a estos quistes cancerígenos de la sociedad.
Pero bien, no se diga más porque luego me acusan de retrógrada, mente chiquita, intolerante y cuanta opinión infundada e insertada por opiniones de terceros, se les pudiera ocurrir.
A continuación, y aunque sea noticia vieja, se dispone a continuación la traumática experiencia de Raggot, un hamster que...
Bueno, he aquí, la verisón escrita, difundida, copiada y pegada en muchas páginas de Internet ó la versión comentada en un programa de vacile español, para los de ojos perezosos.
Versión escrita:
"Erik Tomaszewski y su pareja homosexual Andrew "Kiki" Farnum, han sido ingresados para un tratamiento de emergencia, despues de que una sesión de sodomía les fuera realmente mal.
"Introdujimos un tubo de cartón por su recto, y deslicé dentro Raggot, nuestro hamster. Como siempre, Kiki gritó "¡ARMAGEDÓN!", en señal de que era suficiente.
Intenté recuperar a Raggot, pero no podía salir, así que me asomé al tubo, y encendí una cerilla, pensando que la luz le atraería".
Los doctores de la Unidad de Quemados Graves del Hospital de Salt Lake City, en una encubierta rueda de prensa, describieron a través de su portavoz lo que ocurrió después: "La cerilla encendió una bolsa de gases intestinales y una llamarada salió por el tubo, produciendo graves quemaduras en la cara del Sr. Yomaszewski. También se incendió el pelaje del hamster, lo cual provocó que se prendiera otra bolsa de gas, mayor y mas interna, propulsando al roedor hacia fuera como una bala de cañón".
Tomaszewski sufrió quemaduras de segundo grando y rotura del tabique nasal, a consecuencia del impacto del hamster, mientras que Farnum sufrió quemaduras de primer y segundo grado en el ano y en el tracto intestinal inferior.
Increíblemente el ratón sobrevivió, pero al seguir corriendo despavorido, ya que seguía en llamas después de lo ocurrido, prendió fuego a dos cortinas, una cama y un sofá, Erik y su pareja Kiki se encontraban tan heridos que no reaccionaron a tiempo para
salvar su casa del incendio que rápidamente se propagó...
Versión en audio, comentada y carcajeada:
Y ahora, ¿por qué estoy sumando este tipo de tontería a mis otros habituales posts de tonterías? Pues para justificar y ampliar el siguiente artículo tonto intitulado: Lo que su mascota dice en realidad sobre ella (click pa botaneartela un rato)
sufrimientos, pues su apego provoca una tremenda ansiedad, ansiedad que puede transformarse en variados tipos de prácticas sexuales, desde comunes y corrientes, propias del llamado de la naturaleza, hasta grotesquísimas aberraciones completamente inusuales y terroríficas, que desvirtuan la función biológica y psíquica de quien padece la calentura del ardiente y flamígero deseo sexual.
Así, todos hemos sabido de casos y relatos que salen - irremediablemente - del quirófano, en donde llegan chicas con botellas atoradas en la vía vaginal, de tipos que por querer sentirse inagotables sementales, ingieren cantidades excesivas de viagra y otras drogas que incrementan el deseo sexual, así como para endurecer el miembro, que provocan al final de cuentas una horrible necropsia del miembro y su lamentable amputación. Son tantas y tan comunes las historias, que si nos pusieramos a hablar y a contar de todas las cosas que hemos sabido por cuenta propia, escuchado y leído, terminaríamos por sentirnos miserablemente abandonados por dios, en un mundo sobrepoblado de idiotas descerebrados enfermos.
Pero los primeros lugares en depravación sexual enfermiza, se lo llevan - indudablemente - muchas de las prácticas homosexuales aberrantes.
En particular la que involucra animales, y por ende, cierto grado de crueldad para con ellos.
Basta mencionar la conocida, increíble e inimaginable insana práctica en la que estos oscuros hombres introducen hámsters, inocentes ratitas y gerbillos en sus rectos.
¿Qué por qué de esta tortura cruel e inusual para con estos pobres animalitos?
Bueno, pues en teoría, una vez que los pobrecitos son introducidos en el interior de las bovedas rectales, estos tratan de escapar primero por donde entraron, pero el esfínter anal se contrae ante el cosquilleo del pequeño roedor que, desesperado, busca otras vías de escape, pero conforme se va adentrando en la tenebrosa cueva del homo, el oxígeno se va acabando, lo que provoca que el haster, ratoncito o gerbillo en cuestión se mueva cada vez con más desesperación, lo cual se traduce en sobre-estimulación de las terminaciones nerviosas del ano. Y el paroxismo del estímulo sobreviene cuando por fin, el aterrorizado roedor muere en la más humillante, dolorosa y apestosa de las asfixias, entre violentísimos espasmos que sacuden sus pequeños y pobrecitos cuerpecitos. Dichos violentos espamos provocan sacudidas y palpitaciones que llenan y envuelven en un placer divino a los de la bandera de arcoiris.
Sí, y no es un mito urbano, no por nada los Pet Shop Boys se llama como se llaman, o el controvertido caso de Richard Gere o la parodia en South park (El episodio del The death camp of tolerance) ya en otra ocasión, escribiré sobre las anécdotas que me han contado fuentes de entera confianza, acerca de los abominables juegos de enferma lujuria, que le hacen a uno pensar y pedir por algún dictador que remueva a estos quistes cancerígenos de la sociedad.
Pero bien, no se diga más porque luego me acusan de retrógrada, mente chiquita, intolerante y cuanta opinión infundada e insertada por opiniones de terceros, se les pudiera ocurrir.
A continuación, y aunque sea noticia vieja, se dispone a continuación la traumática experiencia de Raggot, un hamster que...
Bueno, he aquí, la verisón escrita, difundida, copiada y pegada en muchas páginas de Internet ó la versión comentada en un programa de vacile español, para los de ojos perezosos.
Versión escrita:
"Erik Tomaszewski y su pareja homosexual Andrew "Kiki" Farnum, han sido ingresados para un tratamiento de emergencia, despues de que una sesión de sodomía les fuera realmente mal.
"Introdujimos un tubo de cartón por su recto, y deslicé dentro Raggot, nuestro hamster. Como siempre, Kiki gritó "¡ARMAGEDÓN!", en señal de que era suficiente.
Intenté recuperar a Raggot, pero no podía salir, así que me asomé al tubo, y encendí una cerilla, pensando que la luz le atraería".
Los doctores de la Unidad de Quemados Graves del Hospital de Salt Lake City, en una encubierta rueda de prensa, describieron a través de su portavoz lo que ocurrió después: "La cerilla encendió una bolsa de gases intestinales y una llamarada salió por el tubo, produciendo graves quemaduras en la cara del Sr. Yomaszewski. También se incendió el pelaje del hamster, lo cual provocó que se prendiera otra bolsa de gas, mayor y mas interna, propulsando al roedor hacia fuera como una bala de cañón".
Tomaszewski sufrió quemaduras de segundo grando y rotura del tabique nasal, a consecuencia del impacto del hamster, mientras que Farnum sufrió quemaduras de primer y segundo grado en el ano y en el tracto intestinal inferior.
Increíblemente el ratón sobrevivió, pero al seguir corriendo despavorido, ya que seguía en llamas después de lo ocurrido, prendió fuego a dos cortinas, una cama y un sofá, Erik y su pareja Kiki se encontraban tan heridos que no reaccionaron a tiempo para
salvar su casa del incendio que rápidamente se propagó...
Versión en audio, comentada y carcajeada:
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Y ahora, ¿por qué estoy sumando este tipo de tontería a mis otros habituales posts de tonterías? Pues para justificar y ampliar el siguiente artículo tonto intitulado: Lo que su mascota dice en realidad sobre ella (click pa botaneartela un rato)
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