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Escribo
ahora éste reporte a mes y medio de lo sucedido, ya que simultáneamente
me encontraba realizando otros experimentos cognitivos, mediante
sugestión, meditación y potenciación con químicos
nootrópicos que incluyen la sulbutiamina , ginko biloba, ginseng y extractos de Hericium erinaceus (猴头菇) y música sugestiva de estados "ácidos" de conciencia, a saber música psicodélica de 1968 tanto de éste continente como del
"nuevo".
Debo confesar que éste reporte resultó
luego de dos infructíferas exploraciones previas a los bosques coníferos
de las afueras de Moss y Fredrikstad, Noruega.
La primera ocasión fue al sur de Moss, en
donde me encontré con una gran variedad de hongos. Recolecté en dos
bolsas hasta 20 especies distintas, incluyendo especies venenosas de
"Cortinarius"
y tanto auténticas como falsas Amanitas muscarias rojas.
Aún así, regresé contento al departamento,
con la esperanza de encontrar alguna especie que contuviera psilocibina
y psilocina. Más, luego de varias horas frente al monitor de la laptop,
investigando
en enciclopédicas descargables, foros que obviamente
incluyeron:
Así como web-sites y foros noruegos y suecos como:
y la sección dedicada a los usuarios conocedores/consumidores de psicoactivos http://freak.no/
Entonces, luego de toda una tarde leyendo, comparando los especímenes recolectados, sin obtener más que aprendizaje de cómo recolectar y reconocer, boté todos a la basura, aprendiendo para la próxima vez, que debería recolectarlos por separado, en bolsas de papel o en cartones, no de plástico, y sólo aquellos que supusiera eran los "sagrados", los "Maestros del bosque".
Segunda exploración
La segunda vez que salí hacia los bosques
del noroeste de Fredikstad, contaba ya con más conocimientos teóricos
acerca del reconocimiento, así como también sabía cuales esperar
encontrar, aunque
sabía también que las especies que buscaba, no se encontraban en
bosques, sino en pastizales, en campos abiertos. Aún así, quise ir
explorar, sólo por el placer de pasear y descubrir otras áreas,
esperando por supuesto, encontrar como fuera, hongos psicodélicos.
Sabía de antemano que los hogos existentes en ésta área del planeta eran los siguientes:
- Conocybe cyanopus
- Gymnopilus junonius
- Panaeolus cinctulus
- Psilocybe semilanceata
- Pholiotina smithii
- Pluteus salicinus
- Psilocybe serbica
- Psilocybe silvatica
- Psilocybe strictipes
Aunque la gran mayoría de estos se encontraban más hacia los estados del norte. Aun así, esperaba contar con un inusitado golpe de suerte, un acto compasivo de los espíritus de la naturaleza y de los Dioses de los reinos superiores de la mente.
Salí a las 8:00 de la mañana en una muy linda y fresca mañana de principios de noviembre. Y luego varios kilómetros, descubrí muchas especies por todas partes, incluyendo la Galerina marginata, la cual confundí con una especie de conocybe, contenedor también de psilocibina, así como otras especies de cortinarius, como el acidophilus.
No fue sino alrededor de las 2:00 PM que,
luego de una larga caminata hacia el noroeste, que descubrí en una
pequeña área medio-pantanosa, lejos de pinos y árboles, a unos dos
kilometros más adelante
de un abandonado lugar para practicar tiro al blanco con arms de fuego,
unas solitarias parejitas de unos que creí que SÍ eran. Unos ejemplares
de Psilocybe semilanceata. Así como también, más adelante, unos tímidos
honguitos que creí ejemplares de Conocybe
cyanopus, aunque sabía de antemano que era común y terriblemente
confundida con Conocybe tenera. Y es que entre éstas mismas familias,
también encontramos ovejas negras. Son tantas las especies y los
parentescos son increíbles, teniendo - para diferenciarlas
- que tomar muestras de esporas, análisis minuciosos de micelos,
observación en estado fresco y seco.
Además, había antes preguntado a personas
que conocían del mundo de los enteógenos si sabían reconocer las
especies que sí eran de las que no.
Pero me daban información que creían
conocer, de oídas. En éste mundo hay que tener suma prudencia, respeto y
cautela. Pues si bien son pocas las especies de hongos que pueden
provocar una muerte
lenta, dolorosa y horrorosa, la otra mayoría de hongos venenosos pueden
dejar a quienes le consumen con indeseables secuelas que requieren
tratamientos que incluyen la hemodiálisis diaria así como atrofia del
hígado.
Así que, luego de 7 horas de recorrido,
que me parecieron 2, no fue sino el hambre la que me recordó la idea de
retornar para analizar los ejemplares recolectados.
Una vez en el departamento, a las 5:30 PM,
fue que comencé la investigación internautita. Luego de otras 3 horas y
temiendo mucho consumir especies que no son, decidí finalmente,
descartar los
que aparentemente eran semilanaceatas y meterme a la boca, en su lugar 5
pequeños "sombreros" de los que aseguré que eran Conocybe cyanopus. Los
dejé que se diluyeran bajo mi lengua, como si fueran cartones de LSD.
Tardando aproximadamente unos 10 minutos en
disolverse por completo antes de pasarlos tragarlos. El sabor no era,
como había escuchado decir por ahí, amargos, sino más bien, suaves, como
a nueces rebajadas.
Probablemente sí eran amargos, pero
acostumbrado ya a tomar casi a diario el poderoso brebaje super-booster
de estados de hiper-cognición que acertadamente bauticé como "caca de
caballo" ya ninguna
otra cosa en el mundo podría tener un sabor más desagradable,
nauseabundo y vomitivo, o quizá sí, el "vómito de dragón", otra
ocurrencia bioquímica que tendría un mes después.
La cosa es que, entre sugestión tanto positiva como negativa, me puse a escuchar música psicodélica de funkadelic y de bandas alemanas de rock ácido y progresivo de los 70´s, y la preocupación fue menguando mientras pasaban los minutos y - quizá por efecto placebo, no lo sabía con certeza, fui apreciando sutilmente que "algo" realmente estaba ocurriendo en mi organismo. A los 30 minutos luego de la ingesta total de lo que consideré una dosis mínima, comencé a sentir "bienestar", felicidad. Ahora mismo explico en que consistió éste bienestar, así como su progresión:
Primero vino el sentimiento de felicidad,
como de embriaguez alcohólica, pero manteniendo en todo momento la
coherencia, no esa pesadez embrutecedora propia del alcohol.
Sonreí, podía sentir oleadas de frescura
por la piel, desde las puntas de los dedos de los pies, hasta la punta
de los cabellos. Supuse entonces que eso podía ser reacción debido a la
sugestión,
la continua búsqueda de conocimiento sobre enteógenos que había estado
teniendo ininterrumpidamente durante los últimos meses, o bien, el
complemento alimenticio nootrópico "caca de caballo".
Pero enseguida vino una especie de deseo
de reír. Me sentía como abrazado por el placer de la risa. Pese a que la
ambientación en general me parecía gris, la ciudad, el departamento, el
cielo,
el lago. Vino la precepción de los colores al rescate. De pronto la luz
de los focos me pareció de un ámbar muy bonito, de un naranja-rosáceo
propio de un hogar uterino, del interior de las paredes de nervios y
tejidos. El piso de madera anunciaba que cambiaría
a un color más rosa-corazón-cursi. Y pensar en esto me daba risa.
Estaba consciente de que a esas dosis tan "pequeñas" no tendría un viaje hacia el innegable centro del universo a velocidades superiores de la luz ni nada de eso. También estaba consciente de que tendría que disimular posibles efectos de euforia, torpeza motora, incoherencias que pudiera pronunciar, pues no quería que Kine se diera cuenta, o su enfado iría más allá de las palabras y actitudes. Ya que desde siempre se ha mantenido con un pensamiento reacio a siquiera hablar a todo lo que esté relacionado con el consumo de enteógenos, aún y con que hayan numerosos argumentos a favor, que demuestran que no producen adicción, y que han sido utilizados en terapias psicoanalíticas o incluso -irónicamente - para tratar problemas de demencia y otros trastornos psiquiátricos provocados por estilos de vida insanos que - también irónicamente - son socialmente aceptados, tolerados y animados: stress, consumismo, mala alimentación, alcoholismo, tabaquismo, egoísmo, fármacos.
Luego de una hora, los efectos mermaron
durante unos 5 minutos. No había alteración sustancial de la percepción
del tiempo, pero sentí que mi cerebro se "iluminaba" formando
rompecabezas de temáticas
filosóficas por si sólo. Vino otra oleada de estremecimiento que sentí y
comencé a ver sutilmente. Observe mis brazos que tenía sobre el teclado
y el mouse, informándome sobre los hongos, pero dije: "vamos, esto ya
no es necesario, estos son psicoactivos, ya
sientes los efectos, sólo disfruta la música, acurrúcate, disfruta". Y
así lo hice, puse en la playlist canciones de Nujabes y Evisbeats,
coloqué los auriculares en mis oídos, me senté sobre el suelo, abrazando
mis piernas con mis brazos, cerrando los ojos
y a disfrutar.
Abrí los ojos un poco para subir el volumen de la música y sumergirme en el "bienestar emocional" y vi que efectivamente, la luz de los focos ya eran rosas, el piso era morado y las luces que venían de afuera a través de las ventanas era azul zafiro. Ya habían colores. Sentí que eso era lo auténtico. Ver y vivir en colores. Que los colores son necesarios en nuestra vida. Que es una bendición ver a colores, tener colores. Seguía sonriendo. Mis brazos, mis pies tenían auras, auras rosas-doradas.
"Wow, el rosa es muy bonito y acogedor, es
el color tan femenino, de la atracción y la interacción sexual" pensé
"es un color que es una caricia en sí, y el azul es tan tranquilizante,
tan estabilizador,
y el morado, ¡woao!, el morado es el rosa y el azul haciendo el amor,
los colores Hombre y Mujer están haciendo el amor en ésta sala, y nadie
lo nota, que acto tan bello, es una lástima que la gente no aprecie los
colores ni los verdaderos actos amorosos, que
triste que la gente aquí guste de los colores sombríos". Pero pese a
pensar esto, no sentía tristeza, sólo paz. Y luego de percibir la paz
interior, sin dejar de sonreír, Kine volteo a verme y con desconfianza y
algo de enojo me preguntó: "Hey ¿qué haces? ¿Qué
pasa? No te comiste los hongos, ¿verdad?" "No, claro que no" le contesté
"¿Entonces dónde están?" "Los tiré, los tiré todos, claro" le volví a
responder riendo.
"¿De qué te ríes entonces?" fue la
pregunta, "de cosas que estoy recordando" fue la respuesta. Y ella
volvió a su computadora a lo suyo (ver artículos de decoración de
navidad para pedir por internet).
Eran ya las 9:10 PM, y me sentía genial.
Las auras de los colores que hacían el amor, parecían ondular como
flamas de velas bailando un vals abrazadas, y me vino a la mente esa
canción de "Endless
Love" de Lionel Ritchie y Diana Ross.
Así que decidí ponerla, aunque no tenía el
archivo en mp3, abrí la pantalla de la laptop, y tecleé en youtube el
nombre de la canción, seleccionando el clip musical, donde están estos
dos cantantes,
y aunque la intención primera era sólo cerrar los ojos y seguir
continuando el viaje en mi interior, no pude evitar ver el video.
Al verlos cantar tan bonito, me estremecí
enormemente. Pensé "Que seres tan más bonitos, tan más bellos, que
canción tan más bella, que necesario es la música en nuestras vidas,
¿cómo es posible
que podamos vivir sin cantar? ¿Cómo es posible que se pueda vivir sin
consentir el corazón así? ¿Cómo es posible que existan géneros tan
grotescos como el death metal o música banda? ¿Cómo puede la gente de
aquí escuchar esa música basura que se escucha aquí?"
Pero no paraba de sonreír, me encontraba ya sensorialmente en una cama
hecha de abrazaderas de fragantes pétalos de rosas.
En el video borroso, se llenaba de colores
rosas y dorados que emergían de la piel morena de Lionel Ritchie y
Diana Ross. En ese momento sentí como si mi pecho tuviera ojos, y mi
corazón oídos
sólo para la canción.
Hubo sinergia. De los colores de sus voces
que salían de sus bocas, se expandían por todo el escenario el video.
Supe entonces que la gente inconscientemente absorbe la energía de la
música, pero
no la aprovecha para nada.
La canción terminó junto con la sinergia.
Los colores de estos seres terminó y en el silencio, vino un latido que
percibí en la periferia de mis ojos, eran los latidos de mi corazón que
iban al
ritmo de reggae. Tenía una carpeta con canciones de reggae, pero no la
única canción que me venía caprichosamente a la mente: "Sunshine Reggae" de Laid Back.
Tecleé en youtube y seleccioné la primera opción de la lista. Quería sólo asimilar, vivir el reggae, sentirlo, experimentarlo.
Volví a mi posición inicial, me resultaba
cómoda, pero quería más comodidad, relajarme bien. Me recosté sobre la
alfombra negra que en ese momento se veía como una combinación de azules
diamantinos,
desde azul marino, azul eléctrico y azul celeste con brillitos y
estrellitas amistosas, como diamantina. Las hebras por su parte parecían
moverse como algas amorosas, y al acostarme boca arriba, con mis manos
entrecruzadas sobre mi nuca, sentí como si me hundiera
en la alfombra, sin dejar de sonreír.
Las alguitas parecieron tener manitas, y
me mecían al ritmo de la canción. Y sentía como si todas las hebritas
fueran quienes cantaban en coro:
"Give me give me/ give me just a little smile/ That it´s all i ask of you"
Así lo hacía, les daba la mejor de mis
sonrisas, mientras comprendía y comprobaba la autenticidad del axioma
que dice "recibes lo que das", en éste caso le respondía con mi amor a
las hebritas
de la alfombra nebulosa.
Luego esa parte en que cantaban:
"Don´t Worry/don´t Hurry/take it easy"
Fue cuando me deje "querer" por esas
cientos de miles de fibritas sintientes. Me sentí como una gran estrella
siendo cargada por sus fans en un concierto.
Suspiraba. Respiraba lenta y
profundamente, pensando que así acentuaría los efectos. Vino la
asociación de sonidos de la canción. El bello y armónico sonido del
acordeón tomó protagonismo, dándome
fuertes imágenes de orillas del mar bajo la luz de la luna llena y el
reflejo de ésta entre millones de olas, palmeras y sombras de
personas-hebras que danzaban al ritmo de la pieza musical.
Era algo tan rico y sensual. Sentir mi
piel, sentir la piel de todos esos seres. Comprendí la necesidad de
agrupación de los seres, de la convivencia. De estar en contacto con sus
auras, sus energías,
sus vibras.
Fue precisamente cuando pensé en las vibras, que coincidió exactamente con las letras que decían "Vibes" en:
"Let the good vibes get a lot stronger / Sunshine, sunshine reggae"
Y la canción pareció durar unos 15 minutos, pese a que en realidad dura menos de un tercio de esto.
Ahí con los ojos cerrados, veía las estrellas, y todos alrededor vibrábamos al ritmo de reggae.
"Este ritmo es un bálsamo" pensé "el corazón reacciona, le da un respiro" "Procuraré conocer más del reggae".
El tiempo parecía titubear, recordé
entonces que la duración de un viaje con hongos oscilaba entre 5 y 6
horas y pensé, "wow, en verdad ¿podré soportar tanto bienestar? ¿Será
todo alegría o será
tortuoso? ¿Es posible soportar tanta felicidad? ¿Será poco tiempo o
mucho? Aaaah, no importa, disfrutemos, Vivamos. Sintamos"
Terminó la canción (seguía sonriendo) y Kine parecía no notar nada extraño, seguía absorta en sus comparativos de búsqueda.
Sentí algo de ansiedad, quería salir y
explorar el mundo bajo la influencia de los Magos y Maestros del bosque.
Volver al bosque. Aunque estaba también plenamente consciente de que
ese súbito
deseo era natural, debido a la ingesta y que probablemente sería una
"mala" idea dar un paseo por las calles de la ciudad. Mantuve el
control, aún contra las insistentes ganas que me parecieron casi
infantiles de salir. Como si de la insistencia de un niño
que quiere que lo lleven al parque de diversiones se tratase.
Decidí mejor ir a la cama y hacer un viaje
"introspectivo". "Tratemos de ir con nuestra mente" me dije a mi mismo
"vayamos al bosque" imaginémoslo.
Ahora, aguántate la risa, aunque todo
resulte tan gracioso, aunque ahora seas un Gran bufón cósmico.
Levántate, dile a esa chica que vas a descansar un poquito en la cama,
aunque con seguridad
te responda algo denigrante como "ay ay ay, mexican style, que sueeeeño,
que cansacio, mañana, mañana". Y sí, me levanté, apagando mi sonrisa,
simulando algo de cansancio, estirándome, exagerando.
Tras mis palabras, me dijo algo muy
parecido a lo que esperaba, pero agregando "sí, está bien, y ¿está bien
si yo estoy aquí por mientras"? "Sí, claro, tómate tu tiempo, sólo voy a
descansar unos
15 o 20 minutos, ahorita vuelvo, ¿ok?" Y asintió con una muy bella
sonrisa.
Me fui al dormitorio, cerré la puerta,
seleccioné la lista de reproducción de la carpeta intitulada "trip" que
había preparado para la ocasión y me tiré al pedazo de nube que era la
cama en ese
momento. Una algodonada nube en donde los Budas dormían.
La cama se sintió enorme, y en algún momento me sentí inmenso, como si en realidad yo fuera un hombre pequeñito que contemplaba la visión la enorme montaña de mi nariz. Vi mi cuerpo tendido, extendiéndose a través de kilómetros de montañas nubosas. Me recosté boca arriba, me cubrí con las sabanas, que en ese momento se encontraban llenas de estrellitas de cristales de nieve.
つづく
Continuará...
Continuará...
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