miércoles, 14 de enero de 2015

艰苦

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De Nube vacía: Las Enseñanzas De Xu Yun
(Capítulo 6: Dificultades)
traducido al español por Shi Chuan Fa

A veces la enseñanza del Chan puede ser tan frustrante como su aprendizaje.

Hubo una vez un Maestro Chan que se encargó de la instrucción de tres novicios. Les explicó la necesidad de la disciplina espiritual y les ordenó que, empezando en ese mismo momento, observaran la regla del silencio absoluto. Después, sosteniendo su dedo en sus labios, les ordenó que fueran a sus habitaciones.

El primer novicio dijo, "¡Oh, Maestro, déjeme decirle lo agradecido que estoy por recibir su instrucción!"

Tras lo cual el segundo novicio dijo, "¡Tonto! ¿No te das cuenta de que hablando has roto la ley del silencio?"

Y el tercer novicio levantó las manos, en un gesto de desesperación, y se lamentó, "¡Señor! ¿Soy aquí la única persona capaz de seguir órdenes?"
 
A veces miramos alrededor y suponemos que nadie evalúa nuestros valores morales. Somos como esos tres novicios. A menudo, como ese primer novicio, decimos que queremos aprender pero verdaderamente no ponemos atención en lo que nuestros libros o maestros nos dicen. O como el segundo novicio, comprendemos las reglas pero pensamos que solo se refieren a los demás. O como el tercer novicio, clamamos alabanzas toda vez que hacemos lo que suponemos debemos hacer.

A veces compartimos las frustraciones de ese Maestro Chan. Quizás veamos desatención, holgazanería, frivolidad o satisfacción intelectual. Peor aún, podemos ver personas que son hipócritas consumadas - gente que finge que sus intereses son puramente espirituales mientras que en realidad son una amalgama al noventa y nueve por ciento de orgullo, codicia y lujuria.
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