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sábado, 9 de abril de 2011

De desamores, dementes y desmadres XD...

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Bueno, la siguiente historia que a continuación será relatada, por más inverosímil, irracional y absurda que pudiera parecer, está basada en hechos verídicos. No obstante, para proteger la identidad de los afectados, habremos de cambiar los nombres originales.

Además se cuenta con el total consentimiento del relator original, para publicar la anécdota aquí en el presente espacio.

Empero, hay que considerar que aunque a algunas personas les podrá parecer algo grotesco y ofensivo, por verse - quizás - reflejados en esta impersonal historia, (ya que según quién me la contó en base a su experiencia, dice que es algo que le puede pasar a cualquiera), sin embargo, yo le desmentí, diciéndole que era una historia totalmente fantástica, sobrecargado de melodrama explosivo.

Sencillamente, me pareció genial su historia, no es un rompimiento amoroso convencional, he aquí que hay una historia poderosa para aquellos que reflexionan, una escena digna de un dramón hollywoodense merecedor de Oscares y premios a la academia.

Otra cosa, antes de comenzar las líneas del relato, hay que advertirse que se trata de una historia con implicaciones homosexuales. Digo, para que no digan que no se les advirtió.
Todo está relatado según la visión y versión (con adornos literarios míos, por supuesto) de un muy buen amigo y artista de Tampico, quien en este escrito cambia su nombre por "Adalberto".

Advierto también y por último, que aunque no soy homofóbico ni tengo nada contra esos monstruosos seres del lado oscuro, he de informar a los honorables lectores justos, heterosexuales, que ciertamente hay una conspiración por parte de los homosexuales para subyugar el mundo. Vislumbren la posibilidad de ser recluídos y asesinados en campos de concentración para heterosexuales.
Pero bueno, eso es parte de otro cuento.

(Y luego no quieren que uno le tenga miedo a los gays, trasvestidos y a los payasos)

Pasemos entonces con el relato:


En una calmada noche, al punto de las 10:00 PM, llegó Rogelio en su auto, a la casa de Adalberto, muy feliz, contento, contentísimo. Con un ramo de rosas rojas y una tarjetita con un breve poema cursi de cuatro versos.
Se detuvo ante la puerta de su amado, y antes de dar un rítmico y coqueto golpeteo a la puerta (ya que nunca se han molestado en reparar el timbre) se acicaló un poquito, se desfajó un poquito y tocó por fin, nervioso y eufórico a la vez, pues creería él que sería una romántica noche a la luz de las velas que terminaría en una frenética noche de pasión con ambos personajes cubiertos de sudor y fluidos corporales que brotan de la lujuria.

Adalberto abrió la puerta y recibió inexpresivo, los besos apasionados de su novio.

Rogelio entonces le dijo:

- Hola Amor, buenas noches flaquito bonito.

- Ah sí, buenas noches - contestó con un tono plano e inflexivo, atonal, desanimado.

Rogelio no se percataba aún de la actitud pusilánime de Adalberto.

- Toma - Rogelio le dio el ramo de rosas rojas - son para ti.

- Gracias - contestó seco Adalberto, pero no las recibió

- ¿Te gustan? - preguntó sonriente el enamorado

- Sí, son bonitas

- Y bien...- replicó cachondamente Rogelio - ¿pasamos a tu casa? Ten, toma las rosas, son para ti, te dije.

- No

- ¿No?

- No

- ¿Por qué no? Ándale que hoy traigo unas ganas que no te la vas a acabar - le susurró éste a Adalberto en el oído mientras que con una mano le daba un pellizco en su nalga izquierda.

- Mira, Rogelio, tenemos que hablar... - Dijo serio Adalberto sin dirigirle la mirada, algo nervioso ya

- ¿De qué? - Rogelio entonces se preocupó, suponiendo una mala noticia que afectaba gravemente su inmoral relación de pareja. Río nervioso, mostrando toda su dentadura, forzando la sonrisa, tratando de ocultar su naciente angustia.

- Ya no te quiero - dijo de golpe Adalberto, dejando escapar un suspiro que parecía haber estado confinado en sus pulmones por largos meses.

- , uy si, entonces yo tampoco te quiero - respondió Rogelio de manera inmediata y más nerviosa aún, sin saber dar una réplica inteligente o con cargas humorísticas - . Ándale Adalberto, ya no estés de payaso, vamos a pasar, que me muero de hambre, de comida y de ti.

- No

- ¡Ay! - dando un suave golpecito con la mano abierta en el pecho de Adalberto - ¡Que payasa estás el día de hoy!

Adalberto no respondió, y un silencio incómodo imperó sobre los protagonistas de este melodrama.
No habían pasado ni veinte segundos, cuando Rogelio sintió unas ligeras arritmias cardíacas, suspiro lenta y profundamente, su larga sonrisa se había esfumado completamente, dejando en su lugar unos labios de embalsamado. Preguntó amargado:

- ¿Qué pasa Beto? ¿Te peleaste con tu papá? ¿Descubrió otro mensaje cochinote de los que te envíe?

- No

- ¿Entonces? Ándale Betito, ya no te hagas de rogar. ¡Dime que te pasa, hombre! ¿Estás enojado conmigo?

- No - Adalberto apretó los labios, como desesperado por terminar el trágico encuentro e irse a dormir o a ver una película y olvidar el asunto. Tragó saliva y prosiguió - Ya te lo dije Rogelio, por favor, vete.

- ¡Jehehehehe! ¡Ay perra! - Rogelio, visiblemente molesto, intentó bromear un poco, más no pudo inventar algo, bajo su ramo de rosas rojas y miro hacia el piso por un momento. Finalmente apretó los dientes, sintió el abdomen, los pulmones y la coronilla incendiadas - Ya, en serio, Adalberto, no juegues así, no seas cruel, condenada.

- No estoy jugando. Tenemos que cortar, ya no te amo, no siento nada por ti, esa la verdad, y tú lo sabes.

El silenció volvió, creció y se hizo asfixiante, caluroso, bochornoso.
Las glándulas lacrimales traicionaron a Rogelio, cuya tez de piel se había tornado rosada, por acción de la presión sanguínea. El caminó entonces de un lado para otro desesperadamente, gruño, suspiró, volvió a gruñir, se llevo ambas manos a la cabeza, apretó los dientes, los rechinó, pateo el suelo, y después de un irracional acto que se volvería dentro de las próximas líneas, más irracional aún, trato de recobrar la compostura y tener un diálogo serio y maduro, y preguntó de nueva cuenta:

- ¿Hablas en serio?

- Sí, muy en serio Rogelio. Perdón, pero así son las cosas... - Contestó Adalberto rotundamente, en aparente calma.

Rogelio no aguantó más, le arrojó el ramo de rosas a la cara a Adalberto y murmuró con acidez asesina, mi:

- Hijo de la chingada...maldito...maldito... ¡Te odio! ¡Te odio maldito! ¡Te odio! ¡¿Me escuchas?! Siempre te he odiado, eres insoportable, te odio, te odio!

No hubo respuesta por parte del cínico inmutado, más el despechado recapacitó inmediatamente, midiendo la intensidad de su ofensa y sus posibles repercusiones en las posibles relaciones futuras, creyó nuevamente que se trataba de una broma, pero con rapidez la realidad le dio otra fuerte cachetada, pero de todas formas intentó reparar sus palabras,que al parecer le pasaban como si nada a Adalberto.

- ¡No, no, perdón, perdón! ¡Perdón Betito, Betito, te amo, te amo! ¡No quise decirte eso! ¡Estaba bromeando, sí como tú! ¡Te amo, te amo! ¡Jehehe! ¿Estás bien? ¿Te lastimé? - El sufrido muchacho le llevó las manos al rostro del producto de su amor-odio, acariciándole con temblorosa delicadeza, más Adalberto, simplemente se las retiró, diciéndole en completamente calma:

- Por favor...vete, entiéndelo, ya no siento nada por ti. No sé porque , así son las cosas. Vete y no te hagas sufrir más de la cuenta.



- ¡Noooooooooooooooooooooooooooooooo! - Gritó el pobre Rogelio con desgarrador alarido que resonó a 20 cuadras a la redonda e hizo que algunos vecinos se asomaran por las iluminadas ventanas. Adalberto se percató de esto, más no así su encabriputecido amante - ¡¿Por quéééé?! ¡¿Por quéééé?!! ¡¿Qué te hice para que me trates así?! ¡No es justo! ¡No es justo!

El nerviosismo incandescente de Rogelio aumentaba, era una olla de presión, su sangre sulfuraba, se llevó las manos al cuero cabelludo y empezó a tirar de éste, arrancándose una buena cantidad de pelos. El ardor que le provocaba el arrancarse los cabellos solamente le encendía más este mál ánimo. Se acercó a la pared, le dió una patada, y le dió algunos puñetazos, dándole rienda suelta al llanto.

- Rogelio, por favor, ya cálmate y vete a tu casa, es algo tarde ya, y los vecinos se pueden molestar...

- ¡Ah! ¡¿Y a mi qué me importan tus pinches vecinos?! ¡Se trata de nosotros, por el amor de Dios! ¡De nosotros dos! ¡¿Qué chingados te importa lo que piensen los vecinos, los demás?!...¡Ah! ¡Sí, ya veo, eso es todo lo que te importa, ¿verdad?! ¡Lo que piensen los demás! ¡Pues sabes qué,vete a la mierda con los demás!

- Bueno - y Adalberto entonces se dispuso a cerrar la puerta de inmediato - pero rápidamente la furibunda mano de su enloquecido amante se lo impidió violentamente.

- ¡Betito! ¡Betito! ¡Por favor! no quisé decir eso, tú lo sabes, yo te amo! ¡Yo te amo! ¡No me hagas esto, te lo suplico, dame una oportunidad, por favor! ¡Perdoname! ¡Perdoname! ¡Seré bueno...seré bueno...buuuuuhhhh

Rogelio cayó de rodillas al polvoriento suelo, se postró, derramando de manera incesante lágrimas, sudor, saliva y mocos al sueño. Y ahí se mantuvo llorando por unos 3 minutos, pegándole eventualmente al suelo con el canto de sus manos. Los vecinos contemplaban la escena. Algunos inexpresivamente, otros reían, otros se compadecían, y otros hasta comían y bebían refresco, como si se tratará de una secuencia cinematográfica.

Adalberto simplemente permanecía ahí, sin mostrar emoción alguna...más bien...una pequeña sonrisa comenzaba a esbozarse en su rostro...una sonrisa malévola, que gozaba del dolor que siempre le fue ajeno...

Rogelio reocogió todas las rosas, las juntó e intentó colocárselas en las manos a Adalberto, pero éste no hacia ni el mínimo intento por flexionar su mano para sostenerlas, dejándolas caer nuevamente sobre la sucia superficie sobre la que se encontraba derrumbado Rogelio.

- ¿Por qué?...¿Por qué?...¿Por qué? - repetía incesantemente a manera de mantra - eres tan cruel...eres tan cruel...pe-pe...pero...pero espera ¡eso es! ¡Espera! ¡Ya lo sé! ¡Eso es!
No me cierres la puerta Betito mío, espera, tengo algo para ti en el auto, déjame ir por él, te va a gustar, espérame aquí...

- No. Por favor, no insistas Rogelio, no podría aceptar tus regalos.

- No,no, no, no, no, no, sólo espera, te va a encantar, te va a encantar

Rogelio se limpió con el antebrazo la cortina viscosa de mocos que tenía embarrada por toda la cara, sonrío abiertamente y se dirigió a toda prisa hacia su auto. Abrió la puerta y tomó una caja rectangular envuelta en una fina envoltura metálica de un color rojo vivo, y un listón de guinda. Volvió apresurado y entre risas propias de cualquier tampiqueña menopáusica histérica.

- Ten, ten, ten, a-a, ábrelo, ábrelo, ¡te va a encantar!

- Ya te dije que no...

- Mira, yo lo abriré por ti, te -te v-v-va a gustar - decía tartamudeando con demencial felicidad amarga mientras hacia pedazos la envoltura y estiraba el listón hasta romperlo. Era una cajita de madera oscura, muy fina y cara. Levantó la tapa y descubrió largo y grueso vibrador de doble cabeza.

- ¿Ves? ¿Te gusta? - preguntó extasiado y con la esperanza medio devuelta, atisbando un rayo de luz de alegría - mira, y le mandé grabar nuestras caras en las cabezas, la tuya está aquí de mi lado, y la mía aquí de tu lado. ¿Verdad que es genial? ¿verdad? Y mira, tiene 5 velocidades, y viene con lubricantes y- y- y - y, y eso no es todo, también te compraré un anillo y nos iremos a vivir juntos a -a -a...a ¿a dónde quieres mi amor? ¿Hawai? ¿Las vegas? Y- y-y...y te llevaré a ver todas las funciones del Circo du Solei, siempre, siempre ¡Siempre! ¡¿Verdad que sí?! ¿Te gusta tu regalo?

- ...No lo puedo aceptar

- Anda, toma, toma, tómalo, mira, ya le puse baterías antes de venir

El enloquecido hombre encendió hasta la tercer velocidad el gran juguete sexual y comenzó a vibrar vigorosamente y el ruido del motor resonaba fuertemente. Se lo puso entre las manos, pero al igual que con las rosas, Adalberto simplemente lo dejo caer al suelo.

- ¡Nooooo! ¡¿Qué haces Adalberto?! ¡Es muy caro!

- Es muy bonito...pero no lo quiero, llévatelo

- ¡Maldito!¡Te odio! ¡Te odio maldito! ¡Basta ya de tus niñerías!¡Tú sabes que yo puedo conseguirme cualquier hombre cuando quiera! ¡Yo puedo salir con quien quiera y cuándo quiera! ¡No tienes idea de todos los hombres que quisieran salir conmigo!¡Yo los tengo aquí en la palma de mi mano, pero te quería a ti! ¡Eres un estúpido! ¡Sí, eso es lo que eres! ¡Un estúpido!

(Vaya reinas del drama...)

- Está bien, entonces soy un estúpido - dijo Adalberto, mientras daba la media vuelta para irse a su casa. Los vecinos seguían atentamente el desarrollo de la escena.

- ¡No! ¡Espera no te vayas....no te vayas...no...no me dejes... - Lqs lágrimas volvieron a correr libremente por el enrojecido rostro hinchado de Rogelio, la garganta se le secó, su nariz se congestionó nuevamente y se entregó a un enternecedor llanto, como de niño abandonado para siempre por sus padres, por el mundo. Volvió a tirarse de rodillas y se sujetó con ambas manos de los pies de Adalberto, mientras el largo y grueso consolador texturizado simulando hinchadas venas, vibraba en el piso, moviéndose en círculos alrededor de la melodramática pareja.

- No te vayas...no me dejes...no me dejes Betito...Al menos...déjame darte una última cogida...por los buenos tiempos...¡por favor! ¡Por lo que más quieras!...ándale...te lo suplico...es más, mira, mira, mira lo que hago por ti - y acto seguido comenzó a lamer fervientemente y lleno de temor los tennis converse de Adalberto - ¡Mira! ¡Estoy a tus pies, lamos tus pies! ¡¿Qué más quieres?! Sí, sí, sí, ¡Pónme la suela de tus tennis! ¡Déjame lamerlos!

El cínico y descorazonado Adalberto levantó la pierna para dejar al descubierto la suela del tennis de su pie derecho y Rogelio la lamió sin vacilar, tembloroso y con la respiración agitada y entrecortada. El sabor amargo de la suciedad parecía no importarle, cerró sus ojos y por alrededor de un minuto, mientras Adalberto se llevaba la mano sobre su boca para cubrir su sonrisa e hizo un enorme esfuerzo por contener la risa. Rogelio terminó de pasarle la lengua. Tragó saliva y le preguntó lleno de inseguridad, conservando aún un átomo de esperanza:

- ¿Te gustó? ¿Quieres más? ¿Quieres que siga con el otro pie?

Adalberto, bajó el pie y dijo con toda la sencillez del mundo:

- No. Así está bien, ya puedes irte...

- No, por favooooorr...no seas así Beto...no, espera - y sujetó aún más fuerte el pie de Adalberto - mira lo que me hiciste hacer! -

- Yo no te dije que lo hicieras

- ¡Aaaarrgh! ¡Beto, por favor! ¡Está bien! ¡Pero mira lo que voy a hacer entonces!

Rogelio apretó su puño con fuerza y toda la mano temblaba con más intensidad que el vibrador que seguía recorriendo el suelo sin rumbo fijo y en un santiamén un seco y sonoro golpe resonó con eco en las paredes de la casa de Adalberto. Rogelio se golpeó el cráneo y se dió otra intensa serie de fuertes puñetazos que le provocaron visibles inflamaciones - chipotes - después de unos minutos.

- ¡Mira! ¡Toma! ¡Esto es por ti! ¡Mira lo que me haces hacer! ¡Mira, mira!

Y el enfurecido y atemorizado puño dirigió el impacto hacia otras áreas de la cara: el tabique nasal, los labios, los ojos, los pómulos...
Después de un breve rato de golpizas autoprovocadas, Rogelio se detuvo adolorido, escupiendo sanngre, sin voz, con los ojos hinchados, morados. Con la cara vuetlo un cúmulo de hematomas.
Pronunció unos quedos quejidos de dolor y se hincó, se postró nuevamente hacia los pies y su desesperación fue otra vez encendida de manera repentina.

- ¡Mira Betito! ¿Quieres que sea tu perrito? Seré tu perrito, mira - y el maltrecho hombre comenzó a andar a cuatro patas y a ladrar como un Fench Poodle - Wuuf, wuuf, wuuf wuuf...y se fue corriendo así a cuatro patas a dos metros de distancia y con la misma se regresó, y simuló respirar agitadamente como un perrito, para lamer después los pies de su amo - ¡wuuf wuuuf! ¡baha baha waha, wuuf wuuf!

Adalberto soltó una sonora carcajada.

- ¿Ah? ¿Wuf wuuuf? - siguiendo en su papel de perro. De un perro que parecía entender las reacciones de su amo - ¿te gustó amor? ¿Quieres que te ladre? ¿Te muevo la colita? - Rogelio movió graciosamente la cadera de un lado para otro, así a cuatro patas, simulando ser aún el perro y comenzó a reír también.

Ambos hombres rieron, y hasta el cosolador vibrante de doble cabeza con los rostros de la pareja grabados en sus respectivos extremos parecía reír también, como una de esas dentaduras de cuerda.
No obstante, Adalberto detuvo sus hilarantes riostadas y el aturdido muchacho con la cara vuelta un costal de papas sangrante siguió con las carcajadas por otro largo minuto...hasta que volteó a ver a su amo, la risa fue disminuyendo paulatinamente y el silencio hizo acto de presencia por tercera vez. Los vecinos contemplaban con una atención increíble, totalmente fascinados por tal exhibición pública de drama. Hasta los grillos dejaron de cantar y contemplaban la escena, confundidos.

Finalmente y para no extender esto de más, Rogelio calmó un poco su ira y se fue del lugar, completamente humillado, sangrante, amargado, y con un profundo pesar rencoroso oprimiéndole el pecho. No sin antes darle de patadas a su propio auto, rompiéndo los focos delanteros, el espejo retrovisor, provocando algunas abolladuras por aquí y por allá, mentándole la madre a su ahora ex-novio, haciéndole señas obscenas, deseándole la peor de las muertes, y de paso deseándole la peor de las muertes también a los vecinos, llamándoles chismosos, mediocres, nacos, buenos para nada, sin que hacer.
Recogió el vibrador de doble punta. Se subió a su carro y arrancó a toda marcha, rechinando llantas, llorando por todo el camino, gritando como demente. Pegándole de vez en cuando al volante. Rompió el espejo retrovisor interior al verse reflejado, y lanzó tremendos gruñidos, ruidos guturales salían con toda naturalidad de su garganta, sonaba como un mandril furioso.
Se dirigió a los campos oscuros de la Universidad, y bajo un árbol se estimuló sexualmente con el vibrador de doble punta mientras lloraba y sollozaba con el más amargo de los gestos y murmuraba apretando los dientes: "Te mataré, maldito bastardo, te mataré...te lo juro...te lo juroooo".
Aquello iba más allá de eros y tanatos, de lo absurdo.
Finalmente el estropajo viviente eyaculó un breve chorrito de vital líquido y se quedó viendo las estrellas. Se calmó y se subió la cremallera, se abotonó el pantalón y se dirigió hacia su casa en completo silencio.
Empero en cuanto abrió la puerta de su hogar, su madre estaba en la entrada y al ver las magulladuras del auto y de su inflamado rostro exclamó sorpendidísima:

- ¡Por el amor de Dios! ¡¿Qué te pasó criatura?!

Rogelio respondió de inmediato con una impensada cachetada que le volteó el rostro a su madre, y le gritó:

- ¡¿Qué te importa?! ¡Déjame en paz!

Y subió corriendo las escaleras de su cuarto entre ahogados llantos de magdalena. Abrió la puerta de su recámara y se lanzó hacia su cama con los brazos cubriendo su rostro inundado en llanto.
Sin embargo, su deprimente ira irracional cegó el cálculo de su lanzamiento y aterrizó con la mandíbula sobre el borde rígido de madera de su cama, tumbándole los dientes incisivos de inmediato.

Rogelio perdió la conciencia y su cuerpo quedó tendido sobre la alfombra de su recámara, iluminado por la luz lunar que entraba por la ventana.

Por supuesto que hay más historia, pero ya ocupé demasiado espacio aquí y quiero descansar un ratito.

(Y mucho después...)

Hasta la fecha Rogelio sigue insistiéndole a Adalberto, vía telefónica más que nada, un reconciliación, un reencuentro o por lo menos un fajecito, prometiendo que sólo meter la puntita, o cosas así, pero ante la rotunda negativa de Adalberto, él vuelve a perder los estribos con locura demencial que asustaría hasta a un asesino serial o algún adorador de Satán. Termina arrojando los teléfonos hacia la pared, luego le sigue con los platos y la cristalería...y así. No es algo muy agradable de ver que digamos. Pero bien, La vida sigue su curso.

Me despido y hasta pronto.
Que tengan sanas relaciones con sus amadas, amados y seres queridos.
La paz sea con ustedes.
Hasta otra n_n!
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domingo, 10 de octubre de 2010

De gays, hámsters, ratoncitos y gerbillos...x_x

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Vivimos en tiempos de Sodoma y Gomorra...aunque más de sodoma que gomorra. Eso que ni que.
Todos sabemos que el deseo sexual es una de las pasiones que más placer le causan al ser humano. De hecho es uno de los más grandes placeres, y también de los más grandes
sufrimientos, pues su apego provoca una tremenda ansiedad, ansiedad que puede transformarse en variados tipos de prácticas sexuales, desde comunes y corrientes, propias del llamado de la naturaleza, hasta grotesquísimas aberraciones completamente inusuales y terroríficas, que desvirtuan la función biológica y psíquica de quien padece la calentura del ardiente y flamígero deseo sexual.

Así, todos hemos sabido de casos y relatos que salen - irremediablemente - del quirófano, en donde llegan chicas con botellas atoradas en la vía vaginal, de tipos que por querer sentirse inagotables sementales, ingieren cantidades excesivas de viagra y otras drogas que incrementan el deseo sexual, así como para endurecer el miembro, que provocan al final de cuentas una horrible necropsia del miembro y su lamentable amputación. Son tantas y tan comunes las historias, que si nos pusieramos a hablar y a contar de todas las cosas que hemos sabido por cuenta propia, escuchado y leído, terminaríamos por sentirnos miserablemente abandonados por dios, en un mundo sobrepoblado de idiotas descerebrados enfermos.

Pero los primeros lugares en depravación sexual enfermiza, se lo llevan - indudablemente - muchas de las prácticas homosexuales aberrantes.
En particular la que involucra animales, y por ende, cierto grado de crueldad para con ellos.
Basta mencionar la conocida, increíble e inimaginable insana práctica en la que estos oscuros hombres introducen hámsters, inocentes ratitas y gerbillos en sus rectos.


¿Qué por qué de esta tortura cruel e inusual para con estos pobres animalitos?


Bueno, pues en teoría, una vez que los pobrecitos son introducidos en el interior de las bovedas rectales, estos tratan de escapar primero por donde entraron, pero el esfínter anal se contrae ante el cosquilleo del pequeño roedor que, desesperado, busca otras vías de escape, pero conforme se va adentrando en la tenebrosa cueva del homo, el oxígeno se va acabando, lo que provoca que el haster, ratoncito o gerbillo en cuestión se mueva cada vez con más desesperación, lo cual se traduce en sobre-estimulación de las terminaciones nerviosas del ano. Y el paroxismo del estímulo sobreviene cuando por fin, el aterrorizado roedor muere en la más humillante, dolorosa y apestosa de las asfixias, entre violentísimos espasmos que sacuden sus pequeños y pobrecitos cuerpecitos. Dichos violentos espamos provocan sacudidas y palpitaciones que llenan y envuelven en un placer divino a los de la bandera de arcoiris.


Sí, y no es un mito urbano, no por nada los Pet Shop Boys se llama como se llaman, o el controvertido caso de Richard Gere o la parodia en South park (El episodio del The death camp of tolerance) ya en otra ocasión, escribiré sobre las anécdotas que me han contado fuentes de entera confianza, acerca de los abominables juegos de enferma lujuria, que le hacen a uno pensar y pedir por algún dictador que remueva a estos quistes cancerígenos de la sociedad.
Pero bien, no se diga más porque luego me acusan de retrógrada, mente chiquita, intolerante y cuanta opinión infundada e insertada por opiniones de terceros, se les pudiera ocurrir.

A continuación, y aunque sea noticia vieja, se dispone a continuación la traumática experiencia de Raggot, un hamster que...
Bueno, he aquí, la verisón escrita, difundida, copiada y pegada en muchas páginas de Internet ó la versión comentada en un programa de vacile español, para los de ojos perezosos.


Versión escrita:

"Erik Tomaszewski y su pareja homosexual Andrew "Kiki" Farnum, han sido ingresados para un tratamiento de emergencia, despues de que una sesión de sodomía les fuera realmente mal.
"Introdujimos un tubo de cartón por su recto, y deslicé dentro Raggot, nuestro hamster. Como siempre, Kiki gritó "¡ARMAGEDÓN!", en señal de que era suficiente.
Intenté recuperar a Raggot, pero no podía salir, así que me asomé al tubo, y encendí una cerilla, pensando que la luz le atraería".
Los doctores de la Unidad de Quemados Graves del Hospital de Salt Lake City, en una encubierta rueda de prensa, describieron a través de su portavoz lo que ocurrió después: "La cerilla encendió una bolsa de gases intestinales y una llamarada salió por el tubo, produciendo graves quemaduras en la cara del Sr. Yomaszewski. También se incendió el pelaje del hamster, lo cual provocó que se prendiera otra bolsa de gas, mayor y mas interna, propulsando al roedor hacia fuera como una bala de cañón".
Tomaszewski sufrió quemaduras de segundo grando y rotura del tabique nasal, a consecuencia del impacto del hamster, mientras que Farnum sufrió quemaduras de primer y segundo grado en el ano y en el tracto intestinal inferior.
Increíblemente el ratón sobrevivió, pero al seguir corriendo despavorido, ya que seguía en llamas después de lo ocurrido, prendió fuego a dos cortinas, una cama y un sofá, Erik y su pareja Kiki se encontraban tan heridos que no reaccionaron a tiempo para
salvar su casa del incendio que rápidamente se propagó...


Versión en audio, comentada y carcajeada:





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Y ahora, ¿por qué estoy sumando este tipo de tontería a mis otros habituales posts de tonterías? Pues para justificar y ampliar el siguiente artículo tonto intitulado: Lo que su mascota dice en realidad sobre ella (click pa botaneartela un rato)

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jueves, 23 de septiembre de 2010

La sodomía está bien...siempre y cuando sea entre hombre y mujer =D


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Tengo algunos conocidos gays, y no lo pienso dos veces en preguntarles cualquier cosa respecto a sus estilos de vida "alternativos". Sí alguna duda me viene a la mente, por más estúpida, guarra, imprudente y ofensiva que sea, les preguntó, y ellos de la manera más amable y amena me contestan, entre relajo, broma y obscenidades varias =).


Así, de las estupideces tabú que no he dudado en preguntarles hay cosas tales como:

¿Qué opinas de la vagina? ¿Qué te parece? ¿No es acaso bonita?

Y las respuestas oscilan siempre entre:

- "Assssh, que asccooooo"
- ¡Guáaacalaaaa"
- ¡Ay no!
- Paso
- ¡Puaaahj!

En cuanto a preguntas relacionadas con el coito heterosexual y en específico ante la pregunta "¿te atreverías tú a hacerlo con una mujer si te obligaran?
Las respuestas han sido:

- Para empezar, no me excitaría, obvio.
- ¡Ash! ¡Jamás, never-ever!
- ¡Ni en sueños!
- ¡Por supuesto que no, eso es completamente anti-natural!

En esta ocasión en especial, relataré un interrogatorio informal jocoso y quizás un poco incómodo que le hice a un amigo que pertenece al lado oscuro, ya varios meses hace - como dijera el maestro Yoda.
A tal persona, (a quien habremos de disfrazar bajo las iniciales de su nombre y apellidos como JASL, y cuyas líneas en el siguiente guión están en este color rosita), le hice los cuestionamientos anteriores y luego, continué con las curiosas interrogantes siguientes (que podrían pasar por mongólicas, pero que no muchos se atreven o se interesan en preguntar):

- Pero, por ejemplo, si te forzaran y te hicieran ingerir viagra o afrodisíacos en grandes dosis ...

- Ay, pues ni así, en ese caso para eso tengo mis manos

- Ok, entonces...¿qué hay del sexo anal? ¿Lo harías con una mujer por detrás? Así de que se te pusiera o te la pusieran "en 4"

En cuatro - Los amigos invisibles



¿O dejarías que una mujer te hiciera algo así?

- No...

- ¿Seguro- seguro? ¿Ni siquiera esto último?

- Bueno, que ella me lo hiciera quizás sí, pero siempre y cuando me hubieran obligado a tomarme eso que dices...


- Pero, ¿Por qué no? El ano es el ano, es lo mismo, realmente no hay mucha diferencia en cuanto a la función de uno femenino o masculino, claro, con sus características de cada sexo, claro esta, cómo la textura, la anatomía, la vellosidad, etcétera, pero su función es esencialmente la misma, y tiene igual cantidad de terminaciones nerviosas, y claro
es considerada zona erógena en y por ambos sexos.

- Ay, pues si, pero no...

- Pero ¿por qué no? Bueno, imagina que te vendaran los ojos y que te hicieran creer que entra un hombre al hipotético lugar donde te tienen sometido, atado y con esos
químicos afrodisíacos en tu sangre, que el tipo te dijera unas palabras, pero que en ese momento te subieran a la chica, hehe...

- Mmhh, quizás, pero me daría cuenta

- ¿Cómo?

- Pues sentiría

- Ah, sí, ¿ lo dices por la depilación o la falta de vello corporal como en un hombre?

- Pues por todo....

- Pero también hay hombres que se depilan. Tú te depilas ¿no? Y así como hay hombres lampiños, también hay mujeres que se dejan crecer el vello como licántropos.

- Ay, como quiera ¿Tú lo harías con un hombre?

- Obvio no.

- Pues ahí está, es lo mismo.

-No, yo soy quien hace las preguntas, jó-jó. Ahora, hablemos de las mamas.

- "Las mamás"...

- No te hagas pato. Mamas. Glándulas mamarias, tetas. ¿Qué opinas de las mamas? ¿Acaso no son bonitas?

- Sí, los de hombre.

- Oh, ¿qué tienen de especial los pechos masculinos? No hay una modificación significativa de sus formas, tienen pezones simples, chafas. Los pechos masculinos no están acolchonaditos, suavecitos y firmes, dulcesitos, tiernos, bonitos, bueno, ya sabes...

- Jajaja, te pasas, y no, no sé

- Por favor, pero al menos no podrás negar que el pecho de la mujer tiene lo suyo, sin importar sin son grandes o pequeños Además son dadores de vida, amamantan a los bebés, la leche materna es esencial para reforzar las defensas de los niños, y el calor y contacto humano que ofrecen estos no lo da un biberón o los pectorales paternos.

- Ay, bueno sí, sí hombre, como tu digas, si están bonitos, ¿Ya? ¿Contento? Ya sé, pero a mi me gustan los pechos de hombre.

- Muy bien. Sí, entiendo, es nomás pa´joderte un ratito, haha...

- ¿Me quieres joder?

- No. No en ese sentido, malpensado. No te ilusiones. Este vato...Pero bien, hablando de preferencias físicas, ¿Cómo te gustan los hombres?

- Esbeltos, delgados, atléticos, así como los artistas del Cirque du Soleil

- Ah, y que hay de un flaco, o es más, de un gordito, ¿Lo harías con un gordito?

- No lo sé, si me cae bien sí, tendría que verle el pito.

- Ah, mira que superficial me saliste canijo, jehe...

- Es que eso es elemental, es el alma de la fiesta.

- Jaha, que mamila eres, pero tienes razón, sin eso no hay "zuku-zuku"

- ¡Haha! ¡¿Zuku - zuku?!

- Sí. Entonces ¿si lo harías con un gordito simpático?

- Sí

- Pero los gorditos tienen tetillas, ginecomastia. Les crecen los senos y en principio también están rellenos de grasita, igual que los de una mujer.

- Aaaasssssh, eres un asquerosooooooo

- Hey, es la verdad, todos los músculos tienen algo de grasa

- Ay, pero es diferente

- ¿Por qué?

- Porque sé que estaría con un hombre

- Que raro...pero bien, continuando, Entonces ¿consideras que el falo es elemental en una relación homosexual?

- ¡Claro! ¡Por supuesto!

- Ok...Ahora, hablemos de lesbianas, ¿Qué onda con ellas?


- Pues muy sus gustos

- Ah, ¿pero te acuerdas cuando me contaste horrorizado de aquella ocasión en que esta chava te invito a su cumpleaños y que ya al llegar a su casa te quedaste helado de ver que habían muchas mujeres ahí besándose entre ellas, fajándose y haciéndose cariñitos que subían de intensidad conforme pasaba la noche y las copas? Que era más que nada una fiesta lésbica.

- Claro, gracias por recordármelo (sarcásticamente). Hasta la fecha trato de borrarlo de mi memoria, gracias.

- Pero ¿por qué? Ella y ellas también son personas, seres humanos, homosexuales, lesbis. Gays, como tú y los de tu oscura cofradía.

(Xandir)

- Pero que no es lo mismo

- ¿Por qué no?

- Porque no, que asco...Es que parecían monstruos, unas estaban bien grandotas, eran machurronas acá bien gordas y feas ¡Que horror! ¡Me quería ir de ahí cuanto antes!

- Las estás discriminando también por su físico

- ¡Es que en verdad que fue horrible! ¡Te lo juro! Hasta tú te hubieras angustiado...

- Neeeh, no lo creo, no le tengo miedo a las lesbianas, por más machorras que sean. Aunque no me molesta en lo más mínimo ver a dos mujeres expresándose amor, cariño y pasión, admito que a veces me resultan extrañas algunas de sus actividades, es decir, que muchas tengan que recurrir a juguetes sexuales con forma de pene para estimularse y satisfacerse, cuando se supone que la figura aberrante y que evitan es precisamente la del miembro y al hombre mismo. Y ahora, regresando a lo tuyo. ¿por qué dices que te da asco?

- Ay, pues porque sí, porque no me gusta eso.

- Okey, pero eso es un tanto subjetivo, ¿no? digo, por ejemplo, a muchos les parecerá más antihigiénico el contacto y penetración exclusivamente anal. Hay mucho más contaminación de distintas bacterias en el área anal que en la vagina, y además, si no conoces los hábitos alimenticios e higiénicos de la persona con la que te estás matando a palos y lengüetazos, pues no sabrás si esa persona tiene parásitos, lombrices, amebas, solitaria, la cantidad de residuo fecal fermentado, que podrían ser de días, semanas ahí en el colón. Digo, las y los estrellas y artistas porno que tienen que hacer escenas de sexo anal, se preparan para eso. Recurren a enemas, lavativas, cremas, suavizantes, aromatizantes, siguen una dieta específica y cuidan sus hábitos alimenticios, se hacen chequeos médicos regularmente y demás, es algo muy controlado. Pero tengo entendido que mucha "gente normal" desconoce de esto y se lanza al ruedo así como así, sin tomar medidas preventivas necesarias...¿Tú lo haces?

- Claro que sí, eso es esencial.

- Bueno, quizás tú, pero ¿qué hay de los demás? Caras vemos y costumbres no sabemos . Imagina que en una de esas que andes bien prendido haciendo un anilingus (beso negro) te andes ahí tragando miles de huevesillos de solitarias o gusanos intestinales.

(Uuuuyy, ssss, ssss, aah, que rico, que sexy, gusanos intestinales, yummmy)


- ¡Que asco! ¡Que sucio eres! ¡Claro que no! ¡Uno no piensa en eso! ¡Ya!

- No, claro que no, en la calentura uno no piensa, quien está al mando en el frente de batalla en esos momentos es nuestro amigo el descerebrado de ahí abajo. Nomás se arremete, mete y saca y shakashaka.

- ¡Jahaha!

- Pero ya, volviendo al tema de las chicas lesbis, Ustedes piden comprensión, tolerancia y respeto, pero en tu caso no toleras a las lesbianas. ¿Cómo está eso?

- Sí las tolero y las respeto, ¿Quién dice que no?

- Ok, sí, las toleras y las respetas, pero las discriminas, también la otra vez cuándo te pregunte acerca de tu opinión acerca de los transexuales y trasvestis y de los que se sienten como mujeres atrapadas en cuerpos de hombre, tú me dijiste que ellos estaban mal, que eso es otra cosa, que un verdadero gay no se siente como mujer atrapada en un cuerpo de hombre ,si no que se define como hombre que se siente como hombre, y que le gustan los hombres...

- Ay, que cosas hombre, bueno, ya llegamos.


Y aquí termina este breve relato de la entrevista informal que le hice a mi amigo, mientras nos dirigíamos al cine, ¿que qué película vimos? Los 300.
Y creí que iba a ser toda una película de acción épica, pero entonces ya al avanzar la película, me dí cuenta de la razón de que mi amigo hubiese elegido tal función. Caray, sin palabras...

Me despido, me arden los ojos, caigo de sueño,

Conclusión, tal como lo dice el título de este post ,y en opinión como representante y defensor de los derechos de los hombres heterosexuales: La sodomía está bien, siempre y cuando sea entre hombre y mujer (O bien, entre mujer y mujer =D) ¡yeaaah!
Amén.

Regalo bendito del día:

El disco anal - Los amigos invisibles



Saludos, me largo a dormir. Que tengan bonitas y sanas fantasías y relaciones sodomitas, siempre y cuando sean entre hombre y mujer =D! XD haha
Bye.

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