martes, 30 de octubre de 2012

La Leyenda del Ajedrez

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De El Libro Negro de la masonería del Dr. Serge Raynaud de la Ferriere

Para distraer a un Príncipe de la India que había perdido en una batalla a su hijo idolatrado, un pobre y modesto brahamin, llamado Lahur Sessa, vino a ofrecerle un juego de su invención que consistía en un gran tablero dividido en 64 casillas iguales, sobre las cuales evolucionaban un rey, una reina y sus súbditos. El Rey no podía librar batalla sin la cooperación de todas sus piezas inferiores que le rodeaban; tal era la regla de este juego con el que Lahur Sessa ofrece al príncipe, al mismo tiempo, una juiciosa alabanza. El príncipe experimentó tal complacencia con este juego, que concedió al brahamín que él mismo fijara su recompensa. Este se contentó con responder que le asignase un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera, y así sucesivamente hasta la casilla sexagésimacuarta, duplicando siempre, y que le fuera entregada la suma total. El príncipe ordenó inmediatamente satisfacer una demanda tan modesta en apariencia, pero habiendo sido hecho el cálculo, él cayó de bruces, cuando su tesorero vino a informarle que el total se elevaba a:

...........................18,446,744,073,709,551,615
...........................(cantidad de 20 cifras que resulta sustrayendo una unidad
 ..........................a la sexagésimacuarta potencia de 2:

...........................18,446,744,073,709,551,616
...............................................................menos 1
..........................._______________________

...........................18,446,744,073,709,551,615)

y que para producir semejante cantidad de trigo, habría sido preciso sembrar durante más de un siglo la India entera, incluyendo las zona ocupadas por las ciudades, por lo cual esta cantidad que se debía entregar a Lahur Sessa, equivalía a una montaña que tuviera por base la capital del reino y fuera cien veces más elevada que los Himalayas. Se dice que el rey no le guardó rencor el brahamín por esta segunda lección, y lo designó en el acto su primer ministro.
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