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Traducción del Artículo original
"Why it's Crucial for Women to Heal the Mother Wound"
(¿Por qué es crucial para la mujer sanar las heridas maternas?)
de Bethany Webster
"Why it's Crucial for Women to Heal the Mother Wound"
(¿Por qué es crucial para la mujer sanar las heridas maternas?)
de Bethany Webster
De lo que mucha gente no cae en cuenta es que el centro de la problemática del empoderamiento de la mujer son las heridas maternas.
Dificultades y desafíos entre madres e hijas son descontrolados y generalizados pero no son comentados abiertamente. El tabú de hablar sobre el dolor que las madres infligen es algo que se mantiene oculto, en las sombras, purulando fuera de la vista de los demás.
¿Qué es exactamente una herida materna?
Una herida materna es el dolor una mujer legado por generaciones de mujeres en culturas patriarcales. E incluye mecanismos de copia disfuncionales que son usados para procesar ese dolor.
Las heridas maternales incluyen los dolores de:
- La comparasión: el no sentirse suficientemente buena
- Verguenza: sensación constante de que hay algo malo contigo
- Disminución: El sentir que debes de permanecer haciendote menos para ser amada
- Sentimiento de culpabilidad persistente por querer más de lo que actualmente tienes
La herida materna puede manifestarse de las siguientes maneras:
- No siendo completamente tú misma porque no quieres sentirte una amenaza para los demás
- Manteniendo una alta tolerancia a una comportamiento mediocre de los demás hacia ti
- Preocupación por las emociones
- Sentirte competitiva con otras mujeres
- Auto-sabotaje
- Siendo excesivamente rígida y dominante
- Condiciones como desórdenes de alimentación, depresión y adicciones
En nuestra cultura patriarcal, dominada por hombres, las mujeres están condicionadas a pensar en elloas mismas como "menos que" y no merecedoras o valiosas. Este sentimiento de ser "menos que" se ha ido interiorizando y pasando a través de incontables generaciones de mujeres.
La atomósfera cultural de opresión de mujeres situa a las hijas en un "doble ciego".
Simplemente, pongamos que, si una hija interioriza las creencias inconscientes de su madre (que es una forma sutil de "No soy lo suficientemente buena") entonces gana la aprovación de su madre, pero de cierta manera, se traiciona a si misma y su potencial.
Como sea, si no interioriza las creencias inconscientes de su madre en sus propias limitaciones pero en cambio afirma su propio poder y potencial, adquiere consciencia de que su madre pudiera inconscientemente interpretar esto como un rechazo personal. La hija entonces no quiere correr el riesgo de perder el amor y la aprovación de su madre, así que interiorizando estas limitaciones, creencias inconscientes, es una forma de lealtad y supervivencia emocional para la hija.
Puede percibirse como peligroso para una mujer el materializar todo su potencial debido a que puede significar alguna forma de rechazo de su madre.
Esto es debido a que la hija puede inconscientemente sentir que su empoderamiento completo puede detonar la tristeza o el coraje maternos de tener que renunciar partes de si mmisma en su propia vida. Su compasión por su madre, su deseo de complacerla, y el miedo al conflicto pueden provocarle que e convenza a si misma de que es más seguro disminuirse y permanecer disminuida.
Una objeción común del confrontar las heridas maternas es el "dejar el pasado en el pasado". Como sea, nunca "escapamos" realmente del pasado o lo enterramos. Vive en el presente en forma de obstáculos y desafíos que enfrentamos a diario. Si evadimos el tener que tratar con el dolor asociado con una de las MÁS primordiales y fundamentales en nuestras vidas, nos perdemos de una oportunidad esencial de descubrir la verdad acerca de quienes somos y de vivir de manera auténtica y con gozo esa verdad.
Esterotipos que perpetuan la herida materna:
- "¡Mira todo lo que tu madre ha hecho por ti!" (de otras personas)
- "Mi madre sacrificó mucho por mí. Sería muy egoísta hacer lo que ella no haría. No quiero hacerla sentir mal."
- "le debo lealtad a mi madre, sea como sea. Si se disgusta, va a pensar que no la valoro"
La hija puede experimentar temores sobre explotar su potencial debido al temor de tener que abandonar a su madre. Puede temer el que su madre se sienta amenazada por sus sueños o ambiciones. Puede llegar a temer sentimientos incómodos de su progenitora, tales como envidia o enojo. Todo esto es generalmente a nivel inconsciente y no es reconocido abiertamente o se habla sobre ello.
Todas hemos sentido el dolor que nuestras madres cargan consigo. Y todas nosotras sospechamos de que en cierto grado somos parcialmente culpables de su dolor. En eso recae el remodimiento. Esto tiene sentido cuando consideramos el desarrollo cognitivo limitado de una niña, que se ve a si misma como la causa de todas las cosas. Si no direccionamos esta creencia inconsciente siendo adultos, podemos seguir yendo por ahí con ello y limitandonos de sobremanera como resultado.
La verdad es que ningún niño puede salvar a su madre
Ningún sacrificio de hija será jamás suficiente para compensar por el alto precio que su madre haya tenido que pagar por las pérdidas que haya acumulado a través de los años, simplemente por ser mujer y madre en ésta cultura. Y aún así, esto es lo que muchas mujeres hacen por sus madres desde muy temprano en la infancia. Subconcientemente toman la desición de no abandonar o traicionar a sus madres volviéndose "demasiado exitosa", "demasiado lista" o "muy atrevida". Ésta desición es por amor, lealtad y verdadera necesidad de aprovación y apoyo emocional para con la madre.
Muchas de nosotras confundimos el ser leales con nuestras madres con ser leales con sus heridas, somos cómplices de nuestra propia opresión.
Estas dinámicas son muy inconscientes y operan contínuamente. Aún la más saludable, servicial relación de madre-hija puede presentar estas dinámicas en algún grado en por el simple hecho de ser mujer en ésta sociedad. Y para las hijas que tienen madres con conflictos serios (adicciones, trastornos mentales, etcétera) el impacto puede ser realmente dañino e incidioso.
Las madres deben de aceptar su responsabilidad y lamentar sus pérdidas
Ser madre en nuestra sociedad es inexpresablemente difícil. He escuchado a muchas mujeres decir "Nadie jamás te dice lo duro que es" y "nada te prepara para cuando vuelves a casa con el bebé y te das cuenta de todo lo que te es exigido" Nuestra cultura, especialmente en los Estados Unidos, es muy difícil para las madres, el recibir muy poca ayuda y muchas están criando niños ellas solas.
Mensajes no-hablados de nuestra sociedad a las madres:
- Si la maternidad es difícil entonces es tu culpa
La hija puede experimentar temores sobre explotar su potencial debido al temor de tener que abandonar a su madre. Puede temer el que su madre se sienta amenazada por sus sueños o ambiciones. Puede llegar a temer sentimientos incómodos de su progenitora, tales como envidia o enojo. Todo esto es generalmente a nivel inconsciente y no es reconocido abiertamente o se habla sobre ello.
Todas hemos sentido el dolor que nuestras madres cargan consigo. Y todas nosotras sospechamos de que en cierto grado somos parcialmente culpables de su dolor. En eso recae el remodimiento. Esto tiene sentido cuando consideramos el desarrollo cognitivo limitado de una niña, que se ve a si misma como la causa de todas las cosas. Si no direccionamos esta creencia inconsciente siendo adultos, podemos seguir yendo por ahí con ello y limitandonos de sobremanera como resultado.
La verdad es que ningún niño puede salvar a su madre
Ningún sacrificio de hija será jamás suficiente para compensar por el alto precio que su madre haya tenido que pagar por las pérdidas que haya acumulado a través de los años, simplemente por ser mujer y madre en ésta cultura. Y aún así, esto es lo que muchas mujeres hacen por sus madres desde muy temprano en la infancia. Subconcientemente toman la desición de no abandonar o traicionar a sus madres volviéndose "demasiado exitosa", "demasiado lista" o "muy atrevida". Ésta desición es por amor, lealtad y verdadera necesidad de aprovación y apoyo emocional para con la madre.
Muchas de nosotras confundimos el ser leales con nuestras madres con ser leales con sus heridas, somos cómplices de nuestra propia opresión.
Estas dinámicas son muy inconscientes y operan contínuamente. Aún la más saludable, servicial relación de madre-hija puede presentar estas dinámicas en algún grado en por el simple hecho de ser mujer en ésta sociedad. Y para las hijas que tienen madres con conflictos serios (adicciones, trastornos mentales, etcétera) el impacto puede ser realmente dañino e incidioso.
Las madres deben de aceptar su responsabilidad y lamentar sus pérdidas
Ser madre en nuestra sociedad es inexpresablemente difícil. He escuchado a muchas mujeres decir "Nadie jamás te dice lo duro que es" y "nada te prepara para cuando vuelves a casa con el bebé y te das cuenta de todo lo que te es exigido" Nuestra cultura, especialmente en los Estados Unidos, es muy difícil para las madres, el recibir muy poca ayuda y muchas están criando niños ellas solas.
Mensajes no-hablados de nuestra sociedad a las madres:
- Si la maternidad es difícil entonces es tu culpa
- Que verguenza si no eres super-humana
- Hay Wmadres naturales" para quienes la maternidad es fácil. Si no eres
una de ellas, entonces hay algo profundamente malo contigo
- Se supone que debes de ser capaz de manejar todo tranquilamente: tener
niños bien educados, ser sexualmente atractiva, tener una carrera
exitosa y un matrimonio sólido
Para las madres que en verdad se han sacrificado al tener niños en nuestra cultura, verdaderamente puede sentirse como un rechazo cuando los hijos sobrepasan o exceden los sueños que creíste que eran posibles para ti misma. Puede llegar a haber una sensación de sentir la deuda, con derecho a reclamar o con necesidad de ser validados por tu propio hijo, lo cual puede ser una forma muy sutil de poderosa manipulación. Ésta dinámica puede causar que la próxima generación de hijas se mantenga menguada para que sus madres puedan continuar sintiendose validadas y afirmadas en sus identidades como madres, una identidad que muchas han sacrificado por tal motivo, pero que recibieron muy poco apoyo y reconocimiento a cambio.
Las madres pueden inconscientemente proyectar una furia profunda contra sus hijas de maneras sutiles. La furia es hacia la sociedad patriarcal que requiere que la mujer se sacrifique y se agote por completo para volverse madre de una niña. Y para un niña que necesita a su madre, sacrificarse en un esfuerzo para - de alguna manera - facilitar el dolor de ser madre, es comúnmente una desición subconsciente tomada muy temprano en la vida y no descubierta como la causa de conflictos subyacentes mucho después, cuando ya es adulta.
La herida materna existe porque no hay un lugar seguro para que las madres procesen u coraje debido aal sacrificio que la sociedad les ha exigido. Y porque las hijas siguen inconscientemente temiendo el rechazo por elegir no hacer esos mismos sacrificios que las generaciones anteriores.
En nuestra sociedad, no hay un lugar seguro para que una madre descargue su furia.
Y entonces,a menudo, se proyecta sobre la hija. Una hija es un objetivo muy potente para la ira de la madre porque la hija aún no ha renunciado a su personalidad por su maternidad. Una hija joven puede recordarle a la madre su potencial desvivido. Y si la hija se siente lo suficientemente valiosa para rechazar algo de de los mandatos patriarcales que la madre tiene que tragarse, puede entonces ella disparar esa ira oculta de la madre.
Por supuesto, la mayoría de las madres quiere lo mejor para sus hijas. Como sea, si una madre aún no ha lidiado con su propio dolor o llegado a términos con los sacrificios que había tenido que hacer, entonces su apoyo para la hija puede ser enlazado con vestigios de mensajes que sutilmente infunden verguenza, culpa u obligación. Pueden filtrarse en la situaciones más venévolas, usualmente en forma de crítica o alguna forma de recibimiento de elogio en retorno hacia la madre. No es usualmente el contenido del alegato, sino la energía con la que es expresado lo que puede acarrear resentimientos ocultos.
La manera en que una madre previene dirigir su furia hacia su hija y transmitirle la herida materna, es lamentar totalmente y llorar sus propias pérdidas. Y asegurarse de que no está dependiendo de su hija como su principal fuente de apoyo emocional.
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Para las madres que en verdad se han sacrificado al tener niños en nuestra cultura, verdaderamente puede sentirse como un rechazo cuando los hijos sobrepasan o exceden los sueños que creíste que eran posibles para ti misma. Puede llegar a haber una sensación de sentir la deuda, con derecho a reclamar o con necesidad de ser validados por tu propio hijo, lo cual puede ser una forma muy sutil de poderosa manipulación. Ésta dinámica puede causar que la próxima generación de hijas se mantenga menguada para que sus madres puedan continuar sintiendose validadas y afirmadas en sus identidades como madres, una identidad que muchas han sacrificado por tal motivo, pero que recibieron muy poco apoyo y reconocimiento a cambio.
Las madres pueden inconscientemente proyectar una furia profunda contra sus hijas de maneras sutiles. La furia es hacia la sociedad patriarcal que requiere que la mujer se sacrifique y se agote por completo para volverse madre de una niña. Y para un niña que necesita a su madre, sacrificarse en un esfuerzo para - de alguna manera - facilitar el dolor de ser madre, es comúnmente una desición subconsciente tomada muy temprano en la vida y no descubierta como la causa de conflictos subyacentes mucho después, cuando ya es adulta.
La herida materna existe porque no hay un lugar seguro para que las madres procesen u coraje debido aal sacrificio que la sociedad les ha exigido. Y porque las hijas siguen inconscientemente temiendo el rechazo por elegir no hacer esos mismos sacrificios que las generaciones anteriores.
En nuestra sociedad, no hay un lugar seguro para que una madre descargue su furia.
Y entonces,a menudo, se proyecta sobre la hija. Una hija es un objetivo muy potente para la ira de la madre porque la hija aún no ha renunciado a su personalidad por su maternidad. Una hija joven puede recordarle a la madre su potencial desvivido. Y si la hija se siente lo suficientemente valiosa para rechazar algo de de los mandatos patriarcales que la madre tiene que tragarse, puede entonces ella disparar esa ira oculta de la madre.
Por supuesto, la mayoría de las madres quiere lo mejor para sus hijas. Como sea, si una madre aún no ha lidiado con su propio dolor o llegado a términos con los sacrificios que había tenido que hacer, entonces su apoyo para la hija puede ser enlazado con vestigios de mensajes que sutilmente infunden verguenza, culpa u obligación. Pueden filtrarse en la situaciones más venévolas, usualmente en forma de crítica o alguna forma de recibimiento de elogio en retorno hacia la madre. No es usualmente el contenido del alegato, sino la energía con la que es expresado lo que puede acarrear resentimientos ocultos.
La manera en que una madre previene dirigir su furia hacia su hija y transmitirle la herida materna, es lamentar totalmente y llorar sus propias pérdidas. Y asegurarse de que no está dependiendo de su hija como su principal fuente de apoyo emocional.
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