miércoles, 23 de abril de 2014

La balanza de la justicia

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De Filosofía para bufones
de Pedro Gonzáles Calero

En el siglo V a.C aparecen los sofistas. Los dos más famosos fueron Gorgias y Protágoras. Los sofistas eran escépticos con respecto a la posibilidad de averiguar verdades absolutas y más bien creían que habían razones para defender tanto una tesis como su contraria. Una misma tesis podía resultar verdadera o falsa según se afirmara en un contexto o en otro. De ahí que  estuvieran particularmente interesados en cuestiones de retórica. Además, defendían también una especie de relativismo moral  según el cual no hay ni un bien ni un mal absolutos, sino que lo que es bueno para unos puede resultar malo para otros. Y lo mismo puede decirse respecto a la justicia: lo que es justo en Atenas puede ser injusto en Esparta y viceversa.

Una concepción relativista de la justicia y por tanto parecida a la de los sofistas (aunque no idéntica) aparece en un antiguo relato árabe, traspasado luego a otras culturas, que dice así:

Dos amigos en litigio fueron a ver al cadí para que impartiera justicia. Uno de ellos expuso el caso de esta manera:

- Mi amigo me ha traicionado. Entró en mi casa cuando yo no estaba, robó mi asno y mi dinero, y violó a mi mujer. Pido un castigo
justo para él.

El cadí le dijo: - Tienes razón.

El otro hombre entonces se defendió con estas palabras:

- Nada de eso es cierto: yo no robé aquel asno,sino que me lo llevé porque yo se lo había prestado primero y él no me lo quería devolver. También me debía aquel dinero. En cuanto a su mujer, es cierto que hicimos el amor, pero fue ella la que se echó encima de mí, porque anda escasa de amor ya que su marido no le hace caso. Cuando él ha llegado a casa nos ha sorprendido haciendo el amor y la ha emprendido a golpes conmigo. Es a mí a quien tienes que hacer justicia.

- Tienes razón - asintió el cadí.

- Pero, señor, no puede ser que los dos tengan razón - intervino el ayudante del cadí.

Y el cadí le dijo: - Es cierto. También tú tienes razón.

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