domingo, 5 de enero de 2014

Ideas básicas de la alquimia interna

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De Taoísmo de Eva Wong
Capítulo 10: Taoismo alquímico interno
La vía de la transformación

1. Antes de nuestro nacimiento, éramos parte del Tao, desprovistos de forma e “indiferenciados” del Tao, no estábamos sujetos ni al nacimiento ni a la muerte, ni al crecimiento ni a la degeneración. En semejante estado, no hay forma, ni mente, ni cuerpo, ni sentido, ni sentimiento. 

2. Cuando las energías generadoras del padre y de la madre coinciden, cierta energía del Tao entra en el vientre de la madre para formar al feto. El feto representa una separación del Tao: ha tomado una forma y no es “indiferenciado” del Tao. Sin embargo, encerrado en el vientre de su madre, el feto aún no ha tenido contacto con el mundo material, así que su energía es aún prístina. 

3. A medida que crece en el vientre de la madre, el feto se diferencia y desarrolla. Cuando su forma es completa, sale del cuerpo de la madre y se convierte en una entidad independiente. En su primer contacto con el mundo, su energía interior está formada por tres componentes (los Tres Tesoros): energía generativa (ching), energía vital (ch'i) y energía espiritual (shen). Simultáneamente, mente y cuerpo comienzan a separarse. 

4. A medida que el bebé crece y pasa de la infancia a la juventud y la edad adulta, las tres energías se van disipando. La energía generativa se escapa con el deseo sexual, la energía vital se pierde con el desarrollo de las emociones y la energía espiritual se debilita con el aumento de la actividad mental. 

5. Las personas comunes no saben que el goteo de sus energías es la causa de la mala salud, del envejecimiento y de la muerte. 

6. La práctica de la Alquimia Interior principia con la toma de consciencia de que el goteo o pérdida de energía es la causa de muchos problemas físicos y mentales en la vida. A través de una serie de transformaciones internas, podemos recobrar la energía que recibimos antes de nacer. Así, somos capaces de alcanzar salud y longevidad y volver al estado originario “indiferenciado” para unirnos de nuevo con el Tao. 

7. La longevidad implica recuperar la salud y detener el proceso de envejecimiento. A su vez, la inmortalidad es dejar en libertad al espíritu para que se reúna de nuevo con el Tao cuando la “cáscara” o concha del cuerpo muera. 

8. En este sentido, la longevidad es un medio para la inmortalidad, y la prolongación de la vida en la esfera mortal nos da tiempo para prepararnos a dejarla de una manera adecuada.
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