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De Cuentos Folklóricos de Laos
de la cuentacuentos Maha Bunyok Saen Sunthon
de la cuentacuentos Maha Bunyok Saen Sunthon
Una noche, Indra escuchó el hermoso sonido de una música que decía “yong, yong, yong”, y se sintió tan complacido que tuvo enormes deseos de recompensar al cantante. Así que le dijo a sus cortesanos:
- Deben traerme al que cantó esa hermosa canción anoche. Quisiera escuchar más de ella.
Así que los cortesanos salieron de palacio proclamando:
- Que dé un paso al frente el que haya cantado esa hermosa canción anoche. El Gran Indra quiere escuchar más de tu canción.
El geco dio un paso adelante y dijo:
- Yo canté esa canción tan hermosa anoche
- Entonces dime qué necesito preparar para tu función de esta noche ante el Gran Indra - preguntó uno de los cortesanos.
- Tienes que preparar una pipa de bambú de buen tamaño y colgarla de un pilar en la galería del Gran Indra - contestó el geco.
Todo fue preparado antes del anochecer. Al caer la noche, el geco se arrastró al interior de la pipa de bambú y comenzó a cantar su canción: "tod, tod, tod, tappo, tappo, tappo”
Entonces, el Gran Indra dijo: “Oh, cantaste de forma hermosa. Te recompensaré con una chaqueta muy colorida para que uses”.
A la noche siguiente, el Gran Indra nuevamente escuchó: “yong, yong, yong”, la misma canción tan hermosa. “La canción que se cantó anoche fue hermosa, pero no es la misma”. Así que les dijo a sus cortesanos:
- Aún puedo oír esa hermosa canción. La misma que escuché antes de que viniese el geco a cantar la suya. Por favor, encuentren al que canta esta canción
Así que los cortesanos volvieron a salir con la misma proclama:
- Que dé un paso al frente quienquiera que haya cantado esa hermosa canción anoche. El Gran Indra quiere escuchar más de tu canción.
La rana toro dio un paso adelante y dijo:
- Yo canté esa hermosa canción anoche
- Entonces dinos qué debemos preparar esta noche para tu función ante el Gran Indra - preguntaron los cortesanos.
- Deben tener listo un cuenco de buen tamaño lleno de agua y colocarlo al pie de las escaleras en la galería del Gran Indra - dijo la rana toro.
Todo fue preparado antes del anochecer. Al caer la noche, la rana toro saltó dentro del cuenco y comenzó a cantar su canción: “Hueng aang, hueng aang, hueng aang”.
El Gran Indra dijo entonces:
- Oh, cantaste un hermosa canción; y tú también mereces vestir una hermosa chaqueta
A la noche siguiente, el Gran Indra nuevamente escuchó: “yong, yong, yong”, la misma hermosa canción. “La canción que cantó la rana toro anoche fue hermosa, pero no es la misma”. Así que les dijo a sus cortesanos:
- ¿Saben que todavía puedo oír esa hermosa canción? La misma que escuché antes de que vinieran el geco y la rana toro a cantar. Por favor vayan a buscarme a ese cantante.
Esta vez los cortesanos se cruzaron con Maeng Nguan, el grillo cantarín. Así que le preguntaron:
- ¿Tú cantaste esa canción tan hermosa anoche?
- Sí, fui yo. ¿Por que preguntan? - quiso saber Maeng Nguan, el grillo cantarín.
- Al Gran Indra le gustaría escucharte cantar nuevamente esta noche. ¿Quisieras venir?
- Claro que iré -, dijo Maeng Nguan, el grillo cantarín.
- Entonces dinos qué debemos preparar para tu función esta noche ante el Gran Indra - preguntó uno de los cortesanos.
- Oh, absolutamente nada. Simplemente volaré hacia la luz del pilar en la galería del Gran Indra y cantaré - dijo Maeng Nguan, el grillo cantarín.
Así que esa noche Maeng Nguna, el grillo cantarín, voló hasta la luz del pilar en la galería del Gran Indra y empezó a cantar: “Yong, yong, yong”
El Gran Indra se encontraba tan complacido y contento con Maeng Nguan, el grillo cantarín, que le concedió comer de la comida de los dioses y también le dio ojos divinos. Por eso el grillo puede ver tanto de noche como de día y no se alimenta de comida ordinaria, sino que disfruta de las gotas de rocío del cielo. .
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- Deben traerme al que cantó esa hermosa canción anoche. Quisiera escuchar más de ella.
Así que los cortesanos salieron de palacio proclamando:
- Que dé un paso al frente el que haya cantado esa hermosa canción anoche. El Gran Indra quiere escuchar más de tu canción.
El geco dio un paso adelante y dijo:
- Yo canté esa canción tan hermosa anoche
- Entonces dime qué necesito preparar para tu función de esta noche ante el Gran Indra - preguntó uno de los cortesanos.
- Tienes que preparar una pipa de bambú de buen tamaño y colgarla de un pilar en la galería del Gran Indra - contestó el geco.
Todo fue preparado antes del anochecer. Al caer la noche, el geco se arrastró al interior de la pipa de bambú y comenzó a cantar su canción: "tod, tod, tod, tappo, tappo, tappo”
Entonces, el Gran Indra dijo: “Oh, cantaste de forma hermosa. Te recompensaré con una chaqueta muy colorida para que uses”.
A la noche siguiente, el Gran Indra nuevamente escuchó: “yong, yong, yong”, la misma canción tan hermosa. “La canción que se cantó anoche fue hermosa, pero no es la misma”. Así que les dijo a sus cortesanos:
- Aún puedo oír esa hermosa canción. La misma que escuché antes de que viniese el geco a cantar la suya. Por favor, encuentren al que canta esta canción
Así que los cortesanos volvieron a salir con la misma proclama:
- Que dé un paso al frente quienquiera que haya cantado esa hermosa canción anoche. El Gran Indra quiere escuchar más de tu canción.
La rana toro dio un paso adelante y dijo:
- Yo canté esa hermosa canción anoche
- Entonces dinos qué debemos preparar esta noche para tu función ante el Gran Indra - preguntaron los cortesanos.
- Deben tener listo un cuenco de buen tamaño lleno de agua y colocarlo al pie de las escaleras en la galería del Gran Indra - dijo la rana toro.
Todo fue preparado antes del anochecer. Al caer la noche, la rana toro saltó dentro del cuenco y comenzó a cantar su canción: “Hueng aang, hueng aang, hueng aang”.
El Gran Indra dijo entonces:
- Oh, cantaste un hermosa canción; y tú también mereces vestir una hermosa chaqueta
A la noche siguiente, el Gran Indra nuevamente escuchó: “yong, yong, yong”, la misma hermosa canción. “La canción que cantó la rana toro anoche fue hermosa, pero no es la misma”. Así que les dijo a sus cortesanos:
- ¿Saben que todavía puedo oír esa hermosa canción? La misma que escuché antes de que vinieran el geco y la rana toro a cantar. Por favor vayan a buscarme a ese cantante.
Esta vez los cortesanos se cruzaron con Maeng Nguan, el grillo cantarín. Así que le preguntaron:
- ¿Tú cantaste esa canción tan hermosa anoche?
- Sí, fui yo. ¿Por que preguntan? - quiso saber Maeng Nguan, el grillo cantarín.
- Al Gran Indra le gustaría escucharte cantar nuevamente esta noche. ¿Quisieras venir?
- Claro que iré -, dijo Maeng Nguan, el grillo cantarín.
- Entonces dinos qué debemos preparar para tu función esta noche ante el Gran Indra - preguntó uno de los cortesanos.
- Oh, absolutamente nada. Simplemente volaré hacia la luz del pilar en la galería del Gran Indra y cantaré - dijo Maeng Nguan, el grillo cantarín.
Así que esa noche Maeng Nguna, el grillo cantarín, voló hasta la luz del pilar en la galería del Gran Indra y empezó a cantar: “Yong, yong, yong”
El Gran Indra se encontraba tan complacido y contento con Maeng Nguan, el grillo cantarín, que le concedió comer de la comida de los dioses y también le dio ojos divinos. Por eso el grillo puede ver tanto de noche como de día y no se alimenta de comida ordinaria, sino que disfruta de las gotas de rocío del cielo. .
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