jueves, 5 de marzo de 2015

Ignorancia, imaginación, experiencia y divinidad

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De Sistema de la Naturaleza de Barón de Holbach
(Segunda parte, capítulo 1: Origen de nuestras ideas sobre la divinidad)

Si los hombres tuvieran el coraje de remontarse a la fuente de las opiniones mas profundamente grabadas en su cerebro, se darían perfecta cuenta de las razones que le hicieron respetarlas como sagradas; si ellos examinasen con sangre fría el motivo de sus esperanzas y de sus miedos, observarían que deberían remover fuertemente sus ideas, no tienen ninguna realidad y no son sino palabras vacías de sentido, fantasmas creados por la ignorancia y modificados por una imaginación enferma. Su espíritu trabaja deprisa y sin resultado en medio del desorden de sus facultades intelectuales, engañadas por las pasiones que les impiden razonar justamente o de consultar la experiencia de sus juicios.
 
Emplazad un ser sensible dentro de una naturaleza cuyas partes estén en movimiento, el sentirá diversamente en razón de los efectos agradables o desagradables que esté obligado a probar: en consecuencia se encontrará feliz o desgraciado y según el tipo de sensaciones sentidas las amará o repudiará, buscará o huirá de las causas reales o supuestas de los efectos que operan en su cerebro.

Pero si es ignorante o privado de experiencia se engañará sobre sus causas, no podrá remontarse a ellas, no conocerá su energía ni su manera de actuar, y cuando estas experiencias reiteradas hayan fijado su entendimiento será preso de la desazón y de la incertidumbre.
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