miércoles, 8 de diciembre de 2010

Lo arreglamos en la cama...

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Jeh, como casi siempre escribo estupideces de mi autoría y en la red y en el universo hay cosas muy y mucho más interesantes (y además ando muy corto de tiempo y energías), a continuación copio y pego uno de esos millones de textos que luego ando leyendo en mil y un lados y lo comparto ahora:


Lo arreglamos en la cama
Por Ricardo Coler

Juntar el amor y la pareja es un invento relativamente moderno. Hasta hace doscientos años las familias se mantenían estables sin necesidad de quererse y sin la exigencia de que sus integrantes sostuvieran una sexualidad feliz. Vivían juntos, criaban hijos y trabajaban. En algunas ocasiones se llevaban bien y en otras cada uno hacía lo que podía, se resignaba o dejaba de importarle. Los padres arreglaban los matrimonios y los novios no esperaban demasiado de la relación. Pero un día algo pasó y además de formar una familia, los hombres y las mujeres, pretendieron estar enamorados, elegirse y llevarse bien dentro y fuera de la cama. La mayor parte de las historias escritas, filmadas y televisadas tienen que ver con esta aventura. La ilusión es fantástica pero la aventura es un poco más complicada.

Contemos las parejas –alcanza con las que conocemos–, que después de treinta años siguen enamoradas, sexualmente activas y satisfechas. Contemos las que no. ¿Cuáles son mayoría? ¿Cuáles son la abrumadora mayoría? Como tenemos la mala suerte de vivir en una época en la que las estadísticas son definitorias, sería honesto dejar de repetir siempre lo mismo y hacerse una pregunta: ¿qué es lo normal, que todo el mundo viva feliz o que el amor apasionado tienda al fracaso?

Si nos bajamos de la ilusión y miramos con los ojos abiertos nos enfrentamos a una verdad: las novelas de amor son mentirosas y lo que suponemos que funciona fenómeno, por lo general, falla. (Aprovecho la oportunidad para decir que lo normal y las estadísticas son dos conceptos de lo peor.)
Es cierto, hay veces que todo sale bien, pero es una proporción igual a la que existe entre los que juegan al fútbol y los que llegan a crack. El ejercicio del amor en una situación estable, durante mucho tiempo y con la misma persona es algo reservado sólo para algunos pocos.
Hecho el diagnóstico y con la intención de que no se cayera todo a pedazos, hubo que proponer una salida para el atolladero de las relaciones. El romanticismo era ineficiente. A los varones, desgraciadamente, a la larga nos terminaba por resultar pesado. El erotismo, en cambio, calificaba como una solución tentadora.

Nos convencimos de que con una sexualidad plena se resolvían los problemas de pareja y sobraba para alcanzar la felicidad absoluta y la realización personal. Imposible resistir. Además, con razón, se emparentó al sexo con la idea de libertad.
La pregunta es entonces: ¿por qué, si hay menos inhibición y se pone tanto el acento en el erotismo, las parejas duran muchísimo menos de lo que duraban antes? Si ésa era la solución, ¿no tendría que haber sido al revés?

Como es un tema delicado vale aclarar que de ninguna manera la salida es el retorno a la era de la moral. Pero tampoco vale pensar que está todo resuelto. El erotismo es el erotismo, el amor es el amor y la pareja, la pareja. No son lo mismo. El amor y la pareja no aseguran erotismo y la sexualidad puede ser fantástica pero no sirve, incluso con la mejor buena voluntad, para reparar al amor. Tampoco garantiza la pareja, que se caracteriza, justamente, por la falta de garantías. Ni siquiera ahora, un tiempo en el que pareciera que el sexo ha derrotado al amor y se ha convertido en la verdadera unidad de medida.

De la misma manera en que nacemos hablando un idioma, lo hacemos también en un medio que nos condiciona a pretender, con la misma persona, amor, sexo y hogar. Una mezcla que ha demostrado ser altísimamente frágil y que sólo logra estabilizarse eliminando alguno de sus componentes. Pero es la época que nos ha tocado en suerte. Una tan imperfecta como cuando los matrimonios se arreglaban y el amor y el sexo quedaban relegados pero, llamativamente, la mayoría tenía una familia sólida. Eso sí, una familia que hoy nos resultaría imposible.


Play With Me, Lay With Me - Sandy Mercer



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4 comentarios:

stefany dijo...

compartiré mi experiencia.
yo tengo 4 años de vivir en unión libre, para mi es un compromiso igual de solido que si estuviera casada, al principio estaba ciegamente enamorada y si, teníamos sexo, pero con el tiempo dejo de ser importante en nuestra relación, no necesitamos llegar a tener relaciones para demostrarnos el amor y el compromiso, se que suena increíble, pero es verdad el sexo no es importante en nuestra relación, y desde que lo hemos dejado de lado, hemos descubierto que somos mas felices que antes, vivimos plenamente como pareja, y nos basta con abrazarnos y darnos besos, compartir el día y salir de la mano, mi madre dice que parecemos una pareja que tiene 50 años de casada, y que ya tubo hijos y ya pasaron por todas las etapas del matrimonio y ahora se dedican a ser felices solo con el placer de la compañía, sin preocupaciones por el sexo, dice que es muy raro dado la edad que tenemos.
y si, tiene razón, todas las parejas que conozco les preocupan 2 cosas: fidelidad y sexo. su modo de medir si todo esta bien es la cantidad de sexo que se tiene semanalmente, y si por algo pasan días de sequía, piensan que algo va mal, comparto esto contigo por que soy una persona en de Internet, no le cuento esto a mis amigos, ya que el 70% no me creerían, y el 30% me dirían que el me es infiel.
así que aquí puedo decirlo abiertamente. jamas en mi vida había sido mas feliz, el sexo en mi matrimonio no es algo importante, y aun que no lo crean el no me es infiel ni yo a el.

stefany dijo...

por otro lado no somos románticos, yo antes lo era, pero ahora que me volví loca, ya no me gustan esas cursiladas, afortunadamente para mi, tampoco le gustan a el.
y creo que la gente debería de probar a dejar de tomarse tanta importancia a la cantidad de sexo que tienen, se darían cuenta de que muchos problemas son por el.
no digo que no tengan sexo, vamos, somos animales, y el instinto solo dice "reproduce-te" pero el sexo no es todo lo que hay en una relación.

Basiliskus dijo...

Hola Stefany!
Gracias por compartir tus pensamientos.
Que bueno que goces de una buena unión y relación de pareja, da gusto saber que aún existe amor, comprensión y cordura en el mundo.
Sexo, amor, cariño, compañerismo, todo está bien, todo es muy bueno, buenísimo, sanísimo, asi que felicidades nuevamente.

En cuanto a lo otro, gracias por la confianza, y no te preocupes, aquí nadie te conoce ni delata, jaha.

Concuerdo absolutamente también con lo otro de que gran problemática de nuestra sociedad está determinada por y para el sexo, todo es sexo, jehe...

Ah y por cierto, discúlpame mujer por responderte tarde, verdaderamente estuve por acá algo estresado y acarrereado, te sigo debiendo otros libros de noruego.
Te los subo esta noche a tu blog, ¿sale?
Por ahora quiero disfrutar un poco de la libertad de haberme quitado un gran peso de encima, un gran pendiente menos, aaaaaahhh, que rico...=).
Bueno, te dejo por el momento y nos estamos escribiendo, pásala bien Stefany! =D!
Y que sigas disfrútando de todo el buen amor, sexo y cariño del mundo!

Amor y paz! Y^_^Y

stefany dijo...

n.n

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