martes, 22 de mayo de 2012

Considera un campo de semillas de lirios...

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.De Kung Fu: La sabiduría del Shaolin

- Tienes que aprender a controlar tanto los movimientos de tu cuerpo como los de tu mente. Eso te dará felices momentos de gracia, belleza y serenidad. Algunos lloran ante tanta belleza... ¿Lloras?

- Maestro, es todo tan hermoso... Lloro por mi buena suerte.

- ¿Tu buena suerte?

- Estuve parado junto a esa puerta con otros niños, esperando poder entrar
hasta esta paz. Sólo yo fui el elegido. ¿Qué hubiera pasado de no ser así?

- Pero lo fue.

- Sí, pero pudo no ser. ¿Dónde estaría yo, entonces?

- ¿Quién puede decirlo?

- ¿Qué me dice de los otros? ¿Dónde estarán ahora?

- Eso es desconocido para nosotros.

- ¿Qué pasa con los que jamás podrán entrar, los que jamás conocerán esta
paz?

- ¿Sientes pena por ellos?

- Sí

- Por favor, acompáñame... Considera un campo de semillas de lirios. El viento que lleva las semillas no tiene favoritos. Las semillas caen donde pueden,de acuerdo con la suerte del viento y del tiempo. Aquellas que caigan en tierra fértil serán protegidas y cuidadas. Crecerán fuertes y florecerán. Las que caigan en tierra árida morirán. Algunas se aferrarán a la vida, aún en tierra árida, entre las piedras o en lugares profundos. Y, así, el viajero, sin sospecharlo, llega ante un hermoso espectáculo, un simple lirio creciendo entre las rocas. El viajero que pasa, echará agua al lirio al pasar, agradecido a su fuerza y belleza y a su tenacidad por vivir. Y creciendo entre las rocas como lo hace, ¿no es acaso en esencia un lirio? ¿Y no es, acaso, tan bello como estos?
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