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Fábula de Esopo
Presa de un improviso en artero lazo, solo pudo escaparse una zorra dejándose entre las mallas de la red su mejor adorno. - "Yo sin cola (decia la cuitada) ¡¿cómo me presento a las compañeras para que no se burlen de mí?!"
En tal desdicha, imaginó una traza para salvarse; y fue a citar a congreso a todas las zorras del país, para exhortarlas a que siguieran su ejemplo cortándose la cola; que, tras de ser poco decente, la consideraba punto menos que inútil.
Una de las zorronas más ladinas de la ciudad tomó la palabra y dijo:
- Tienes razón en cuanto dices, pero, ¿por qué no nos dabas ese mismo consejo cuando tenías cola?.
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