lunes, 11 de abril de 2016

Las dos ranas

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De las fábulas de Esopo

Un día de caluroso verano, los campos se encontraban amarillentos, los charcos secos, y los pantanos llenos de secas hierbas y muy escasas aguas. Ese día, estaban dos Ranas caminando en busca de agua muertas de sed y con la piel rugosa. Después de mucho caminar, llegaron a la orilla de un profundo pozo, y sentándose en el borde, se pusieron a discutir si debían saltar en él, o no. Una de las Ranas aportaba con razón, que siendo el agua tan abundante, en el fondo del pozo podrían vivir tranquilamente. Sin embargo, la otra, más juiciosa que su compañera, después de reflexionar seriamente dijo: "Todo eso está muy bien amiga. Yo no tengo ningún problema en saltar, pero si el agua se seca, ¿cómo saldremos de aquel pozo?"

Diéronse, pues, el brazo, y se fueron en busca de otra charca que era su que era su verdadero domicilo.
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