lunes, 22 de febrero de 2016

Imaginación y Memoria, Inteligencia y Sabiduría

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 De La Alquimia Espiritual
de Robert Ambelain
(Capítulo III: La Putrefacción)

La Imaginación y la Memoria son dos facultades preciosas, que proveen: a la Inteligencia los materiales que necesita para ejercerse y trabajar, a la Sabiduría la posibilidad de exponer la Verdad con imágenes y ejemplos que la vuelven más penetrante, más viva y por ello más atractiva.
 
No se trata, entonces, de atrofiar estas facultades, pero sí de disciplinarlas y de subordinar sus actividades al imperio de la razón y de la voluntad. De lo contrario, libradas a ellas mismas, poblarán el Alma de una multitud de recuerdos, de imágenes que la dispersarán y despilfarrando sus energías, le harán perder un tiempo preciado y le suscitarán mil tentaciones y recaídas.
 
Es entonces, absolutamente necesario de disciplinarlas y de ponerlas al servicio de las dos Virtudes Sublimales, que son, lo hemos dicho: la Inteligencia y la Sabiduría.

Para reprimir mejor los desvíos de estos dos sentidos interiores que son Imaginación y Memoria, uno se aplicará en primer lugar a echar fuera de nuestra conciencia, y al principio de sus manifestaciones, las imágenes y recuerdos peligrosos, recordándonos posibilidades (futuras) o realidades (pasadas) que transportándonos en el medio de las tentaciones del presente, del pasado o del futuro, serían ipso-facto una fuente de fallas y de caídas.
 
Pero, como suele haber un cierto determinismo psicológico, que nos hace pasar de ensueños sin importancia a los juegos peligrosos de una imaginación parcialmente invadida, nos prevendremos de este peligro echando inmediatamente y de manera incesante los pensamientos inútiles. Pues nos hacen perder un tiempo preciado y abren la vía, la preparan, a otros pensamientos infinitamente más peligrosos.
 
El mejor método para tener éxito en este tipo de “filtración” es, seguramente, de aplicarse de manera total al deber del momento, por más que sea banal, es decir, a nuestro trabajo, a nuestros estudios, a las ocupaciones habituales, por más que sean modestas y materiales. Lo que es, por otro lado, la mejor manera de hacer bien lo que se tiene que hacer, concentrando así toda nuestra inteligencia y actividad a la acción presente.
 
Por último, la Imaginación y la Memoria tienen un terreno idóneo para el aspirante. Es el de las ciencias humanas, profanas y ocultas, sin las cuales varios aspectos del Conocimiento superior le seguirán siendo oscuros. Es además y sobre todo el de las Escrituras iniciáticas tradicionales, en las cuales, por intermedio del esoterismo, la Imaginación podrá acceder a las verdades de la Inteligencia, y la Memoria podrá preparar las certezas de la Sabiduría …
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