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De Islam, espíritu y forma de Osman Nuri Topbaş
Capítulo 5: La Peregrinación a la Meca
Capítulo 5: La Peregrinación a la Meca
En aquella época Aziz Mahmud Hudai era juez en Bursa, una ciudad Otomana importante. Un día tuvo que confrontarse con un interesante caso. Le vino una mujer y se quejó: “¡Oh juez honorable! Mi marido intenta ir al hayy cada año pero debido a nuestra pobreza nunca ha podido hacerlo. Este año lo intentó también pero no pudo. Sin embargo, unos días antes de la peregrinación desapareció y volvió cinco o seis días más tarde, diciendo que ha hecho la peregrinación. ¿Cómo puede ser posible en un tiempo tan corto? Quiero divorciarme de este mentiroso tan grande.”
El juez se sorprendió y preguntó al marido: “¿Cómo has ido y vuelto en menos de una semana?” En aquella época este viaje duraba, incluso utilizando los medios de transporte más rápidos, muchos meses. El hombre contestó:
- ¡Señor juez! Estaba muy afligido por no poder hacer la peregrinación. Fui a ver a uno de los amigos de Allah, Mehmed Efendi, y le hable de mi problema. Me dijo que cerrara los ojos y cuando volví a abrirlos estaba delante de la Ka’abah.
El juez, quien nunca antes había tenido un caso tan extraño, se negó a creer en sus palabras y no aceptó el testimonio del hombre. Sin embargo, el hombre, todavía bajo el efecto del viaje a estos lugares extraordinarios le hizo al juez la siguiente pregunta:
- ¡Oh juez honorable! Satanás, el enemigo de Allah, puede dar la vuelta al mundo en un segundo. ¿Por qué entonces no puede un amigo de Allah viajar a la Ka’abah en el mismo tiempo?
El juez, Mahmud Hudayi, aceptó como razonable esta respuesta y aplazó su sentencia hasta que los peregrinos volviesen de las tierras santas para comprobar si el hombre había o no estado allí. Muchas semanas después los peregrinos volvieron y Hudayi les preguntó si vieron al hombre ante la Ka’abah realizando los ritos de la peregrinación. Para su gran sorpresa confirmaron que le habían visto. El juez se vio obligado a rechazar la acusación contra él ya que obviamente no era un embustero.
Después de este interesante incidente Hudayi encontró a Mehmet Efendi, un sufi muy conocido en aquella época y a través de él llegó al gran maestro sufi Uftada. Se convirtió en su seguidor y discípulo espiritual. Bajo la guía de Uftada, Hudayi alcanzó un estado muy alto en el camino sufi y él mismo llegó a ser un gran maestro sufi. Su tumba, en el barrio de Uskudar de Istanbul, esta llena de gente que la visita durante todo el día.
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