martes, 15 de mayo de 2012

Los poetas contemporáneos...

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Creen que existen 
porque escriben 
creen que saben 
porque hacen 
del lenguaje 
garabatos 

Componen y declaman 
siempre del silencio 
pero nunca se callan 
siempre de la muerte 
pero nunca se matan 

Se conforman con saber
un sólo idioma, o dos
o tres, o diez
o veinticuatro

Memorizan y emplean
las huecas palabras
de los diccionarios

Desdeñan la sabidría infantil
y la potencialidad sonora
de una chilleta,
un ercuto
un flato

Juegan a la solemnidad
cuando sus voces
modulan y engrosan
al recitar sus estrofas
¡Uy!¡Ay!¡Que miedo!
¡Que impacto!

Sienten sus versos inspirados
como los de libros luminosos
Místicos metafísicos profetas
de la palabra, de la lengua

Piensan en viajar
En el peregrinaje
Pero al contemplar
las posibilidades
de sed y hambre
retornan igual
que becerritos
a la sombra 
de sus madres

Huyen del amor
como si de tarántulas
de mil mandíbulas
y mil patas se tratara

Dicen disfrutar sus soledades
Pero no han oído las cantares
del clarín y del canario
que envejecen enjaulados

(Morirían de estremecimiento
si entendieran las lenguas
y dialectos de los pájaros)

Pudiendo alcanzar la eternidad
se entregan a la placidez
de vaciar sus vacíos
y llenarse de vicios
que los tornan estropajos

Pudiendo probar las mieles
de la vida, del ser, de ser
optan por acostumbrarse
a los sabores amargos
Del café, de la vejez
del humo de cigarros

Pero lo que más añoran 
como todos 
es dormir amamantados 
mientras reciben 
caricias salivadas 
en el sacro centro 
del regazo 

...

No se crean
Todo lo que escriben es poesía
Poesía bella y eterna
que ni siquiera El Eterno
podría borrar
por más que lo quisiera
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