De El Tao de la salud, el sexo y la larga vida de Daniel Reid
El ayuno es uno de los mecanismos curativos naturales más antiguos del mundo. Todos los animales, salvo el hombre moderno, ayunan instintivamente cuando están enfermos. Aun hoy existen tribus primitivas en el Amazonas, en África Central y en remotas regiones de Asia, que mantienen "casas de enfermos" en las afueras de sus aldeas, donde las personas aquejadas de alguna enfermedad se retiran para someterse a prolongados ayunos totales hasta que recobran la salud y la vitalidad. Los yoguis de India son bien conocidos por sus ayunos y sus limpiezas de colon. El ayuno terapéutico ha constituido siempre una parte muy importante de los regímenes de enseñanza taoístas. Los maestros hacían ayunar a sus discípulos durante periodos prolongados, para que purificaran el cuerpo y la mente, antes de exponerles sus técnicas más avanzadas.
Los antiguos griegos ayunaban para conseguir salud y longevidad, y eran renombrados por su robusta constitución física. Galeno, Paracelso e Hipócrates, padres fundadores de la medicina occidental, practicaban y recetaban el ayuno para todas las enfermedades graves, y lo recomendaban como excelente régimen preventivo. Pitágoras exigía a sus discípulos que ayunaran durante 40 días para purificar cuerpo y mente antes de transmitirles sus más altas enseñanzas. Platón y Aristóteles, cuyo pensamiento constituye la raíz y núcleo de la filosofía occidental, ayunaban regularmente para mejorar su salud física y estimular sus facultades mentales. La Biblia menciona el ayuno en 74 ocasiones, y el propio Jesús solía ayunar con frecuencia, a veces hasta 40 días seguidos. Y lo mismo hacía Buda. El ayuno es una respuesta natural y universal ante la enfermedad y la debilidad, no un "rollo" cultural o religioso.
El ayuno desencadena un proceso de limpieza verdaderamente maravilloso, que llega hasta la última célula y el último tejido del organismo. A las 24 horas de suspender la ingestión de alimentos, las enzimas dejan de entrar en el estómago para dirigirse en cambio a los intestinos y al torrente sanguíneo, por el que van circulando y destruyendo todo tipo de productos de desecho, tales como células muertas y enfermas, microbios indeseables, subproductos del metabolismo y sustancias contaminantes. Todos los órganos y glándulas reciben un necesario y bien merecido descanso, durante el cual se purifican y rejuvenecen sus tejidos y se regulan y equilibran sus funciones. Todo el canal digestivo se vacía, y lo que sale por su extremo inferior seguramente sorprenderá y asqueará a quienes ayunan por primera vez, hasta el extremo de hacerles adoptar el ayuno y la limpieza de colon como hábitos permanentes.
Los antiguos griegos ayunaban para conseguir salud y longevidad, y eran renombrados por su robusta constitución física. Galeno, Paracelso e Hipócrates, padres fundadores de la medicina occidental, practicaban y recetaban el ayuno para todas las enfermedades graves, y lo recomendaban como excelente régimen preventivo. Pitágoras exigía a sus discípulos que ayunaran durante 40 días para purificar cuerpo y mente antes de transmitirles sus más altas enseñanzas. Platón y Aristóteles, cuyo pensamiento constituye la raíz y núcleo de la filosofía occidental, ayunaban regularmente para mejorar su salud física y estimular sus facultades mentales. La Biblia menciona el ayuno en 74 ocasiones, y el propio Jesús solía ayunar con frecuencia, a veces hasta 40 días seguidos. Y lo mismo hacía Buda. El ayuno es una respuesta natural y universal ante la enfermedad y la debilidad, no un "rollo" cultural o religioso.
El ayuno desencadena un proceso de limpieza verdaderamente maravilloso, que llega hasta la última célula y el último tejido del organismo. A las 24 horas de suspender la ingestión de alimentos, las enzimas dejan de entrar en el estómago para dirigirse en cambio a los intestinos y al torrente sanguíneo, por el que van circulando y destruyendo todo tipo de productos de desecho, tales como células muertas y enfermas, microbios indeseables, subproductos del metabolismo y sustancias contaminantes. Todos los órganos y glándulas reciben un necesario y bien merecido descanso, durante el cual se purifican y rejuvenecen sus tejidos y se regulan y equilibran sus funciones. Todo el canal digestivo se vacía, y lo que sale por su extremo inferior seguramente sorprenderá y asqueará a quienes ayunan por primera vez, hasta el extremo de hacerles adoptar el ayuno y la limpieza de colon como hábitos permanentes.
El beneficio más importante del ayuno tal vez sea que limpia y depura a fondo la corriente sanguínea. La sangre tiene la función de transportar oxígeno y nutrientes a todas las células del cuerpo, y debe también retirar los residuos metabólicos de las células para que sean excretados por los riñones y los pulmones. Asimismo, la sangre es el "vigilante" inmunológico del cuerpo, que hace circular las enzimas, los glóbulos blancos y otros factores inmunitarios durante las 24 horas del día, en misiones de "búsqueda y destrucción" de los invasores. Y la sangre sucia no puede realizar correctamente estas funciones. En consecuencia, se instaura la desnutrición, disminuye la resistencia, la toxemia se vuelve crónica y los gérmenes disponen de plena libertad para invadir los tejidos más vulnerables. A menos que lleve usted una vida ascética alejada de la civilización y evite todas las aberraciones alimentarias, su sangre y sus demás tejidos están forzosamente acumulando toxinas y perdiendo poco a poco su vitalidad funcional. Si no se limpia de estas toxinas de una forma regular, la toxemia se vuelve cada vez más grave, hasta que el cuerpo es incapaz de seguir soportándola y, o bien se purga espontáneamente en forma de diarrea, acné, erupciones, "manchas marrones", sudor maloliente, hedor corporal, halitosis y demás, o bien renuncia por completo a la lucha y cae víctima de un cáncer, una tuberculosis o cualquier otra enfermedad.
Un boletín de Associated Press fechado el 28 de Mayo de 1986 informa sobre los siguientes resultados del ayuno forzado en ratas de laboratorio, obtenidos en un reciente estudio sobre el envejecimiento que fue llevado a cabo en los Estados Unidos:
Cuando la dieta de las ratas de laboratorio es drásticamente reducida, las ratas viven mucho más tiempo que aquellas otras, en todo lo demás idénticas, a las que se permite comer tanto como quieran. De hecho, los investigadores declaran que esta limitación de los alimentos es la única forma que conocen de prolongar significativamente la duración de la vida normal de estos roedores.
Cuando la dieta de las ratas de laboratorio es drásticamente reducida, las ratas viven mucho más tiempo que aquellas otras, en todo lo demás idénticas, a las que se permite comer tanto como quieran. De hecho, los investigadores declaran que esta limitación de los alimentos es la única forma que conocen de prolongar significativamente la duración de la vida normal de estos roedores.
El ayuno también restablece el adecuado pH de la sangre. Como ya hemos visto, el Yin y el Yang de la dieta y la digestión se traduce a la terminología científica occidental como equilibrio ácido/básico. La acidosis de la sangre se ha convertido en una importante afección de la civilización contemporánea, y es la responsable de toda clase de desgracias. Cuando la acidez de la sangre alcanza niveles intolerables, la corriente sanguínea deposita el ácido en las diversas articulaciones, en forma de cristales que luego forman "espolones" que literalmente "sueldan" las articulaciones y sustituyen al líquido sinovial que las lubrifica naturalmente. La consecuencia es una dolorosa e incapacitante artritis. El ayuno permite que las enzimas entren en las articulaciones y disuelvan dichos cristales, con lo que se restaura el líquido sinovial y se recobra la movilidad de la articulación. El ayuno elimina también la acidosis de la propia corriente sanguínea. De hecho, los desagradables efectos secundarios que se perciben durante los tres primeros días de un ayuno se deben únicamente a que estos cristales ácidos y otras toxinas entran en la corriente sanguínea en masa para ser eliminados.
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2 comentarios:
Hola, estuve buscando tu e-mail pero no lo encontré.
Te paso un pequeño "Festival" sobre cine de Islandia
Si tenés algún subtítulo hecho de alguna de las películas, avisanos, por favor, así las buscamos.
Un abrazo y cualquier cosa mi e-mail:
Eduardo#partidopirata.com.ar (reemplazar # x @)
No hace falta que dejes este comentario, sólo era para comunicarme en privado contigo pero no lo pude encontrar.
Un abrazo.
Hola mi amigo.
Gracias por tu mensaje y el enlace a la página.
Por el momento no me es posible subtitular películas. Y en cuanto a cine islandés (o nórdico en general) no he visto mucho. La última película fue una sueca de Ulf Malmros llamada Mammas pojkar (los niños de mamá). La cual, como casi toda su filmografía, me gustó mucho. Te recomiendo "Smala Sussie", hehe.
Sólo he estado viendo películas asiáticas muy chidas/guays/pichudas/cheveres/chingonas.
Tendría tiempo de trabajar algunas películas hasta julio, si quieres.
Estamos en contacto y gracias nuevamente. Un abrazo. =)
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