martes, 4 de febrero de 2014

La energía vital

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De Chi Kung: La gimnasia de la eterna juventud
(Guía fácil de Qi Gong. El arte de desarrollr nuestra energía vital)
De Yves Réquéna

La  medicina china dice que hay energías yin y yang en el organismo; yin tiene sus órganos alimentados por los meridianos, y yang sus vísceras alimentadas por los meridianos. A su vez, cada órgano tiene una manera de funcionar, de metabolizar, que es yin, y otra que es yang.

Pero, ¿cual es el origen de una y otra energía?

Se trata de un origen común, ya que proceden de una energía global denominada “energía vital”.

Comunican dicha energía el padre y la madre en el instante de la concepción. El embrión la desarrolla y el niño la aumenta hasta entrar en la adolescencia. Mas adelante decrece con la edad, con el desgaste del organismo. Cuando esta energía vital disminuye hay degeneración, arteriosclerosis y envejecimiento. La muerte natural no es otra cosa sino la desaparición de esa energía vital, la cual es, por tanto, energía de vida en el más literal de los sentidos.

De tal manera que por el mero hecho de vivir utilizamos y gastamos esa energía vital hasta la ultima partícula. Al mismo tiempo, sin embargo, y gracias a la alimentación y la respiración, reponemos por vía natural una parte de la energía vital que consumimos.

Dicho de manera simplificada, si hoy gasto diez unidades y fabrico nueve se habrá perdido una, y así iré perdiéndose una unidad de energía todos los días. Esto es el desgaste fisiológico normal.

Los chinos de la antigüedad tenían un perfecto conocimiento de la energía vital; los médicos taoístas revelaron cuanto sabemos de ella. La sabiduría de los conocimientos de la acupuntura y de la medicina china da respuesta a dos de las preguntas fundamentales que se deducen del problema de la vida y la muerte:
 

Primero: ¿Hay causas que motiven perdidas anómalas de la vitalidad? En caso afirmativo, ¿Se dispone de medios que permitan economizarla?
Segundo: ¿Existen medios reconstituyentes, es decir que sirvan para producir mas energía vital de la que reponemos habitualmente? ¿Es posible una superproducción armoniosa de la energía vital?

¿Como se pierde la energía vital?
La respuesta de la milenaria medicina china la conocen en occidente los acupuntores y las personas que se han familiarizado con dicha medicina. Pero es del dominio público, en cambio, y por herencia cultural, en todo el extremo oriente asiático: China, Japón, Vietnam, Corea, Tailandia, Camboya, etc., es decir, por más de la tercera parte de la población total del planeta.

Los factores que originan pérdidas anormales de la energía vital son:
 
- Una alimentación errónea, demasiado opulenta, o por el contrario tan insuficiente que determine estados carenciales y de desnutrición.
- Una alimentación deficiente en calidad vital.
- El agotamiento físico o intelectual.
- Las conmociones emocionales y psíquicas.
- Las enfermedades agudas.
- Las enfermedades crónicas.
- Los excesos sexuales.
- Las menstruaciones demasiado abundantes y frecuentes.
- Los embarazos y los partos demasiado numerosos y de rápida  sucesión.

De ahí se deducen los medios de que disponemos para economizar esa vitalidad. Se trata de actuar sobre todos aquellos factores cuyo control se halla en nuestras manos.


La alimentación
Los estados carenciales afligen a los desnutridos pero también a los mal alimentados, y allí es donde entramos nosotros con el alcohol, el tabaco, la sobrealimentación por mero exceso de calorías debido a las comidas demasiado abundantes, el azúcar refinado, las harinas blanqueadas y sus derivados, el arroz blanco, que son algunos ejemplos de «calorías vacías», con cuya expresión queremos decir vacías de nutrientes validos, vitaminas, oligoelementos y fibra. De ahí las dolencias propias de la civilización, el envejecimiento prematuro de las arterias, las afecciones cardiacas, la degeneración de los tejidos, los canceres. Nosotros los occidentales somos las primeras victimas de un despilfarro de energía vital por sobrealimentación y errores dietéticos, del « mal comer ».

El segundo aspecto de la alimentación que citábamos, es decir la carencia de calidad vital, designa todo cuanto comemos habitualmente transformado, refinado, en conserva, estabilizado, coloreado, edulcorado por la industria alimenticia, los productos no frescos, los encurtidos, los adobos, los congelados, los ultra congelados, los sistemas de cocción erróneos (olla de presión, horno de microondas), las carnes, que siempre quiere decir carnes de cadáver, obviamente son también deficientes en cuanto a la energía vital.

En este punto debo decir que nuestra forma occidental de crianza incorporo todas estas formas muy profundamente en nuestro intelecto y es sumamente difícil y sobre todo antieconómico (caro) encontrar los productos señalados como saludables. Además para llevar adelante un cambio en nuestra dieta este debería ser paulatino con un plan de transformación  muy lento para reeducar no solo a nuestro aparato digestivo sino a nuestra mente.

Otra cosa es el apoyo del entorno más cercano, amigos, familiares, esposa, hijos que deberían pensar solidariamente. Si cambiar todo un paradigma alimentario va a demandar discusiones intrafamiliares o explicaciones a la sociedad es mejor abstenerse  porque vamos a desperdiciar esfuerzo en sobrellevar  una conducta con el 90 % de la sociedad en contra. Los beneficios llegarán pero habrá que valorar el precio que uno esta dispuesto a pagar  socialmente.

Sin embargo cabe la posibilidad de aumentar considerablemente nuestra asimilación de dicha energía, y no hace falta que revolucionemos para ello nuestros hábitos dietéticos. Se trata solo de elegir los alimentos frescos siempre que sea posible, y mejor si lo hacemos en todas las comidas.  Las legumbres, las verduras y hortalizas frescas, consumidas en crudo o tras cocción apropiada, así como el disminuir o reemplazar las carnes, con la mayor frecuencia posible, por los cereales (arroz entero, mijo, maíz, cebada), o bien por el pescado y los mariscos.
El segundo aspecto de la alimentación que citábamos, es decir la carencia de calidad vital, designa todo cuanto comemos habitualmente transformado, refinado, en conserva, estabilizado, coloreado, edulcorado por la industria alimenticia, los productos no frescos, los encurtidos, los adobos, los congelados, los ultra congelados, los sistemas de cocción erróneos (olla de presión, horno de microondas), las carnes, que siempre quiere decir carnes de cadáver, obviamente son también deficientes en cuanto a la energía vital.

En este punto debo decir que nuestra forma occidental de crianza incorporo todas estas formas muy profundamente en nuestro intelecto y es sumamente difícil y sobre todo antieconómico (caro) encontrar los productos señalados como saludables. Además para llevar adelante un cambio en nuestra dieta este debería ser paulatino con un plan de transformación  muy lento para reeducar no solo a nuestro aparato digestivo sino a nuestra mente.

Otra cosa es el apoyo del entorno más cercano, amigos, familiares, esposa, hijos que deberían pensar solidariamente. Si cambiar todo un paradigma alimentario va a demandar discusiones intrafamiliares o explicaciones a la sociedad es mejor abstenerse  porque vamos a desperdiciar esfuerzo en sobrellevar  una conducta con el 90 % de la sociedad en contra. Los beneficios llegarán pero habrá que valorar el precio que uno esta dispuesto a pagar  socialmente.

Sin embargo cabe la posibilidad de aumentar considerablemente nuestra asimilación de dicha energía, y no hace falta que revolucionemos para ello nuestros hábitos dietéticos. Se trata solo de elegir los alimentos frescos siempre que sea posible, y mejor si lo hacemos en todas las comidas.  Las legumbres, las verduras y hortalizas frescas, consumidas en crudo o tras cocción apropiada, así como el disminuir o reemplazar las carnes, con la mayor frecuencia posible, por los cereales (arroz entero, mijo, maíz, cebada), o bien por el pescado y los mariscos.

¿Cual será el papel de Chi Kung en este aspecto?
Por cuanto regula todas las funciones incluidas, las de asimilación y circulación de la energía, el Chi Kung puede reforzar de manera espontanea la absorción y la producción de la energía vital.

Es preciso recordar que esa energía vital no tiene relación directa, sino solamente unas influencias indirectas sobre las proteínas, los glúcidos, los lípidos, las vitaminas, etc., se  trata de una energía específica invisible para la ciencia.

La práctica de Chi Kung puede compararse también con la apertura de unos «poros internos» por donde asimilar la energía vital y sutil de los alimentos.

 
El agotamiento

Si abusamos de nuestro cuerpo mas allá de sus posibilidades caeremos en un estado de agotamiento, circunstancia que amenaza tanto a un atleta de alta competición como a un albañil, un ama de casa o un estibador de los muelles. Es indudable y se haya demostrado estadísticamente que el agotamiento físico reiterado durante varios años acorta la vida.

Muchas personas llegan al final de la jornada en tal estado de fatiga que ya no pueden hacer otra cosa sino cenar y acostarse para intentar rehacerse un poco; en vano se les exigiría un esfuerzo físico o intelectual suplementario. La alternancia de tres turnos de ocho horas o el trabajo nocturno continuado presentan inconvenientes similares.

Otro factor de agotamiento es la vida en el medio urbano contaminado (contaminación atmosférica, contaminación acústica, etc.).

A todas estas personas, y también a los deportistas de alta competición, si consiguieran dedicar media hora al día para dedicarla a la práctica del Chi Kung, les bastarían algunas semanas para hacer desaparecer esos efectos acumulativos del estrés físico, del agotamiento o de la contaminación.


El estrés emocional y psíquico
El agotamiento intelectual acarrea consecuencias parecidas: los estudios intensos o del que prepara un examen, o sea el trabajo intelectual intenso pero no creativo. Este tipo de estrés lo clasificaremos como estrés psíquico, junto al estrés físico, que causa la agitación  debida a un exceso de actividades durante la jornada. Nuestros contemporáneos viven a un ritmo cada vez mas alocado, agobiados por agendas cada vez mas sobrecargadas, incapaces de decirse a si mismos que vale mas dejar las cosas para mañana, en vez de trajinar hasta medianoche o la madrugada.

También agotan la energía vital las conmociones violentas, como el pánico que queda después de un accidente o de una agresión, o la perdida de un ser querido, o una ruptura sentimental fuertemente sentida.

Los desencuentros, los conflictos personales vividos íntimamente, el malestar con la jerarquía laboral, el entorno conflictivo, todo eso va desgastando también la energía vital.


¿Puede ser de alguna utilidad el Chi Kung en estas condiciones?
Indudablemente no va a resolver nuestros problemas externos, pero precisamente porque potencia la energía vital y armoniza el yin y el yang, así como la circulación de dicha energía por la apertura de los meridianos, el Chi Kung mejora nuestra capacidad individual de resistencia, tanto física como psíquica.

Pero aun es más notable su acción sobre nuestra manera de vivir las emociones. Quien practica el Chi Kung es menos victima de su emotividad; ve las cosas como si las contemplara en un teatro, como si el mismo fuese uno de los actores en el escenario. Se establece un sano distanciamiento entre uno mismo y sus emociones, y esa separación nos permite considerarlas con sentido del humor. Estamos relajados y eso relativiza los problemas; el efecto de Chi Kung equivale al de unas buenas vacaciones.

Teniendo en cuenta esta descripción podemos afirmar sin exagerar lo mas mínimo que practicando el Chi Kung uno acaba por tomarse toda la vida como si estuviese en vacaciones permanentes, y bastante pronto por cierto, como por arte de magia.

Un maestro de Chi Kung halló esta expresión mas tajante para describir la que debería ser nuestra relación con las emociones: «ser vulnerable a las emociones es sufrir una insuficiencia energética permanente.»

Las enfermedades agudas y crónicas

Lo que llamamos convalecencia no es otra cosa sino el periodo que sucede a una enfermedad aguda o crónica, durante la cual nuestro cuerpo recupera la vitalidad mermada en el curso de la afección. Cuanto más ha consumido nuestra vitalidad la dolencia (o un accidente), más intensamente sentiremos dentro de nosotros la fatiga, que puede llegar hasta la extenuación.

Esa fatiga, o podríamos decir cualquier estado de fatiga, traduce una perdida de vitalidad, bien sea de origen psíquico, que es lo que les ocurre a los depresivos en quienes el conflicto emocional agota la energía vital, o bien de origen físico, como el caso de quienes han sufrido una enfermedad aguda.

Es incluso mas grave el supuesto de la enfermedad crónica, porque mientras dura la enfermedad el organismo lucha y se agota en el afán por vencerla y regenerarse. En ocasiones se suscita un momento crucial, en el que se decide quien de los dos, el mal o nuestra vitalidad, es el mas fuerte. Y cuando el organismo se queda sin fuerzas para luchar contra la enfermedad, como suele decirse, cabe temer lo peor. El que se rehace después de una enfermedad aguda importante o grave, no deja de acusar las secuelas. Algunos recuperan en apariencia toda su vitalidad, pero la enfermedad queda como impresa en la memoria orgánica, a manera de impronta permanente. Esta se interpreta como un bloqueo, un impedimento que no consiente la libre elaboración ni la plena circulación de la energía vital.

En ciertos casos las consecuencias son todavía más desfavorables. Cuantas personas, después de un accidente, o de una enfermedad aguda declaran que no han vuelto a ser las mismas de antes, o que se sienten mermadas en una parte más o menos importante de su vitalidad.

Chi Kung puede intervenir en estas eventualidades para reconstituir la vitalidad después de una afección, o incluso mientras el sujeto esta todavía luchando contra ella. Tan cierto es esto, que contemplamos a veces curaciones prodigiosas, como explicaremos mas adelante.


Los excesos sexuales, las menstruaciones, los embarazos 
Desde hace miles de años, los taoístas chinos elaboraron ejercicios de reeducación genital y técnicas sexuales con el propósito de economizar esa energía.

La energía vital, por su propia naturaleza y para buena parte de su definici6n, no es otra cosa sino la energía sexual misma.

En el hombre dicha energía sexual se gasta o consume como consecuencia de la eyaculación.

En la mujer, el gasto de la energía vital se efectúa principalmente por la perdida de sangre y su regeneración, derivadas del ciclo menstrual, y asimismo por la expulsión de la placenta durante el parto.

En esto el taoísmo se divide en dos escuelas. Unos recomiendan espaciar la frecuencia de las relaciones y no sobrecargar la imaginación con fantasías artificiales que, como en el caso de los drogadependientes, reclaman cada vez mas de lo mismo, cabria decir que esta doctrina se asemeja mas al mensaje de Cristo y a las enseñanzas de la tradición judeocristiana. En la otra escuela taoísta se aconseja practicar el acto sexual con la mayor frecuencia posible, sobre todo si las condiciones del encuentro son favorables y armoniosas, pero reteniendo el orgasmo y muy principalmente la eyaculación masculina. Según nuestra opinión, esto solo es practicable, en realidad, cuando los dos componentes de la pareja participan de la misma búsqueda y cuentan con una práctica espiritual suficiente. Esta no depende solo de los ejercicios de Chi Kung; hay que practicar además ciertas técnicas orientales de meditación.

Volviendo al tema del gasto energético, los textos chinos de medicina recomiendan abstenerse de hacer el amor durante los estados de embriaguez, ya que entonces no controlamos la energía y la perdida de esta puede ser masiva.

Los embarazos demasiado asiduos y los partos con hemorragias importantes también debilitan la energía vital.

¿Como restaurar la energía vital?
Según la medicina china, esa energía vital se halla localizada, acumulada, almacenada en los riñones, en el espacio llamado ming men, el cual es además un punto de acupuntura. En mi opinión se trata de un centro energético que, en parte, guarda correspondencia con las glándulas suprarrenales.

 El bajo vientre constituye un receptáculo, un cáliz, un caldero, una marmita, teniendo en cuenta el volumen y dimensiones de esa región, exactamente la que ocupa en la mujer el feto hasta el cuarto mes sin apenas desplazar ninguno de los órganos internos.

En la antigüedad esto se explicaba recurriendo a la metáfora del caldero en donde se cuecen los alimentos que sirven para nutrirnos, y también la del trípode en donde se preparaba la poción alquímica para obtener la píldora de oro de la longevidad o de la eternidad. En efecto la vitalidad no se conserva solo haciendo economías, sino que también conviene fabricarla, regenerarla.

Hoy podríamos decir que esa zona es el súper generador de energía vital, comparándolo con el corazón de las centrales nucleares.

A esta zona los japoneses le llaman “hara”, y desempeña un papel importante en las artes marciales para desarrollar el ki, que es lo mismo que chi, la energía, el poder de la perfección en el combate cuerpo a cuerpo o con el sable, el bastón, etc., para el japonés toda la vitalidad se concentra allí. De ahí que “hara kiri” sea el sacrificio de la vitalidad entera en aras del honor.

Ahora que sabemos donde se desarrolla, al alcance de todos, la reconstrucción, la regeneración del capital de energía vital, veamos como se consigue.


La energía vital es la base, el origen del yin y el yang del cuerpo, o dicho de otro modo, la suma de la energía del organismo. La energía vital por su naturaleza no es, pues, ni yin ni yang, sino ambas cosas a la vez y reunidas, es decir yin mas yang.

En el exterior los cielos son yang y la tierra es yin. Pues bien, el hombre se nutre sin cesar de la energía de los cielos y de la tierra; las capta y las absorbe de manera inconsciente. Pero Chi Kung utiliza de manera deliberada, consciente, esas energías puras de la tierra y de los cielos, para absorberlas y concentrarlas en el “tan tien”, acrecentándolas y transformándolas en energía vital.

También la respiración desempaña un papel importante. La respiración actúa como el fuelle que aviva la llama del hogar, el núcleo de la central donde se opera la fusión nuclear.

Es preciso que se abra la puerta, de ahí que los ejercicios deban practicarse suprimiendo la curvatura renal, en postura tal que las vertebras lumbares queden alineadas verticalmente, como una pared.

En estas condiciones la postura física de puerta abierta mas eficaz, es la de abrazar el árbol, ya que amplifica los efectos de la respiración y también los de la concentraci6n, no menos importantes, y libera la capacidad de captar mas intensamente las energías de los cielos y de la tierra para transformarlas en energía vital.

Si se consigue aumentar la energía vital, aumenta correlativamente la longevidad, porque activamos la regeneración de las células y, por lo mismo, retrasamos el desgaste. Con la energía vital aumentada mejora la lucha contra la enfermedad y se multiplican las defensas del organismo.

Recapitulando, el Chi Kung potencia la energía vital. Al regenerar la energía vital, representa un medio extraordinariamente potente para retrasar el desgaste que provocan en el organismo la alimentación deficiente, la contaminación ambiental, la fatiga psíquica e intelectual, el estrés emocional y psíquico, las enfermedades agudas y crónicas, las secuelas de los partos. Contrarresta así el envejecimiento del organismo y hace posible una vejez en posesión de capacidades y recursos físicos e intelectuales, o su recuperación.
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