jueves, 6 de junio de 2013

Arquetipos

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 De Yoga - Nidra: El sueño consciente de Carmen Rodríguez Hochstrasser

Las palabras y los conceptos son el lenguaje del cerebro, pero el subconsciente tiene un lenguaje propio, basado en símbolos, colores y sonidos.
Estos son los símbolos individuales y arquetipos que emergen de los planos más profundos de la psique a la conciencia durante Yoga Nidra. Una única imagen, aunque dure sólo unos pocos segundos, puede transmitir una experiencia que no se podría expresar igual de bien en mil palabras. Esto explica la capacidad ilimitada de nuestra memoria subconsciente. La psicología dice que todo el cosmos está contenido en nuestra mente en forma arquetípica. Los neurofisiólogos comparan el cerebro con un holograma del universo entero.

La palabra arquetipo viene del griego y significa molde original y primario de cualquier manifestación de la realidad. El arquetipo es por consiguiente una especie de tipificación formal de aquello que se supone fundante o primigenio. Los arquetipos son, en palabras de J.M. Doria, las huellas antiguas y primordiales impresas en el psiquismo que se han ido acumulado desde tiempo inmemorial como consecuencias de las experiencias vitales de los seres humanos y los animales que les precedieron.
 
Jung lo explica de la siguiente forma:

 “Una palabra o una imagen es simbólica cuando representa algo más que su significado inmediato y obvio. Tiene un aspecto “inconsciente” más amplio que nunca está definido con precisión o completamente explicado. Ni se puede esperar definirlo o explicarlo. Cuando la mente explora el símbolo, se ve llevada a ideas que yacen más allá del alcance de la razón. […] Como hay innumerables cosas más allá del alcance del entendimiento humano, usamos constantemente términos y símbolos para representar conceptos que no podemos definir o comprender del todo. Esta es una de las razones por las cuales todas las religiones emplean un lenguaje simbólico o imágenes. Pero esta utilización consciente de los símbolos es sólo un aspecto de un hecho psicológico de gran importancia: el hombre también produce símbolos inconsciente y espontáneamente en forma sueños.”

Si leemos a Jung, nos damos cuenta de que toda su concepción psicológica está basada en la teoría del inconsciente y sus arquetipos. Jung habla de la fuerza numinosa de los arquetipos, por tanto les atribuye una cualidad esencial de sagrado o divino, reconoce en ellos una realidad metafísica de fondo. En este sentido podemos entender el arquetipo también como una forma o molde que contiene una determinada energía cósmica. El arquetipo de Cristo y Buda, por ejemplo, se consideran una misma energía con moldes diferentes, así las energías divinas en esencia son las mismas para las distintas religiones. Y los moldes, formas o arquetipos, son necesarios porque la mente no puede recibir o conectar con la energía divina directamente, estallaría, se volvería loca. Por ello necesitamos de un molde, de una forma que contenga esa energía (esto se explica en la Bhagavad Guita cuando Krishna se muestra tal cual es ante Arjuna y éste le pide que vuelva a su forma anterior porque no soporta la visión completa y desnuda de la energía divina). Por tanto, la mente necesita una funda o molde para reconocer esa energía divina y poder recibirla. Luego una vez recibida esa energía, el símbolo que empleamos como "molde" va cambiando con el tiempo y se va ampliando, ensanchado, a medida que nuestra psique se va purificando y acerándose a la misma vibración y finalmente está preparada para ver la energía divina en su totalidad sin molde.

Y estos arquetipos de naturaleza metafísica o divina de los que habla Jung son los mantras, yantras y mandalas que se emplean en el Yoga y en el Tantra. Dentro de una clasificación jerárquica de los arquetipos, estos últimos se encuentran en el último y más alto escalón. A nivel de vivencia se explica de la siguiente forma: cuando nos encontramos en un estado ordinario de conciencia  experimentamos la realidad sobre todo a través de pensamientos y emociones. Cuando accedemos a niveles más profundos a través de técnicas de meditación o Yoga Nidra se produce una visión interna  basada en imágenes o mandalas, si se sigue profundizando la experiencia conecta con energías universales y se empiezan a ver símbolos abstractos o yantras. Por último cuando se alcanza el nivel  más profundo se vivencia la esencia de la experiencia en forma de sonido puro o mantra.

Los mandalas se consideran representaciones pictóricas de las fuerzas cósmicas y se construyen con los arquetipos del inconsciente colectivo de la humanidad, por tanto podría afirmarse que condensan varios arquetipos para llegar a representar el propio universo. Los mandalas se representan dentro de la simetría del círculo que es la forma más básica del universo y la hallamos  en toda la naturaleza cósmica. Empleados en la meditación y en Yoga Nidra sirven para purificar en un primer nivel la mente de los samskaras y despertar el conocimiento dormido en el practicante.

Los yantras son mandalas muy específicos, son más abstractos y se representan a través de figuras geométricas. Son representaciones gráficas y matemáticas de los arquetipos universales,  combinan las formas más primordiales: punto, círculo, cuadrado y triángulo. El yantra contiene en su estructura una energía muy poderosa y con la visualización y concentración en él se puede despertar esta energía en el practicante y le lleva a descubrir la esencia.

Los mantras son una sílaba, palabra o frase que tienen un gran potencial de energía y despiertan niveles superiores de conciencia. Según el Yoga y el Tantra, el sonido es el aspecto más sutily poderoso de la naturaleza, y muchas filosofías confluyen en que el universo se creó a partir del sonido (este es significado real de “En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios”),  así el sonido primordial es considerado el OM. En la práctica tántrica se suma la energía de los yantras y mandalas con la energía de los mantras. Danilo Hernández lo explica de la siguiente forma:

“Cada pensamiento tiene su correspondiente imagen o forma y cada forma posee una vibración sonora particular. De igual modo, todo yantra tiene un mantra propio que al ser emitido aumenta enormemente la eficacia del yantra. El mandala y el yantra representan la forma que adopta la conciencia y el mantra es su eslabón directo con el “Más Allá”. Como el mantra se ha originado en el sustrato de la Conciencia Cósmica o Suprema, puede utilizarse como vehículo de la conciencia individual para retornar a la fuente de la manifestación a lo no manifestado y alcanzar esa  Conciencia Cósmica.”

Volviendo a la clasificación jerárquica de los arquetipos, podemos afirmar que los arquetipos de orden superior como los que acabamos de ver, contienen y engloban a los inferiores, son por así decir, una semilla. Después estarían los arquetipos culturales símbolos distintos que se refieren a una misma energía, y a medida que vamos descendiendo los arquetipos se van haciendo más específicos e individuales. Se podría decir que los arquetipos universales forman parte del inconsciente universal o colectivo, los arquetipos culturales del inconsciente de una cultura o  época, y los arquetipos personales del subconsciente de la persona. Y no hemos de olvidar que siendo los arquetipos el sedimento de experiencias constantemente repetidas por la humanidad,  no incluyen solamente lo más hermoso y sagrado, sino también lo más abyecto y execrable de que el hombre es capaz, ya que fuera de todo calificativo, no dejan de ser energías de la naturaleza.
Dentro de los arquetipos culturales hay una lista interminable que varía, como es obvio, en función de la cultura que estemos mirando, citaré algunos a modo de ejemplo: está el arquetipo de la madre, el padre, el héroe, el sacerdote, el chamán, el rey, el sabio, la muerte, la belleza, etc. Así el arquetipo universal de la Gran Madre o Madre Cósmica se refleja en las formas de María,  Pacha Mamma, Isis, Parvati, la Diosa, la Emperatriz y muchas más, pero podemos acceder a él a través de la simple imagen de una madre cualquiera, porque representa la maternidad. De hecho el viaje a través de los arquetipos se hace desde lo particular hasta lo universal, igual que la apertura de conciencia que se produce cuando trabajamos con ellos en Yoga Nidra.
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