sábado, 18 de junio de 2016

בראשית

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Del primer tomo del Sefer-Ha Zohar

Está escrito "En el principio Rab Hammenunna el viejo, dice: al comienzo del Génesis hallamos una inversión de las letras iniciales.

Así las dos primeras palabras del Génesis tienen como iniciales la letra beth: bereschit (= en el principio), bara (= creó), y las dos palabras siguientes tiene como inicial la letra aleph: Elohim (= Dios), Eth (= Él). He aquí la razón de ésta inversión. Ya dos mil años antes de la Creación del mundo, las letras estaban ocultas y el Santo, bendito sea él, las contemplaba delectándose con ellas. Pero cuando  quiso crear el mundo, todas las letras, pero en orden invertido, acudieron ante él. La primera fue la letra thav.

- Señor de los Mundos - dijo -complácete en servirte de mí para realizar la creación del mundo, puesto que soy la letra final de la palabra Emeth (= Verdad), grabada en tu sello; y puesto que tú mismo eres llamado Emeth, conviene que el Rey comience por la letra final de la palabra Emeth y se sirva de ella para crear el mundo.

El Santo, bendito sea, respondió:

- Tú eres, en verdad digna; pero no es conveniente que yo me sirva de ti para realizar la creación del mundo, porque tú estás destinada a ser grabada en la frente de los hombres fieles que han observado la ley desde el aleph hasta el thav, y también a estar ligada a la muerte, puesto que tú formas la letra final de la palabra maveth (= muerte). Por estas razones no me interesa servirme de ti para realizar la creación del mundo.

La letra thav se alejó inmediatamente. Y entró entonces la letra schin, y tras formular la misma solicitud la apoyó con el hecho de ser la inicial del nombre del divino Schadai:

- Conviene que te sirvas de la inicial del nombre divino Schadai para realizar la creación del mundo.

Dios le respondió:

- En efecto, tú eres digna, eres buena y verdadera. Pero los falsarios se servirán de ti para afirmar sus mentiras, asociándote a las dos letras qoph y resch para formar así la  palabra scheqer (= mentira). De estas palabras se sigue que los mentirosos, para hacer aceptar sus mentiras, se ven obligados a mezclar también un principio de verdad. Por eso la palabra scheqer (= mentira) es el anagrama de la palabra qescher (= nudo, haz), porque para aceptar las mentiras del mentiroso está obligado a empezar diciendo una verdad (sch), a la que enseguida añade la mentira (q y r), de manera que vayan juntas. Así, aunque tú seas verdadera, letra schin, ya que los tres patriarcas se reunirán en ti, no conviene que me sirva de ti para realizar la creación del mundo, porque tú serás frecuentemente asociada a las dos letras q y r que están del lado malo, del lado del demonio.

Cuando la letra schin oyó estas palabras, se alejó. Y viéndolo, las letras q y r no se atrevieron a presentarse y se alejaron también. Entró luego la letra caadi y formuló la misma petición, apoyándola en el hecho de que la palabra justo (caddiq) aplicada a los hombres y a Dios comienza por la letra caadi, como está escrito: "Porque el Señor es justo (caddiq) y ama la justicia (cedaqoth)." Dios le respondió:

En efecto, tú eres justa, letra caadi; pero no me conviene servirme de ti para realizar la creación del mundo, ya que conviene que tú permanezcas oculta para que no haya lugar a
malentenidos. Porque tu forma primitiva es un noun oblicuo, proncipio hembra, sobre el que ha venido a añadirse un yod, principio masculino. Y tal es el misterio de la creación del primer hombre, que fue creado a doble faz, espalda contra espalda, y es por ello que el Yod es presentad de espaldas y no de frente, tanto si mira para arriba como para abajo. Tú también caddi, serás un día dividida en dos, pero irás a otra parte.

La letra caddi salió y se alejó. Entró luego la letra pe y formuló la misma petición, haciendo valer el hecho de que la palabra pedouth (= Liberación que un día consumará Dios en el mundo) comienza por una p. Dios le respondió:

- Tú eres digna, en efecto,; pero también la palabra pescha (= pecado) comienza por una p. Además, tienes la cabeza baja, símbolo del pecador que, avergonzado, baja la cabeza y extiende los brazos.

A la letra ayin, Dios le respondió que con ella comienza la palabra avon (crimen); y aunque ella replicó que también comenzaba con ella la palabra anava (modestia), el Santo, bendito sea, le respondió:

- No me serviré de ti para realizar la creación del mundo.

Cuando ayin salió, entró la letra samekh y formuló la misma petición que las anteriores apoyándose en el hecho de que el versículo donde se dice: "El Señor sostiene a todos los que vacilan", comienza con una palabra cuya inicial es la letra samekh (=sostén). Dios le respondió:

- Precisamente por tu oficio es por lo que debes permanecer en tu lugar; porque si yo te quitara de tu lugar para servirme de ti para realizar la creación del mundo, ¿qué sería de aquellos que están a punto de caer, ya que se apoyan en ti?

La letra salió inmediatamente. A la letra noun, que hizo valer el hecho de que las palabras nora (= temor) y nava (= hermoso) comienzan por ésta letra, Dios le respondió:

- Vuelve a tu lugar porque por tu causa samekh volvió al suyo y apóyate en ella (ya que el noun es la inicial de nopheleim "los que vacilan" del versículo citado).

Enseguida salió volviendo a su lugar. La letra Mem hizo valer que es la inicial de la palabra Melekh (= Rey).

- Es verdad, le respondió Dios -, pero no me serviré de ti para la creación del mundo, puesto que el mundo necesita un Rey; permanece pues en tu sitio con las demás letras que forman esta palabra, es decir, la letra Lamed y Kaph, ya que no es conveniente para el mundo que se quede sin rey.

En este momento, la letra caph, vivamente impresionada, descendió del trono glorioso y exclamó:

- Señor del Universo, dígnate servirte de mí para realizar la creación del mundo, puesto que soy la inicial que exprea tu gloria (cabod = Gloria).

Cuando la letra caph bajó del trono, doscientos mil mundos se conmovieron y con ellos el mismo trono: la sacudida fue tan violenta que amenazó con el derrumbe a todos los mundos. El Santo, bendito sea, dijo entonces a ésta letra:

- Oh, caph, caph, ¿por qué sigues aquí? Vuelve a tu sitio, porque no me serviré de ti para realizar la creación del mundo, porque también eres la  inicial de la palabra que expresa el exterminio (cala = exterminio). Así que vuelve a tu sitio y quédate allí.

Entonces la letra salió y volvió a su sitio. Entró entonces la letra yod y formuló la misma petición haciendo valer el hecho de ser la inicial del nombre sagrado. Dios le respondió:

- Ya es bastante para ti el estar grabada y marcada en mí mismo y ser el punto de arranque de toda mi voluntad; y no conviene que te separes de mi nombre.

La letra teth entró a su vez e hizo la misma demanda que las letras anteriores, haciendo valer el hecho de ser la inicial de la palabra tob (= bueno), que es  uno de los atributos de Dios, llamado: el bueno, el justo. Dios le respondió:

- No me serviré de ti para la creación del mundo. Sobre todo porque el bien que tú representas está encerrado y oculto en mí, como está escrito: "¿Cuán grande es la abundancia de tu bondad, que tú ocultas para aquellos que te temen", luego el bien está reservado para el mundo futuro; así que tú no tienes nada que ver con el mundo que yo quiero crear ahora. Pero además es porque es precisamente a causa del bien que tu guardas en ti que las puertas del temmplo serán derribadas en tierra." Y finalmente porque tienes junto a ti a la letra heth, con la cual constituyes la palabra que designa el pecado: pescha. Y por esa razón tampoco estas dos letras figurarán en ninguno de los nombres de las doce tribus santas.

La letra teth salió entonces sin más. Entró luego la letra zayin que formuló la misma petición que las letras precedentes, haciendo valer el hecho de que es la  inicial de la palabra con que comienza el versículo que se refiere al mandamiento del reposo sabático, como escrito está: "Acuérdate de santificar el sábado". Dios le respondió:

- No me serviré de ti para realizar la creación del mundo porque eres la imagen de la guerra ya que tienes la forma de un sable afilado y de un puñal de guerra, parecido al de la letra final noun.

La letra salió entonces enseguida. Y entró la letra vav y formuló su petición, igual que las letras anteriores, haciendo valer el hecho de formar parte del nombre sagrado. Dios le respondió:

- Bastante tienes tú y tu vecina la letra he con figurar en mi nombre y constituir el misterio encerrado en mi nombre y estar grabadas y marcadas en mi nombre. Por ello no me serviré de vosotras  para realizar la creación del mundo.

Las letras daleth y ghimmel entraron y formularon la petición a su vez, como las letras anteriores. Dios les respondió:

- Ya tenéis bastante vosotras dos también con permanecer siempre una junto a la otra; porque siempre habrá pobres en el mundo, a los que hay que socorrer; porque daleth (= pobreza) designa al pobre, y ghimmel (=socorrer) designa al bienhechor que asiste al primero. Así pues quedaos una junto a la otra para que una alimente a la otra.

La letra beth entró enseguida diciendo:

- Señor del Universo, dígnate servirte de mí para realizar la creación del mundo, puesto que soy la inicial de la palabra de la que nos servimos para bendecirte (barukh = bendito sea)
arriba y abajo.

El Santo, bendito sea, le respondió:

- De ti me serviré, en efecto, para realizar la creación del mundo, y así tú serás la base de la obra de la creación.

La letra aleph se quedó en su sitio sin presentarse. El Santo, bendito sea, le dijo:

- Aleph, Aleph, ¿por qué no has venido también tú, como todas las demás?

Aleph respondió:

- Señor del Universo, después de ver cómo todas las demás letras se presentaban a ti nutilmente, ¿para qué iba a presentarme también ante ti? Por lo demás como ya he visto que habías resevado don tan precioso para la letra beth, he comprendido que el Rey de los cielos no le es propicio quitarle el don que ha hecho a uno de sus servidores para dárselo a otro.

El Santo, bendito sea, le respondió:

- Oh, Aleph, Aleph, aunque yo me sirva de la letra beth para realizar la creación del mundo, tú serás compensada, porque tú serás la primera de todas las letras, y yo no tendré unidad sino en ti; tú serás la base de todos los cálculos y de todos los actos realizados en el mundo, y en ninguna parte podrá hallarse la unidad como no sea en la letra Aleph.

De todo cuanto acontece se sigue que el Santo, bendito sea, creó las formas de las grandes letras celestes a las que corresponden las letras pequeñas de aquí abajo. Y por
eso las primeras dos palabras de la Escritura tienen como iniciales dos beth y las dos siguientes dos aleph: para indicar las letras celestes y las del mundo.
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