sábado, 8 de junio de 2013

Así es como son las cosas

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 De La Sabiduría de Chuang Tse: Textos fundamentales del taoísmo
de Sam Hamill y J.P. Seaton
(Capítulo 8:  La dicha perfecta)


La esposa de Chuang Tse murió, y cuando Hui Tzu llegó para ofrecerle sus condolencias encontró a Chuang Tse agachado, golpeando una olla como si fuera un tambor y cantando.

Hui Tzu dijo:

- Has vivido con esta mujer, habeís criado a vuestros hijos y envejecidos juntos. ¡No llorar su muerte ya me parece mal! Pero ¿tocar el tambor y cantar no lo encuentras excesivo?

- No - contestó Chuang Tse -. Así es como son las cosas. Al morir ella, ¿cómo podría yo no haber sentido pesar? Pero he pensado en ello con mayor detenimiento y he comprendido que  antes de que ella naciera, no tenía vida. No sólo no la tenía, sino que carecía de forma. No sólo carecía de forma, sino que ni tan sólo tenía chi. Pero en alguna parte del vasto e imperceptible mundo hubo un cambio y ella adquirió el chi; después éste cambió y ella adquirió una forma; después ésta cambió y ella obtuvo la vida. Ahora ha habido otro cambio y ella está muerta. Es como el mutuo ciclo de las Cuatro Estaciones. Ahora mi esposa descansa silenciosamente en la Gran Cámara. Si tuviera que correr tras ella llorando sería sin duda demostrar que no comprendo lo que está predestinado. Así que he dejado de hacerlo.
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